Globo, Reino Unido

Prostitución en el RU (II): Criminalización y estigma

Son más mujeres inglesas que extranjeras las que trabajan en la industria del sexo, aunque el discurso oficial del Gobierno y de la Policía dice lo contrario. Sin embargo, las encuestas de opinión pública muestran que la gente piensa que las mujeres deberían poder trabajar sexualmente sin ser perseguidas. Memorias de The Prisma. Julio 2012

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Cari Mitchell

César Amaya Sandino

 

Este argumento es utilizado institucionalmente para justificar el rechazo a la inmigración, de la cual depende gran parte de la economía del Reino Unido, y así poder ejercer la impunidad y la criminalización sobre las trabajadoras sexuales y las inmigrantes.

Sin embargo, y según el Colectivo Inglés de Prostitutas (English Collective of Prostitutes), la prostitución es una situación que afecta principalmente a las mujeres nativas (y a hombres en menor medida), y cuyas raíces son un agudo problema social y económico, y la estigmatización de la sociedad.

De esta situación y la prostitución en el Reino Unido The Prisma continua hablando, en esta segunda parte de la entrevista con Cari Mitchell, miembro del Colectivo.

¿Cuál es el número de mujeres en el trabajo sexual?

Son casi imposibles de encontrar, porque muchas mujeres trabajan de forma clandestina, no todas son conocidas por la policía, ni por los proyectos locales. Las mujeres en ocasiones salen, ganan algo de dinero cuando lo necesitan para pagar las facturas y después regresan a casa tan pronto como pueden. Pueden tener clientes habituales que conocen en varios lugares, en la calle y después hacen su negocio  y no trabajan en áreas específicas donde las mujeres están destinadas a trabajar.

Además, las mujeres que trabajan en lugares cerrados lo hacen en el hogar. No todas están trabajando en un salón, o en la calle principal o en un apartamento que es conocido por el proyecto local o la policía. Las mujeres son extremadamente cuidadosas sobre su seguridad y para mantener lo que hacen en la absoluta privacidad, escondido. Hay alrededor de 80.000 mujeres trabajando en la industria del sexo en este país. Creo que estas cifras son muy bajas.

Una ex trabajadora sexual, ¿regresa?

Hay mujeres que han venido a nosotros habiendo salido de la prostitución, pero se dan cuenta que van a tener que regresar a trabajar en la industria del sexo de alguna manera.

Se encuentran en situaciones desesperadas y se preguntan cómo van a mantener un techo sobre su cabeza y están pensando cómo van a sobrevivir. Por eso, y lo sabemos anecdóticamente, hay más y más mujeres que están trabajando en el sexo.

¿Hay muchas extranjeras en este trabajo?

No completamente. Pero las cifras son muy sesgadas. Y la policía y el gobierno tienen interés en que se presione sobre la historia de que los inmigrantes vienen a este país y trabajan en la industria del sexo. En Londres muchas encuestas encuentran a mujeres inmigrantes trabajando en la industria del sexo, pero también hay muchas mujeres y hombres inmigrantes en todas las industrias de servicios en Londres, así como en muchas grandes ciudades, pero particularmente en Londres.

La ciudad ha sobrevivido con otros trabajadores, con gente inmigrante en cualquier industria. Lo cierto es que hay muchas más mujeres de este país como trabajadoras sexuales, que mujeres inmigrantes.

¿Quiénes son los clientes?

Cualquier hombre con dinero extra en el bolsillo, desde adolescentes hasta pensionistas.

¿Alguna clase social en particular?

Todas las clases sociales. Siempre que los hombres tengan un poco más de dinero que la mujer, £50 o £30 extra en el bolsillo. Es mucho más común en un hombre que en una mujer. Por eso los hombres compran sexo y las mujeres lo venden, porque ellas necesitan el dinero y los hombres el sexo. Así de sencillo.

¿Y la prostitución masculina?

Es mucho menos común, por supuesto, porque los hombres tienen más oportunidades. Pero esto parece que también se está incrementando con la falta de trabajos, falta de oportunidades para, particularmente, hombres jóvenes, aunque no son solo jóvenes los que trabajan en el sexo. Pero ellos son menos criminalizados y menos juzgados que las mujeres.

¿Hace algo el gobierno para ayudar o prevenir que la gente vaya a la prostitución?

Muy lejos de eso. Todo lo contrario: está poniendo las condiciones apropiadas que van a forzar a más mujeres a la prostitución. Todos los recortes del bienestar obligan a las mujeres a ello.

¿Cómo contactan las trabajadoras del sexo al Colectivo Ingles de Prostitutas?

Es realmente por el boca a boca. Hemos estado trabajando desde 1975 como organización haciendo campaña para deshacernos de las leyes y por dinero y recursos para que nadie tenga que trabajar en la calle si ellas no quieren hacerlo.

Entonces somos bien conocidos y solíamos ser reconocidas como el sindicato de las chicas.

Pero también publicamos campañas en varias ediciones, muchas mujeres que han sido procesadas vienen a nosotros y trabajamos con ellas, defendiéndolas en la corte en algunos casos, de esta manera se corre la voz. También hacemos trabajo en los medios de comunicación y así la gente nos conoce.

¿Legalización?

Nosotros estamos por la descriminalización, no por la legalización. Los dos términos a menudo se confunden y la gente no tiene claro sobre cual recaen los problemas. Descriminalización es quitar la prostitución y trabajo sexual de la ley criminal.

En Nueva Zelanda la descriminalizaron con éxito y no es un crimen comprar sexo, pero todos los crímenes de violencia, cualquier fuerza o coacción es violación o asalto y los menores de edad, que aún es hasta los 18 años, no pueden tener sexo.

¿Han alcanzado algunos de sus objetivos para mejorar los derechos de las trabajadoras sexuales?

Ciertamente, desde que nos hemos constituido la opinión pública ha cambiado. Los medios han sido realmente forzados a tomar más seriamente a las trabajadoras del sexo.

Antes al principio de los años 80s cuando nos constituimos por primera vez, los medios se solían referir a las trabajadoras sexuales como “las chicas del vicio” y “de mala calaña. Pero ahora los medios en general se han visto forzados a respetar más.

Un ejemplo de eso es, de hecho, cuando los asesinatos de Ipswich tuvieron lugar algunos años atrás, los medios fueron allí esperando realmente que la comunidad local estuvieran desasociados de las mujeres que estaban trabajando en la industria del sexo y encontraron completamente lo contrario y se vieron forzados a informar exactamente de lo contrario.

Y por supuesto nosotros sentimos que el trabajo que habíamos hechos durante años había sido parte de ese cambio en la actitud y en la opinión pública.

La otra cosa es que todas las encuestas de opinión pública hechas recientemente, han mostrado que cerca de dos tercios piensa que las mujeres deberían poder trabajar sexualmente sin ser criminalizadas. Esencialmente, sentimos que la opinión pública está de nuestro lado.

 

 

(Fotos: Pixabay)

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