El director catalán apostó por un documental sobre la historia real y dificultades de la vida de un afamado museólogo gay seropositivo. (Memorias de The Prisma)
Virginia Moreno Molina
La idea del documental de “Ignasi M”. surgió por casualidad, mientras Pons intentaba ver, sin mucho éxito, una «tonta» película norteamericana.
Ambos son amigos desde hace 28 años, pero hasta ese momento no se había dado cuenta de que «había una película en él».
Es director, guionista, productor de cine y director de teatro español. Este es su trabajo número 25 y destacan otros títulos como su primera película, “Ocaña, retrat intermitent” (“Ocaña, retrato intermitente”) que fue seleccionado por el Festival de Cannes, o “Any de Gracia” (“Año de Gracia”), entre otros.
A través de este documental pensó que “podría hablar de cosas que nos afectan y de muchos temas, pero dándole un mensaje de “¡Coño! ¡De alguna forma tenemos que salir!».
La historia tiene como protagonista a Ignasi M., un reputado museólogo que está pasando por tiempos difíciles, pero capaz de contar su historia de manera divertida y gran positivismo.
Es gay seropositivo y participa en un programa de ensayo clínico. Por otro lado su empresa quebró, su padre intentó suicidarse, su ex-mujer se mueve en silla de ruedas y ha descubierto que es lesbiana y tiene dos hijos que viven en Londres.
Una familia complicada unida por el amor y la creatividad.Ventura Pons ha querido mostrar un mensaje diferente en este mundo invadido por crisis y complicaciones: «Vivimos unos años que nos han robado la cartera pero no nos robarán lo que no pueden robar: las ganas de reír y las ganas de «tirar pa’lante». Y esta película es un ejemplo de eso.»
¿Cuál fue la reacción de Ignasi al proponerle este proyecto?
Se volvió loco. Es un tío que tiene una empatía enorme. No pude viajar mucho con la película porque tuve un accidente y él ha ido por mi a Los Ángeles, México, festivales en Italia… Y juntos hemos estado en Toronto, Estocolmo, Bogotá, en muchos sitios. El personaje es muy potente y es muy de verdad: su verdad. Trata temas que están en la calle, sin pudor y con sentido del humor. Él creaba una empatía muy difícil de encontrar.
Pese a sus dificultades permanentes, Ignasi muestra mucho positivismo.
Claro. Enviar un mensaje positivo, entre todo el caos en este mundo, era mi intención. Pensé que a través de él podría hablar de cosas que nos afectan y de muchos temas, pero dándole un mensaje de “¡Coño! ¡De alguna forma tenemos que salir!».
Se tocan temas comprometidos como el sida o la religión…
Si hablar de lo que nos afecta es comprometido, yo soy el más comprometido del mundo. En el fondo las películas son lo que somos los directores. Por ejemplo, la primera secuencia que rodé con él, es con la que empieza la película cuando Ignasi explica los medicamentos que se toma, los 29 tipos de pastillas. Y le dije no, vamos a rodarlo otra vez, tenemos que hacerlo como una película de Woody Allen. Porque esto es lo primero y hay que hacerlo bien.
¿Por qué al comienzo decidió mantener en secreto el proyecto?
Para protegerlo a él. Pensé: Crees que merece la pena hacer esto, pero, ¿y si no te sale? Y la gente hablaría. Pero la verdad es que el éxito está sorprendiendo un poco a la misma empresa, incluso a mi. Porque si he hecho la película es porque he creído que tenía que hacerla y era a mi gusto. Entonces si en Australia, Japón, América del Norte, Sur, en Europa y en todas partes la gente se queda con la película, algo tendrá. La verdad del personaje y la forma de explicarse es muy interesante. Hablar de verdad de las cosas, pero con humor, con un mensaje absolutamente optimista. Vivimos unos años que nos han robado la cartera pero no nos robarán lo que no pueden robar: las ganas de reír y las ganas de «tirar pa lante». Y esta película es un ejemplo de eso.
Aunque en España y ciertos países se goza de cierta libertad en el tema de la homosexualidad, ¿cuál es su opinión?
Salió una ley del Parlamento Catalán – que por cierto ningún periódico español lo ha cubierto – contra la homofobia. Es una ley muy avanzada. Si miró hacia atrás los gay, eran «vagos y peligrosos sociales». Evidentemente se ha cambiado mucho. Soy catalán y tengo que decir que la mía es una sociedad muy tolerante con este tema, desde siempre, quizá porque ha sufrido mucho.
La moral también es una cuestión de geografía, en determinados países árabes todavía cuelgan a los niños de dieciocho años porque los encuentran teniendo relaciones sexuales.
Afortunadamente aquí no pasa. La sociedad occidental está avanzando mucho en diferentes escaños. En España, por ejemplo, una de las cosas buenas que hizo Zapatero fue precisamente en este tema.
Creo que el problema grande en España es el PSOE no el PP y lo lamento porque soy progresista (no me gusta decir de izquierdas). Antes era más progresista pero tampoco he cambiado tanto de ideas.
¿Cree que el cine visibiliza esta temática?
Depende de qué películas, si las películas son de verdad pues sí. En España hay una tradición de determinado cine con temática gay importante. Hay que decir que tampoco existe la temática única de la película.
¿Se esperaba tanto éxito?
Bueno, hay películas mías que han funcionado muy bien por el mundo. Esta también inesperadamente. ¿Por qué? porque es una verdad que si es de verdad, interesa y viajas, no te quedas en casa. No viajas por la bandera si no porque tienes algo que explicar que gusta a la gente.
Y la verdad es que Ignasi crea una empatía enorme y eso es muy bueno porque la gente te regala unas horas de su vida para ver una película. Entonces, a mi como contador de historias en imágenes, lo más importante es que la gente cuando vea la película sepa que les cuentas algo que tú quieres contar y que signifique algo para ellos.
En la película los personajes son muy sinceros y comentan lo que piensan…
Esta es la grandeza de Ignasi, que sabe arrastrar a la gente de su alrededor.
¿En qué proyectos trabaja actualmente?
En muchos. Soy de los que prepara todo meticulosamente, hay que saber muy bien de lo que se habla. Todo el mundo tiene cabida en el cine. Pero el tipo de cine que a mi me interesa son historias con contenido. Entonces, para contar bien las historias, al menos en el tipo de cine que yo hago, tienes que implicarte mucho. Y si no, te vas a paseo.(Memorias de The Prisma)
(Fotos: Pixabay)