Globo, Reino Unido

¿Son los ingleses diferentes a… nosotros? (I)

Una gran mayoría de las personas está de acuerdo en que los británicos son educados y puntuales. Pero lo que también creen muchos es que son un tanto “especiales”: conducen por la derecha, tienen su propia moneda, un humor particular…

 

Javier Duque

 

Hubo un tiempo en que el Imperio Británico dominaba gran parte del mundo, especialmente entre 1.870 y 1.920. Tenían una población de unos 458 millones de personas y unos 31.700.000 km², lo que significaba aproximadamente una cuarta parte de la población mundial y una quinta parte de la superficie terrestre.

Con estos datos está claro que algunos de ellos podían sentirse “los reyes del mundo”. Pero la historia puso a todas las potencias colonizadoras en su sitio y devolvió a cada uno a su territorio correspondiente.

Actualmente el Reino Unido se ha reducido a una isla que posee unos 61 millones de habitantes y comprende unos 244.000 km², aunque ello no evita que muchos de sus habitantes se sigan sintiendo “diferentes”, “especiales” o, incluso, “mejores”.

Al menos eso es lo que piensan algunos ciudadanos del resto del mundo y que lo justifican por hechos como que conduzcan por el lado contrario, tengan otra moneda, otras medidas de peso…

A continuación se reflejan algunas de estas diferencias entre el Reino Unido y los demás.

Conducción

Cualquier turista extranjero que llega a Gran Bretaña puede comprobar que en el suelo de la calzada se le avisa para qué lado mirar –“Look right” o “Look left” cuando vaya a cruzar la carretera.

Porque en Inglaterra, al igual que aproximadamente el 35% de personas en el mundo – la gran mayoría de países que pertenecieron al Imperio Británico -, conducen por la izquierda. Es decir: el asiento del conductor se sitúa a la derecha.

Existen varias teorías sobre el porqué de esta costumbre como por ejemplo la de que el papa Bonifacio VIII ordenó a los peregrinos que iban a Roma que fueses por el lado izquierdo de las calzadas.

Si bien la hipótesis más sólida es la que se sitúa en la época del inicio del desarrollo del comercio y trasporte de los primeros productos: los carros de caballos iban por la izquierda así los conductores usaban la mano derecha para la fusta y la izquierda para las riendas.

De esta manera se evitaba además que cuando se fustigaba al caballo se pudiese alcanzar también a los caminantes que iban por los exteriores de las calzadas.

Por otra parte, se afirma que tras las conquistas de Napoleón éste ordenó el circular por la derecha y lo extendió a todos sus dominios. Inglaterra, que no había sido conquistada por el emperador francés, siguió circulando por la izquierda. Hasta hoy.

Moneda

Aunque el Reino Unido forme parte de la Unión Europea, el hecho de mantener su propia moneda puede que no se trate simplemente de que se busque marcar la diferencia frente a los otros países,  sino que responde a cuestiones económicas más complejas.

Con la libra, y teniendo en cuenta el panorama mundial actual en el que países que adoptaron el euro como Grecia, Portugal, España e Italia se están hundiendo, los ingleses no se encuentran en una mala situación. Además está la convicción de que una adopción del euro les haría perder autonomía para establecer sus ratios de interés.

Asimismo, esta integración en la moneda europea se antoja aún más difícil – casi imposible – con el actual primer ministro, David Cameron, quien ha afirmado que no se pasarán al euro mientras él esté al mando.

Pero es que además la libra esterlina es una seña de identidad británica que nació por el año 1560 de la mano de Isabel I, reina por aquel entonces, con lo que la mezcla monarquía y tradición se convierte en fuerte afianzamiento.

Humor

El humor, procedente de humorismo (modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas), es una palabra muy amplia.

Difícilmente se le ocurriría a cualquier intentar calificar el humor en diferentes situaciones y personas. Bueno, quizás puedan categorizarse fácilmente el denominado “humor verde”,  que emplea un vocabulario grosero y vulgar, el “humor negro”, cuyo tema más habitual es la muerte y las situaciones de dolor.

Sin embargo hay un país que tiene su humor elevado a primera categoría: el Reino Unido. Es el humor inglés, tradicionalmente basado en la ironía.

Se considera un humor inteligente, elegante, ágil, respetuoso…aunque al mismo tiempo espinoso, que incluso puede tener varias interpretaciones y es capaz de hacer reír y pensar. Peor otros momentos, capaz de herir.

Puede que alguien sea ofendido por este humor pero, eso sí, lo será a través de unas palabras muy finas que pueden hacer incluso que uno no se dé cuenta de que está siendo “atacado”.

Algunos maestros del humor inglés han sido Tom Sharpe, Alan Bennett, Nick Hornby y Julian Barnes.

Lo cierto es que no es un humor fácil de entender, o al menos, de comprender por todos, debido a que en muchas ocasiones posee una sutiliza excesiva. Sin que por ello el mensaje implícito tenga nada de sutil.

Calzado

A la ropa, y en este caso al calzado, también llega la diferenciación. Es por ello que en muchas etiquetas de zapatos y zapatillas nos aparezca la talla correspondiente en China, Estados Unidos, Europa y, además, Reino Unido.

La gente se podría preguntar por qué no iba a aparecer el Reino Unido cuando aparecen otros países. La diferencia es que son lugares con mucha más demanda debido a su población: especialmente la de China.

No obstante, en el caso inglés vuelve a tomar protagonismo la Corona. En este caso el rey Eduardo II, que en 1324 determinó la medida de los zapatos.

Éste fijó que tres granos de cebada juntos constituían una pulgada (2,54 cm) y que 12 pulgadas eran un pie (30,48 cm). Por ello los zapateros cogieron como unidad de calzado el grano de cebada.

Aún así, la unidad de cebada resultó ser demasiado grande y se introdujeron los números medios (1, 1½, 2, 2½…) que es como se siguen manteniendo hasta la fecha.

Otras medidas

Entre otras medidas particulares inglesas existe, por ejemplo, la milla. Procede de la milla romana que equivalía a mil pasos (1 paso=5 pies), por lo que una milla eran 5000 pies.

Los ingleses, antes de intentar establecer la milla, usaban como medida el furlong y al hacer la equivalencia no daba un número exacto con lo que modificaron la longitud de su milla: la romana es de 5.000 pies y la inglesa de 5,280 pies.

Otro caso es el de la pinta, unidad de volumen en el sistema imperial y muy usada por los ingleses sobre todo a la hora de pedir cervezas. Equivale a 568,26125 ml.

Una última diferencia es la del peso, que es vez de usarse el kilogramo – unidad básica de masa del Sistema Internacional de Unidades – usan la libra, que equivale a 453,59237 gramos.

Todos estos casos hacen comprobar que, efectivamente, los ingleses parecen llevar en ocasiones un poco la contraria al resto del mundo. Pero muchas de sus “peculiaridades” provienen de épocas pasadas y forman parte de su historia, con lo que nadie está obligado a cambiarlas y mucho menos a tacharles por ello de querer “ser diferentes” o “especiales”.

(Fotos: Pixxabay)

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