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Rafael Correa, Presidente de Ecuador: «No es fácil lograr la Conciencia evolucionaria»

Mientras cruzaba el corazón de la ciudad en una barca sobre el río Támesis, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, finalizaba la que fuera  la primera visita hecha por un mandatario de dicho país al Reino Unido. Memorias de The Prisma. Enero 2011.

 

Foto Press Office «Latin America, a giant in turmoil”

Helen Yaffe*

 

Ocurrió a finales de octubre en medio de un apretado itinerario que incluyó conferencias en universidades y otros escenarios académicos, así como un encuentro con miembros del Parlamento Británico y una reunión vibrante con la comunidad de inmigrantes ecuatorianos, quienes suman decenas de miles en Londres. En ese recorrido le acompañó la periodista Helen Yaffe, con quien conversó de manera exclusiva sobre puntos álgidos que conciernen a la política de la revolución socialista liderada por Correa en su país.

En su entrevista el mandatario confirmó por qué es un líder controvertido, que concibe un mundo diferente y justo a partir de soluciones realistas, democráticas, sociales, económicas y participativas.

¿En qué se diferencia el ALBA de los previos intentos de los países de América Latina para desarrollar estrategias de comercio e inversiones de beneficio mutuo?

En todo, porque es una integración solidaria entre hermanos, no entre competidores. Este ha sido el gran error. La integración que hemos buscando – sobre todo en los últimos años – ha sido orientada al comercio, a tener mercados más grandes y a competir entre nosotros. En el ALBA no se habla de competencia, se habla de acciones coordinadas, de integración energética, financiera e, incluso, de defensa.

¿Hasta qué punto ha sido la Cuba socialista una inspiración para el ALBA?

El ALBA es gran parte inspiración de las cosas buenas que tiene el modelo cubano, como la solidaridad, el comercio entre pueblos sin fin de lucro, la cooperación para el desarrollo… Un gran ejemplo de Cuba es que en su pobreza sabe compartir.

En el anuncio del Plan de Distribución de Tierras, el Ministro de Agricultura de Ecuador dijo que la tierra no se considera “como una mercancía, sino en su función social’.

Hay cosas que no son mercancías (la tierra, el agua…) que deben tener un control del Estado, que deben tener controles para su intercambio. Vamos hacer una ley donde el Estado tenga que autorizar la compra y venta de tierra para evitar lo que ha pasado, por ejemplo, con los campesinos engañados que se quedaron sin tierras. La tierra será de ellos, pero el Estado tendrá el control, con lo que se evita la acumulación de tierras. Nosotros vamos a distribuir la tierra del Estado (unas 130.000 hectáreas), y estamos haciendo un inventario de toda la tierra improductiva privada pera repartirla, cerca de millón y medio de hectáreas.

¿Qué planes hay para capacitar trabajadores a un nivel más alto y forjar su compromiso político con la Revolución Ciudadana en Ecuador?

La tecnología no puede ser patrimonio del capitalismo. No hay tecnología capitalista, hay tecnología. Hay que aprovechar los recursos humanos que formó el capitalismo, como de hecho hicieron Cuba, la Unión Soviética, China, etc. No se trata de tener solamente tecnología, sino recursos humanos capaces de utilizarla y generalizarla. En este sentido estamos haciendo una fuerte reforma en la educación que ha generado resistencia en grupos que siempre se han apropiado de la educación. La educación pública y superior en Ecuador es muy mala. Hemos planteado una nueva ley para que, entre otras cosas, obligue a realizar investigaciones en la universidad.

Presidente de Ecuador, Rafael Correa, y Fidel Narváez.            Foto: MERU

También programas de becas para capacitación en otros países y claras políticas de ciencia y tecnología, incluso con pocos recursos, pero mucho más que en años pasados.

¿Y la conciencia revolucionaria?

La conciencia revolucionaria y el compromiso dependen de varios factores. Parte de esta educación es el compromiso social sin que sea partidista. Pero depende mucho de los dirigentes. Cuando vean, como están viendo, el entusiasmo, el deseo real de cambio en el país, se solidarizarán con ese deseo de cambio y los futuros profesionales tendrán conciencia revolucionaria. Pero tenemos que trabajar mucho más en esto… Estamos capacitando, aunque la conciencia revolucionaria es más difícil de lograr. Tenemos escuelas de formación política, pero esto depende del Movimiento País y todavía falta mucho por consolidar.

¿Qué pasa con el Sucre?

Ya está todo listo, será una moneda electrónica. Es un sistema de compensación… Comenzaremos operaciones pilotos de pruebas.

¿Piensa reemplazar al dólar como moneda nacional en Ecuador?

No. Se trata de minimizar la necesidad de dólares. Lamentablemente hemos adoptado el dólar como moneda nacional. Es muy difícil salir de la dolarización; podría crear un cataclismo social.

¿Cómo pueden los países del ALBA defenderse de acciones como el golpe de Estado en Honduras?

No hay una defensa imbatible pero, por ejemplo, Telesur es una gran ayuda; hay que tener la capacidad de información, de fuertes relaciones entres los países para apoyarnos mutualmente. Pero nada garantiza que esto no pueda suceder en Ecuador, en Venezuela o Bolivia. Por eso debemos ser muy cuidadosos en estar organizados. Nuestro gobierno tiene un gran apoyo popular, pero no está organizado para defender nuestro proceso ante cualquier intento de desestabilización.

¿En qué consiste el Socialismo de Siglo 21 en Ecuador?

Es un proceso de construcción, tratar de tomar lo mejor de socialismo tradicional, pero de otro socialismo que haya existido, como el socialismo andino, el socialismo agrario. En nuestro caso se nota mucho de la doctrina social de la Iglesia, de la Teología de la Liberación. Somos un continente cristiano. Una mejor y legítima estrategia es orientar esa religión a que sea también revolucionaria. El mensaje de la Teología de la Liberación era básicamente basta ya de la teología que nos dice que aguantemos toda la explotación en vida porque después de muertos tendremos el reino de los cielos. No, el reino de los cielos hay que hacerlo aquí y hay que luchar contra la injusticia.

¿Dónde se distancian del socialismo tradicional?

Lo anterior nos obliga a rechazar algunas cosas inviables e indeseables en el Siglo 21, por ejemplo la lucha de clases y los cambios violentos. Buscamos el cambio a través de los procesos democráticos y del voto, y no a través de la lucha armada. Hay aspectos del socialismo tradicional con los cuales coincidimos: la primacía del trabajo humano sobre el capital, la necesidad de acción colectiva, la necesidad de planificación, el rol del Estado en la economía, la búsqueda de la justicia en todas sus dimensiones, la social, la de género, la ética, la internacional.

Pero hay cosas inviables e indeseables, la lucha de clases, el propio materialismo dialéctico. Todo intento por explicar procesos tan complejos como el avance de la sociedad humana con leyes simplistas o simples, será un fracaso. También es un simplismo decir que el motor del avance de la sociedad es el individualismo, haciendo extracción de la cultura, de la comunidad, etc. Una revolución tecnológica puede crear muchos más cambios sociales en las revoluciones de producción que el supuesto materialismo dialéctico.

Pese a lo ocurrido en Honduras, o antes en Venezuela, ¿aún no cree en la importancia de la lucha de clases?

Estoy de acuerdo con que el gran desafío en nuestros países es cambiar la relación de fuerzas y pasar de un Estado capturado por ciertos poderes a un Estado que represente el poder popular. Es el primer paso para América Latina. Pero creer que todo se da por ese cambio en la relación de fuerzas, es un error. Hay muchas otras cosas importantes: la base tecnológica, los cambios culturales… No es cierto que las masas, el proletariado, siempre tengan la razón. Puedes convertirte de un Estado burgués a un Estado popular, pero eso no significa que se van a tomar las decisiones correctas.

En América Latina deben hacerse grandes cambios culturales. Es el caso de los indígenas, a los que se mitifica tanto; pero donde existe mayor violencia intrafamiliar es en el mundo indígena. No se trata sólo de transformar las estructuras. Se trata de transformar la familia, las personas, la cultura, la tecnología.

No aceptamos, pero tampoco rechazamos el materialismo dialéctico como motor de la sociedad. Esto llevaba a la lucha de clases, al cambio violento. Y tal vez el mayor error que cometió el socialismo tradicional fue no haber presentado una alternativa de la noción de desarrollo respecto al capitalismo.

*Helen Yaffe: Autora del libro ‘Che Guevara: The Economics of Revolution’, (London, Palgrave Macmillan, 2009) y miembro de la campaña británica de solidaridad con la revolución Cubana, Rock Around the Blockade (www.ratb.org.uk), office@ratb.org

(Fotos: Pixabay)

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