Tras un año del diagnóstico de los primeros casos con la Covid-19 en Cuba, muchos pequeños han tenido que enfrentar el confinamiento entre clases televisivas, encuentros virtuales con familiares y amigos, u otras formas de entretenimiento, siempre en el hogar.
Por aquellos meses de 2020, se pensaba que este grupo era el menos afectado por la enfermedad. Sin embargo, las cifras demuestran que constituyen un sector de mucho riesgo.
Especialistas aseguran que la mayoría de estos pacientes pediátricos cursan la dolencia de forma asintomática o con una leve sintomatología; pero algunos casos llegan a terapia intensiva donde precisan atención más especializada.
Lorena Puentes Arencibia, por ejemplo, es una pequeña de cinco años, de la central provincia de Villa Clara, que en noviembre de 2020 se le diagnosticó leucemia linfoblástica aguda, el tipo de cáncer más común durante la niñez, según expertos. El 13 de enero de 2021 hubo que interrumpir su tratamiento porque se le diagnosticó Covid-19.
“Hizo neumonía, miopericarditis (miocarditis más pericarditis) y hubo que administrarle antibióticos, drogas vasoactivas, diuréticos y vasodilatadores para apoyar su función cardiovascular deteriorara”, explica a Prensa Latina la doctora Lisset Ley, Cardiopediatra del Hospital Universitario José Luis Miranda de Villa Clara.
Estuvo en terapia intensiva en el hospital militar Manuel Fajardo Rivero hasta el 19 de enero y el 8 de febrero reingresó en la sala de Hematología del pediátrico José Luis Miranda donde fue valorada por los especialistas y se le realizaron reajustes en el tratamiento para reiniciar la quimioterapia.
En la actualidad se encuentra recuperada, pero se le realiza un seguimiento estricto debido a su enfermedad previa y a las secuelas ocasionadas por el coronavirus.
La población pediátrica de Cuba será inmunizada con las mejores fórmulas que se desarrollan en este país de Soberana 01 y Soberana 02, candidatos vacunales antiCovid-19 del Instituto Finlay de Vacunas (IFV).
La directora de investigaciones de ese centro, Dagmar García, explicó que avanzar hacia el segmento infantil con proyectos tan novedosos requiere un rigor superior, por lo cual necesitan evaluar primero los productos en poblaciones adultas antes de hacerlo en los infantes.
“El diseño de la vacunación en grupos pediátricos está en proceso y debe estar listo para abril, y en ese mes comenzar los ensayos clínicos con la mejor formulación de nuestras vacunas Soberana 01 y Soberana 02”, resalta.
El estudio se desarrollará en infantes de cinco a 18 años de edad, iniciando primero en pequeños de entre 12 a 18, “y una vez demostrada la seguridad en esos grupos etarios, bajaríamos a los de cinco a 12”. La documentación de este proceso pasa actualmente por una revisión del comité de ética de investigaciones.
Directivos del Finlay aclararon que no se incluirán pequeños entre cero y cinco años porque sus sistemas inmunes están expuestos a otras cargas de vacunas destinadas a la inmunización en esos períodos de vida.
Conocida como la generación pandemials, por nacer en el 2020 o crecer durante la crisis sanitaria internacional causada por la Covid-19, los niños de hoy incorporan a su vocabulario cotidiano frases como nasobuco, cuarentena y distanciamiento.
El lavado y desinfección de las manos, superficies y objetos se ha convertido en una práctica habitual para ellos, incluso en ocasiones divertida, pues en su inocencia lo interpretan como un juego, pero cumplen estas medidas higiénico-sanitarias con gran disciplina en su día a día.
Cuba planea inmunizar con una vacuna propia contra la Covid-19 a toda su población en este 2021, incluso a otros pueblos necesitados. (PL)
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