Migrantes, Multicultura, Reino Unido

R.U: ‘¿Inmigrantes de tercera generación’ o ‘británicos’?

Nacieron en el Reino Unido de padres nacidos de aquellos que vinieron en busca de una vida mejor en el extranjero. Habiendo vivido aquí toda su vida con mejores habilidades, más oportunidades, mayores recursos económicos y un desapego por la patria de sus abuelos, ¿pueden ser aún considerados extranjeros.

 

Michelle Gooden-Jones

 

La primera generación de inmigrantes suele sentir que su hogar está en el país en donde nacieron.

Después de venir a Gran Bretaña debido a una demanda de trabajadores y la oportunidad de mejorar sus vidas, muchos tienen el objetivo, o por lo menos desean, un día volver a su hogar.

Esa sensación de partición entre su país natal y Gran Bretaña hace difícil que los inmigrantes se adapten totalmente a la cultura británica. No estando seguros de desear asimilarla, muchos forman sus propios grupos u organizaciones étnicas para ayudarse y para apoyarse mutuamente. Sus hijos, a los conocidos como inmigrantes de segunda generación, generalmente desean crear una vida más interesante para sí mismos.

A menudo son bilingües, se sienten cercanos a su país de origen, y fueron criados por padres conservadores de la clase obrera quienes mantuvieron sus tradiciones, sin embargo, son fuertemente influenciados por la cultura británica.

A través de la escuela, de un mejor uso del lenguaje, de más oportunidades y una mayor interacción con otros británicos de origen, suelen sentir esa ambivalencia entre los ideales de sus padres y sus esperanzas de inmersión en la gran sociedad británica.

Para cuando ellos tienen sus hijos, dando nacimiento a la tercera generación de inmigrantes, prácticamente todas las conexiones con la tierra de sus antepasados, más allá de los genes, han desaparecido. Muchos inmigrantes de la tercera generación nunca visitaron la patria de sus abuelos, y nunca aprendieron su lengua materna, y tienen la certeza que Gran Bretaña es su hogar.

Completamente integrados

Se ha dicho que el proceso de establecimiento y de integración es más difícil para la primera generación de inmigrantes, quienes a menudo pasan mucho tiempo trabajando, intentando sobrevivir, y construyendo una vida para sus hijos – lo cual no les deja tiempo para el ocio o para dominar una nueva cultura.

Este proceso de integración es más simple para la segunda generación, especialmente puesto que van a las mismas escuelas que otros niños británicos, lo que los ayuda a adquirir el lenguaje, los hábitos y las creencias.

Aun así, son fuertemente influenciados por el país natal y los valores tradicionales de sus padres.

Sin embargo, los inmigrantes de tercera generación a menudo se integran mucho mejor en la sociedad británica. Son absorbidos por la cultura británica y generalmente tienen una conexión mucho menor con el país de origen de sus abuelos. Muchos se han asimilado completamente, identificándose como británicos, y tienen una relación muy reducida con la cultura de sus antepasados. Los niveles de matrimonios mixtos con la gente de diversas etnias son generalmente mayores. Tienen un interés mucho menor en la política del país del cual sus abuelos emigraron, un mayor interés en la política de Gran Bretaña, y muy poca o ninguna capacidad de comunicarse en la lengua materna de sus predecesores.

Aunque sus abuelos pueden haber soñado con volver algún día a su hogar, muy pocos inmigrantes de tercera generación sueñan con volver al país originario de sus familias, y para muchos, Gran Bretaña es el único hogar que conocen.

Mientras sus abuelos y sus padres pudieron no sentirse como en su hogar en Gran Bretaña, aceptaron que eran diferentes, y en algunos casos incluso esperaban ser discriminados, lo más probable es que los inmigrantes de tercera generación enfrenten al racismo, presionen por la igualdad y luchen contra la discriminación.

Una vida mejor

Cada vez más, los inmigrantes de tercera generación se mudan fuera del centro de Londres hacia los suburbios más prósperos.

A diferencia de muchos de sus abuelos quienes emigraron a Gran Bretaña obteniendo trabajos no especializados, los inmigrantes de tercera generación suelen tener mejores oportunidades económicas.

Están más motivados por la riqueza y las aspiraciones, por tener mejores perspectivas de empleo, opciones de mejores escuelas y más oportunidades comerciales. Para esta tercera generación de inmigrantes es más fácil emerger como jóvenes profesionales dinámicos, empresarios y ambiciosos creadores de riqueza.

La brecha entre su comunidad étnica y la cultura británica se ha empequeñecido, lo cual implica menor presión y la opción de elegir que tanto quieren asociarse con cada país.

Sin embargo, pese a que los inmigrantes de tercera generación tienen mejores oportunidades económicas que sus padres y abuelos, una investigación realizada por University College Londres en el 2008 ha demostrado que el nivel de empleo de las minorías étnicas – a excepción de los hombres provenientes de la India – es generalmente menor que el de los británicos blancos. La investigación de esta universidad también ha demostrado que aunque los inmigrantes de tercera generación tienen opciones de mejores escuelas, los estudiantes británicos blancos todavía superan a los estudiantes de las minorías étnicas quienes se encuentran al menos en un 42% por debajo del estándar en relación a los niños británicos blancos.

También se ha demostrado que a pesar de que el número de minorías étnicas británicas que se mudan a las afueras de Londres se está incrementando, éstas se encuentran mucho más concentradas en la capital que los blancos nacidos aquí.

Problemas de identidad

A pesar de que muchos inmigrantes de tercera generación no se ven a sí mismos como inmigrantes, nunca han visitado el país del cual sus abuelos han emigrado, y pueden incluso sorprenderse cuando les preguntan «¿de dónde es usted?», ya sea debido a las diferencias de raza o su apariencia, hay gente que puede no considerarlos propiamente británicos.

Esto puede causarles un entendimiento complejo sobre sí mismos, generalmente haciéndoles pensar si deben sentirse propiamente británicos.

Consecuentemente, una especie de nostalgia por la cultura de sus abuelos puede envolverlos, generando mayor confusión alrededor de esta noción que tienen acerca del país natal de sus ancestros.

Debido al aumento de la islamofobia en Gran Bretaña desde los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, las bombas en Londres del 7 de julio de 2005, y la crisis reciente de refugiados con una gran parte de pedidos de asilo provenientes de países musulmanes, esta tercera generación de musulmanes en el Reino Unido encuentra aún más difícil insertarse en la sociedad británica.

Los académicos observaron un cambio dentro de la sociedad musulmana británica, de generaciones anteriores que perseguían los ideales de integración, a una generación joven que hoy tiene una lucha de valores, y se ha interesado más en reafirmar sus características distintivas.

Para muchos musulmanes de tercera generación, es probable que el aumento en los niveles de islamofobia en Gran Bretaña hayan contribuido a un mayor cuestionamiento acerca de su identidad y de la falta de autoestima acerca de quiénes son.

En el 2001, el censo nacional de estadísticas sobre musulmanes jóvenes encontró que el 16% de las mujeres y el 13% de los hombres demostraron tener mala salud – el nivel más alto de todos los grupos religiosos británicos.

Asimismo, se encontró que el 31% de jóvenes musulmanes británicos dejan la escuela sin título, en comparación con el 15% de la población total.

Los inmigrantes de tercera generación pertenecientes a etnias blancas seguidores del cristianismo logran insertarse mejor, mientras que los no-blancos y no-cristianos pueden aún sufrir discriminación racial y religiosa, haciéndolos más conscientes sobre su raza o religión, más proclives a políticas de integración y más resueltos a oponerse a la discriminación.

Sin embargo, y a pesar de existir cierta discriminación hacia ellos, no es técnicamente correcto hablar de una tercera generación de inmigrantes, ya que éstos no han inmigrado, y, por lo tanto, no son inmigrantes.

Son simplemente etiquetados como tales con esta frase que los conecta con su historia ancestral.

Este término es en cierta medida reductor, removiendo facetas de una persona, y no es algo elegido, sino más bien atribuido. La mayoría de los inmigrantes de tercera generación están totalmente integrados y el razonamiento que avala el llamarlos «inmigrantes» es cuestionable.

(Tranducido por Sofia Aldazabal Wood)Fotos de Pixabay

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