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¿Por qué les gusta la bebida a los estudiantes?

Vino, vodka, ginebra, cerveza, whisky, champán, oporto, ron, absenta, sidra, el repertorio de bebidas alcohólicas expuestas en estanterías por todo el país es casi tan innumerable como las enfermedades que provoca su uso excesivo; canceres de boca, cuello, y garganta; hipertensión, pulso irregular y cirrosis hepática, por no mbrar las mas graves.

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Ben Stupples*

 

Tal vez haya pensando que en nuestras tan consagradas universidades (donde se encuentran la mayoría de mentes inteligentes jóvenes de nuestra sociedad), los estudiantes harán un esfuerzo deliberado para evitar exponerse al alcohol, una  sustancia que David Nutt, un antiguo asesor del gobierno en temas de drogas,  reconoce como “la droga más peligrosa en el RU”.

Sin embargo puede que esté totalmente confundido. Aunque en  cierta medida, la cultura de consumo de alcohol  siempre ha estado presente en nuestras universidades, consecuencia casi siempre de la libertad social que descubren los cándidos estudiantes una vez emancipados de sus padres, la influencia que tiene el alcohol en los estudiantes universitarios se ha ido reforzando lentamente gracias a la aparición y desarrollo de lo que el Prof. Nylund describe como “the new lad”, al parecer un joven misógino, hedonista y amoral.

Como dice una estudiante de Literatura Inglesa y Español de segundo curso en una universidad del Russel Group, hoy en día “el alcohol esta totalmente arraigado en el modo de vida de la mayoría de los estudiantes y sin ninguna duda la camaradería “laddish” que existe entre los estudiantes masculinos alienta esta cultura.

Beber alcohol ya no es solo una manera de divertirte con tus amigos sino también una manera de probar lo que vales ante tus iguales en clubes de deportes y sociedades estudiantiles.”

Curiosamente, el profesor Nylund comenta que esta cultura del  “new lad”  fue inicialmente una respuesta a la “humillación y vejación” causada por el movimiento “girl power” en los 90- ¿os acordáis de las Spice Girls? El Prof. Nylund explica como los hombres a lo largo de este periodo se sintieron “maltratados por el feminismo” lo que provoco  la subyugación del estereotipado <típicamente> y dominante ego masculino y su subsiguiente transformación en una figura pasiva.

A partir de entonces los hombres necesitaban responder al segundo movimiento feminista, necesitaban encontrar una identidad nueva.

Sin embargo, la respuesta del “new lad” al movimiento  “girl power” no fue reinventarse como un hombre respetuoso y honrado sino como lo que se puede  considerar simplemente un empeoramiento del antiguo hombre insensible, borracho y agresivo.

“Los chicos tomaron una postura anti intelectual” dice el Prof. Nylund, “menospreciando la sensibilidad y el afecto y favoreciendo la ingesta de alcohol, la violencia y la actitud racista hacia las mujeres, existente antes del movimiento feminista”.

Por lo tanto no resulta nada sorprendente que durante este periodo se produjera la aparición y el posterior auge en popularidad de las revistas para hombres, como Maxim (1995), FHM (rebautizada en 1994) y Loaded (1994); a la vez que gozaron de gran éxito las películas que promovían la hegemonía masculina como ‘Snatch’ (2000) o ‘Lock Stock and Two Smoking Barrels’(1998). Por ejemplo, la película ‘Snatch’, según su director, Guy Ritchie, que contó con un presupuesto de $3,000,000 tuvo unas ganancias de mas del 400%; solo en el RU el beneficio bruto fue de £12,137,698.

Puede que  durante la última década del siglo XX el movimiento “new lad” consiguiese liberar a los hombres de las garras del movimiento “girl power”.

Sin embargo los jóvenes adultos de hoy,  que son la generación que creció en medio de la confusión creada por el conflicto de géneros, son defensores de su cultura y desde el comienzo del milenio han anulado cualquier movimiento feminista que haya podido surgir, comportamiento que se manifiesta claramente en el estilo de vida “laddish” del estudiante universitario.

Por ejemplo, vomitar los contenidos alcohólicos saturados que tiene uno en el estomago en el exterior de la discoteca (un signo de la cultura amante del alcohol, “new lad” descrita por el Prof. Nylund) no esta solamente aceptado sino que, increíblemente, es la norma.

Si vas a una ‘pre-lash’ (una medio fiesta que se hace en casa y donde los estudiantes beben, a menudo en exceso, para evitar gastar dinero mas tarde en los bares), vomitar en una papelera o un lavabo, y si la cola para el baño es muy larga en la moqueta, es una practica muy común.

Por mi propia experiencia como estudiante sé que el uso del baño es un lujo ostentoso.

Tampoco deben de ser ignoradas las preocupantes connotaciones de flagelación que evoca el verbo “to lash” (azotar en castellano) en el término “pre-lash”. Estoy seguro que muchos pensaran que es una ironía y que su significado no se debe tomar en serio.

Sin embargo, aunque puede que este fuera el caso cuando se inventó el término, hoy en día debido a las cantidades ingentes que beben los estudiantes antes de salir se convierte en un tema serio.

Por ejemplo, según un estudiante de Francés y Español “en una fiesta pre-lash no es raro beber una botella de vino en menos de una hora”- una cantidad que equivale tres veces al limite de alcohol para conducir.

Con este comportamiento los estudiantes están maltratando sus propios cuerpos de una manera tonta y peligrosa y que puede provocar serias consecuencias en su salud física en el futuro. Como dice el Dr. Varuna Aluvihare, especialista en enfermedades relacionadas con el hígado en el King’s College Hospital “este tipo de actividad contribuye al hecho de que actualmente se vea gente mucho mas joven con cirrosis relacionadas con el alcohol”.

Cualquier día de la semana puedo llegar a ver a pacientes de entre 20 y 30 años con hígados que trabajan al 5% o 10% y que necesitan un trasplante, cuando hace 15 o 20 años  casi nunca se veía esto en gente menor de 50 años”

Asombrosamente algunos estudiantes beben incluso antes de ir a una fiesta ‘pre-lash’. Como dice una estudiante de una destacada universidad de RU, “suelo mirar y cronometrar a mis compañeros de piso varones antes de ir a una fiesta pre-lash hacer ‘strawpedo’  (practica que consiste en beberse una bebida lo mas rápido posible usando una pajita elástica), con botellas de vino que se beben en menos de diez segundos”.

Y continua diciendo “nunca habría pensado antes de venir (a la universidad) que acabaría aceptando este comportamiento como normal. Tal vez lo hemos aceptado como parte de nuestra vida cotidiana.”

Por lo tanto la sociedad estudiantil ha sido adoctrinada en una cultura alimentada por el alcohol que se esta convirtiendo en un problema generalizado en las universidades y que los estudios sobre sus efectos negativos afirman que debe resolverse pronto.

Estudios recientes realizados por Gabrielle Ivinson de la Universidad de Cardiff y Patricia Murphy de la universidad Open University identifican la cultura ‘lad’ como fuente de confusión en el comportamiento y Adrienne Katz la ha asociado incluso con tendencias depresivas y suicidas.

Pero quizás el aspecto más turbador de la cultura ‘lad’ contemporánea es como las mujeres se han visto afectadas.

La “Drunkorexia”, termino que se usa para llamar al habito de las estudiantes de dejar de comer para que no les engorden las bebidas alcohólicas, se ha convertido en un asunto tan extendido que se están empezando a realizar investigaciones científicas sobre ella.

La Doctora Victoria Osbourne, la científica mas importante en “drunkorexics”, afirma que “privar de aportes nutricionales adecuados al cerebro y luego consumir grandes cantidades de alcohol (el estilo de vida de un ‘drunkorexic’) puede provocar problemas a corto y largo plazo que incluyen: problemas de concentración, de estudio o de toma de decisiones.”

A juzgar por lo que he escrito en este articulo puede parecer que este a favor de la abstinencia, pero quiero clarificar que no lo estoy de ninguna manera. Muy a menudo disfruto bebiéndome uno o dos vasos de alcohol (a veces incluso más) en pubs y clubs con mis amigos y también en la universidad y en casa.

No ha sido un  pedante deseo narcisista o pretencioso el que me ha llevado a escribir este artículo sino una preocupación justificada por mis compañeros estudiantes: la futura infraestructura del sistema político y académico de nuestro país.

Todos y cada uno los estudiantes de todas las universidades deberían recordar que a la larga son ellos mismos  los que tienen el control de sus vidas y por lo tanto de sus propias decisiones.

La presión de grupo, que indudablemente es un factor muy importante en la cultura alcohólica de la sociedad estudiantil, a pesar de parecer abrumadoramente poderosa también puede ser fácilmente rechazada con una palabra simple que se olvida a menudo: NO.

Si por el contrario,  los estudiantes ‘laddish’ continúan con su imprudente nivel de ingesta de alcohol sus hígados, trágicamente y puesto de una manera simple, puede que no duren mucho.

*Ben Stupples: estudiante universitario de segundo curso.

(Traducido por Ione Aldaz) – Fotos: Pixabay

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