¿Para lograr la paz hay que impulsar la guerra? El más reciente cálculo del Índice Global de Paz aseguró que en 2015 el deterioro de ese rubro en el mundo tuvo un efecto económico de 13,6 billones (millón de millones) de dólares.
Cira Rodríguez César
Dicho reporte, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), aseguró que el mundo se convirtió en un lugar menos pacífico, por el aumento del terrorismo, la violencia y la inestabilidad política.
La cifra informada sobre el impacto económico de ese fenómeno es equivalente al 13,3% del producto bruto mundial, y semejante 11 veces el tamaño de la inversión extranjera directa internacional.
En relación con los últimos 10 años, el efecto económico de la violencia fue de 137 mil billones, una cifra superior al Producto Interno Bruto (PIB) global en 2015, según los datos aportados por esa entidad.
De acuerdo con el IEP, Medio Oriente y África quedaron como las zonas menos pacíficas del mundo, consecuencia de una intensificación de los conflictos regionales arrastrando a la paz mundial.
Es tal el nivel de violencia en esa parte del planeta que cuando se consideran por separado los niveles de paz mundial promedio mejoran, y tres de las cinco mayores incidencias se localizaron en esa región con Yemen, Libia y Bahrein.
Al respecto, el fundador y presidente ejecutivo del IEP, Steve Killelea, consideró que mientras los conflictos internacionales en Medio Oriente y África se arraigan más, crecen las partes externas involucradas y aumenta el potencial para guerras indirectas o subsidiarias entre las naciones estados.
Sobre esa base, Killelea ejemplificó cómo la situación bélica en Siria involucra actualmente múltiples partes que no son estados y avanza hacia países como Yemen, y agregó que actualmente hay un enfrentamiento más amplio entre Arabia Saudita e Irán y aumentó la presencia de Estados Unidos y Rusia.
El cálculo del Índice Global de Paz también destaca una desigualdad marcada y creciente en los niveles mundiales de paz, lo cual provoca una cada vez mayor brecha entre los países con más y menos tranquilidad.
Dicho indicador advierte que hacer frente a la disparidad mundial de la paz y conseguir una reducción general de un 10% en el impacto económico de la violencia produciría un dividendo al respecto de 1,360 billones de dólares, equivalentes aproximadamente al volumen de las exportaciones de alimentos mundiales.
La última edición del Índice Global de Paz hizo un análisis de 23 aspectos, entre ellos, los conflictos nacionales e internacionales en marcha, la seguridad y prevención en la sociedad, además del grado de militarización en 163 países y territorios, e incluyó las tendencias sobre la paz y la violencia en la última década.
No por menos noticioso resulta la alerta realizada en cuanto al número de refugiados y desplazados.
Se sabe que éste ha aumentado de forma significativa en los últimos 10 años, hasta duplicarse y alcanzar los 60 millones de personas entre 2007 y 2016, lo que equivale a cerca de un 1% de la población mundial.
No hay un lugar tranquilo
La décima edición del Índice Global de Paz señala una desigualdad marcada y creciente en los niveles mundiales, que «provoca una cada vez mayor brecha entre los países con más y menos paz», según explicó el IEP.
Otros datos relevantes indican que, mientras 81 naciones alcanzaron un mayor escenario de calma, el deterioro en otros 79 se agravó, lo cual significa que la paz se redujo a un ritmo más rápido en comparación con el año anterior.
Y cómo no ha de ser así si el gasto militar mundial ronda los 1,7 billones (millones de millones) de dólares, lo que equivale al 2,6% del (PIB) global.
Sobre ese asunto Steve Killelea alertó de los cambios que experimentan algunos conflictos en Medio Oriente:
«En esa región están cada vez más atrincherados, las partes externas se implican cada vez más y el potencial de una guerra de apoderados o indirecta entre las naciones estados va en aumento», en alusión directa al papel de varios gobiernos de la zona.
También significó que el aumento de la internacionalización de los conflictos internos coincide con los fondos para mantenimiento de la paz de la ONU llegando a su cifra más elevada en 2016. (PL)
Fotos: Pixabay
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