Globo, Reino Unido

Las siete vidas de Covent Garden

Nació como pequeño asentamiento a las afueras de Londinum, posteriormente fue abandonado y convertido en campo de cosecha de frutas y hortalizas, gran mercado de la ciudad y,  siglos más tarde, fue reconstruido y elevado a uno de los barrios más vibrantes de la capital británica. Su nombre no falta en ninguna guía turística. Covent Garden se reinventa o muere.

 

Texto: Nieves Silvero

Fotos: Adrian Cuesta

 

Sentado en uno de los cafés del Market Place escuchando en vivo a una soprano uno puede viajar en el tiempo. Disfrutar de un café en cualquier rincón de la Piazza, invita a trasladarse a un tiempo donde el gusto por la elegancia y las cosas bellas existe.

El barrio de Covent Garden lo sabe muy bien y cada día se complace en presentar un colorido escenario lleno de agradables restaurantes, teatros, museos, cafés, pubs, pequeñas boutiques gourmets y tiendas independientes que se reparten a lo largo de la avenida Neal’s yard y Neal Street.

Cuando el arquitecto Inigo Jones construyó la plaza central en el corazón del barrio en el año 1630, esta zona de Londres ya tenía un largo recorrido a sus espaldas desde la conquista romana.

Abandonada durante siglos, sus tierras fueron tomadas como huerto por el convento de St Peter para abastecer de frutas y hortalizas a la comunidad, de ahí su nombre.

Con la imagen del gran incendio de 1666 aún presente en la memoria colectiva, iniciaba la etapa como mercado de frutas y verduras. Poco a poco llegó a ser uno de los más famosos de Londres, llamado por los autóctonos “La despensa de la ciudad”.  Nadie podría imaginar hoy en día que hubo un tiempo en el que se caracterizó  por ser uno de los barrios rojos de la ciudad y centro de reunión de prostitutas y ladrones.

En 1973 volvieron nuevos aires de cambiamiento a la zona; el tráfico, la polución y el uso intensivo durante siglos de este viejo mercado llevaron la zona al desgaste, es cuando se decidió trasladar el mercado al sur de Londres. Covent Garden se convirtió entonces en el espectáculo de luces, música y emociones que conocemos hoy.

Es imposible pasear por sus calles y no notar la presencia de las blancas columnas de la Royal Opera House, que se erige  orgullosa frente a la Piazza. 2268 asientos han permitido que este edificio del año 1732 recoja entre sus paredes siglos de ópera, danza, teatro y ballet.

Habiendo sobrevivido a las inclusiones del clima, el gran incendio y la Luftwaffe.  La Royal Opera House recoge entre sus memorias noches de gloria y aplausos que pasarán a la historia. Artistas de la talla de Maria Callas, Plácido Domingo o Luciano Pavarotti han contribuido a sus laureles.

Pero, ¿Qué es lo que hace  que Covent Garden sea un lugar tan  especial y mágico dentro de la gran ciudad? El rey Charles I, amante de la arquitectura, observó que Londres a diferencia de otras ciudades europeas como Roma, Florencia o París, no gozaba de elegantes plazas o suntuosas avenidas. Comenzó entones una cruzada personal para construir refinados edificios, afortunadamente, fue seguido por propietarios y arquitectos, nombres como Christopher Wren, Norman Foster, o Edwin Lutyens han dejado su impronta evidente. El North Hall, el West Piazza y el South Hall Courtyard concentran gran parte del bullicio que da personalidad al lugar. Así Covent se presenta como un pequeño escenario, con sus tiendecitas abiertas todos los días del año, lugar de incansables idas y venidas de transeúntes, por donde han pasado los grandes del teatro y la ópera, recientemente también los grandes del cine, con sus suntuosas premiere entorno a la plaza.

Lejos de perder su espíritu comercial, se jacta de poseer la tienda Apple más grande del mundo, el restaurante más antiguo de Londres y las boutiques independientes para los gustos más refinados.

Es inevitable sentir la ola de fantasía entre sus calles, los artistas callejeros, los mimos, los trapecistas y los músicos que invitan a turistas y autóctonos a sentarse a la luz de los cafés.  Un espectáculo que nos hace sentir que somos un poquito artistas también. Color, bullicio y sofisticación definen esta excitante zona de Londres, el loco sueño de un monarca que quiso regalar a la ciudad su pequeño rincón distinguido.

(Fotos: Pixabay)

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