Migrantes, Multicultura

Latinoamericanos en Londres: sin una vivienda digna

El 45% de los miembros de esta comunidad inmigrante residente en Londres, afirma no sentirse felices con las condiciones de su vivienda. Su mayor problema sigue siendo el hacinamiento.

 

Miriam Valero

 

Marisol es una boliviana de 37 años nacida en Cochabamba. Tras vivir en España, decidió viajar a Reino Unido con el objetivo de dar un futuro mejor a sus hijos. Vive en la ciudad desde 2003 pero no en las condiciones que más le gustarían.

Tiene unos ingresos de £600 mensuales y comparte casa con otras cuatro familias en Southwark.

La vivienda cuenta con un único baño, que tienen que compartir todos, y no tiene ni cocina ni ninguna otra zona común. Marisol se ve obligada a desarrollar toda su vida en una habitación que hace de cocina, donde prepara comidas en precarias condiciones y donde comedor, sala de estar y dormitorio están en el mismo espacio. El ejemplo de Marisol no es aislado. El acceso de la comunidad latinoamericana a viviendas que garanticen su bienestar y no presenten condiciones de hacinamiento o de insalubridad, puede considerarse un problema importante en la ciudad, que afecta casi a la mitad de ellos.

Así, el 45% de la comunidad afirma no sentirse satisfecha con la calidad y las condiciones de las viviendas en las que habitan desde su llegada al país, según el estudio “No longer invisible: the latin american community in London”.

Algunos de los factores que inciden en este hecho serían los escasos ingresos económicos, el desconocimiento del entorno y la condición de inmigrante, en ocasiones en estatus ilegal, que empujan a muchos latinoamericanos a vivir en lugares que distan mucho de garantizar elementos como su intimidad o su adecuado descanso tras las largas jornadas laborales.

Uno de los mayores problemas en este aspecto es el hacinamiento. Casi un tercio de los latinoamericanos comparten casa con otras familias. Debido a ello, en ocasiones todos los miembros de la familia se ven obligados – como en el caso de Marisol – a vivir en una única habitación, compartiendo las zonas comunes con los miembros de otras dos. En otras casos, cuando la persona vive sola y sin su familia, puede incluso dormir en las salas comunes, si no hay habitaciones suficientes, o compartirlas con otros adultos desconocidos.

Las personas que indican sentirse insatisfechas con su hogar y vivir en condiciones de hacinamiento suelen trabajar en profesiones de baja cualificación: un 60% tiene ingresos por debajo de los £1.000 mensuales.

Por su parte, el sector masculino de la comunidad suele ser más proclive a vivir en condiciones de hacinamiento que el femenino. Según las cifras un 55% frente a un 45%, respectivamente.

Si se distingue por países, esta tasa de insatisfacción aumenta entre los inmigrantes al Reino Unido desde países como Bolivia y Ecuador.

A todo ello se suma el hecho de que la comunidad latinoamericana se instala en barrios donde las condiciones de calidad de las viviendas son pobres: Sourhwark, Lambeth, Haringey, Hackney e Islington, entre otros.

El estudio indica que este hecho se debe a que estos barrios se encuentran cerca de donde generalmente están localizados sus trabajos.

Otras características

El 40% de los latinoamericanos en Londres vive en estatus de alquiler y cerca de dos tercios vive en alquileres privados de mala calidad.

En este sentido, en el informe los entrevistados denuncian las abusivas rentas que pagan por sus viviendas, muchas veces en malas condiciones y sin mejoras por parte de los propietarios.

Mientras tanto, sólo un 14% vive en casas de su propiedad, lo que, comparándolo con la media londinense, es tres veces inferior a la tasa de propiedad que se da en la ciudad. En este aspecto son los ciudadanos peruanos los más afines a tener en propiedad una vivienda.

Por otro lado, los latinoamericanos también tienen acceso limitado a las viviendas de protección oficial debido a su estatus de inmigrantes: sólo un 16% de ellos viven en acomodación de este tipo.

Un dato interesante en este aspecto es que son muchas más mujeres las que acceden a este tipo de viviendas que los hombres: un 22% frente a un 8% de ellos.

En otras palabras, que lo que pareciera una subida de ‘estatus’ al vivir en un ‘pais desarrollado’, se convierte para los latinoamericanos en un escenario que quizás en sus países jamás han vivido.

Sencillamente porque aquí es muy fácil ‘desclasarse’.

(Fotos: Pixabay)

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