John vive en un viejo armario de calefacción de gas, que forma parte de un bloque de oficinas, y el guardia de seguridad le permite quedarse porque siente pena por él. Memorias de The Prisma. Diciembre 2015
Steve Latham
Pero, John dice que el armario es lo suficientemente caliente, porque está en el medio de la cuadra, la que de por sí está bien acondicionada.
Además tiene un saco de dormir para dormir y cuando llega la noche ve películas en su teléfono móvil.
Por supuesto, lo hace en la oscuridad porque no hay electricidad.
Todas las mañanas lava baños públicos y luego visita varias agencias que ayudan a las personas sin hogar.
Jane llegó a nuestra zona en primavera, junto con su novio Geoff. Él desapareció recientemente, y a ella se le ha visto con una serie de jóvenes.
Ellos parecen ofrecerle una mezcla de compañerismo y protección, a cambio de sexo libre. Sin embargo, a medida que avanzaba el verano, ella se fue transformado poco a poco ante nuestros ojos.
Los moretones, cortes e infecciones están distribuidos en las partes visibles de su cuerpo, incluyendo la cara. Y varios de sus dientes desaparecieron entre las veces que la vi.
Dos caras del problema de la falta de vivienda en Londres; una actualización del clásico de George Orwell, «Sin blanca en París y Londres»
Cifras recientes de la biblioteca de la House of Commons muestran que la falta de vivienda de Londres ha aumentado en un 38% desde 2011.
Esto continúa la tendencia que se remonta a la recesión de 2008, lo que provocó un rápido aumento de las personas sin hogar en la capital.
Los recortes a los beneficios y reducciones en las viviendas sociales han hecho que la situación de las personas en condiciones precarias sean aún peores.
Las expectativas de vida de las personas que viven en condiciones difíciles, en la calles, es de 47 años de edad, es decir: 30 años menos que la población general.
Hasta ahora no es tan malo como lo recuerdo de la Gran Bretaña de Thatcher en la década de 1980. Luego hubo una «ciudad de cartón» en el paso subterráneo de la estación de Waterloo en el centro de Londres.
Era, literalmente, tan mala como todo lo que he visto en las chabolas del tercer mundo, con personas que viven en chozas hechas de cajas de madera, incluso durante el invierno Londres.
Pero la gente que duerme en la noche a las puertas de las tiendas caras en The Strand, que me creía que había desaparecido para siempre, han regresado.
No obstante, tratar de dormir un poco a campo abierto es difícil.
Algunos hablan de tener que dormir «con un ojo abierto.
Se trata de estar atento a los ataques de los que regresan borrachos de las discotecas, o lde adrones que intentan robar lo poco que estas personas sin hogar todavía poseen.
Para muchos, sin embargo, el peligro y la incertidumbre de la vida en las calles es preferible a quedarse en uno de los albergues sin hogar, debido a la agresión y el abuso de drogas, frecuentes en muchos de ellos.
John está buscando lo peor para el vestir, ahora que el frío lo está golpeando, y su conversación es marcadamente más desesperada y agitada mientras mira con ansiedad a su alrededor.
Y Jane. No la hemos visto desde hace semanas. Nadie de la comunidad de la calle parece saber dónde está.
(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marín) – Fotos: Pixabay
.jpg)
