Globo, Mundo, Reino Unido

Lo que deja la pandemia

La emisión descontrolada de dólares estadounidenses sin respaldo económico generará inflación, pérdida del poder adquisitivo y de la hegemonía del billete verde, moneda considerada como reserva mundial y principal divisa utilizada en el comercio.

 

Teyuné Díaz Díaz

 

En entrevista con Prensa Latina el jefe del Departamento de Comercio e Integración del de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), Faustino Cobarrubia, explicó que, para amortiguar el golpe de la pandemia de la Covid-19, la Reserva Federal impulsó la impresión desmedida de dólares lo cual traerá consecuencias a largo plazo.

Solo en 2020, el banco central norteño emitió el 20% de los billetes verdes que circulan en el país, una cifra escalofriante para un año, dice el experto.

Unido a ello, el gobierno aprobó importantes paquetes de estímulos, uno promovido por el entonces presidente Donald Trump y considerado como el mayor de la historia con dos billones de dólares (millón de millones), estimado en el 13% del Producto Interno Bruto (PIB) de la primera economía mundial.

Igualmente, el actual mandatario, Joe Biden, autorizó otro ambicioso plan económico por unos 1,9 billones de dólares, el más grande para un primer año de gestión, explica Cobarrubias.

Pero el endeudamiento generalizado -puntualiza- es la “otra cara del panorama económico que intentan vendernos, una situación que abarca a las empresas, las familias y hasta el gobierno”.

Tan solo la deuda gubernamental asciende a unos 28 billones de dólares, más del 110% del PIB, abundó. Ello significa que Estados Unidos debería destinar toda la producción de un año únicamente a pagar sus obligaciones.

A la deuda pública se añade el exorbitante déficit fiscal -saldo anual de la cuenta del gobierno-, que en 2020 alcanzó el récord de 3,3 billones de dólares, y no se puede gastar más de lo ingresado.

“Claro, si se tratara de un país subdesarrollado, reflexiona Cobarrubias, los organismos financieros internacionales ya le hubiesen impuesto la obligación de aplicar políticas de ajuste, pero la pandemia rompió con todas las reglas de capitalismo, pues de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, los países solo pueden tener un déficit fiscal de hasta el 3% del PIB”, aclara.

Sin embargo, dice, de momento los capitalistas aparecen como buenos, regalan dinero, si entregas mil 400 dólares a alguien sin trabajar y ganan más que cuando lo hacen, supuestamente es generoso.

A juicio de Cobarrubias ello endeudará más al gobierno. Se trata de un escape momentáneo y al final la pérdida en la hegemonía del dólar, por eso se aprecian pocos cambios entre las políticas de Trump y Biden.

Burbuja especulativa

Otro aspecto significativo es la cantidad de burbujas generadas por el excedente de dinero impreso, pues no fue destinado a aumentar la capacidad productiva, remarca.
La idea de Biden era entregar dinero a empresas y bancos para que pudieran ejercer su función de prestamista pero eso no ocurrió y fue a parar a la especulación, profundizó el experto en temas económicos de Estados Unidos.

A su juicio, los empresarios invirtieron en la bolsa de valores, en préstamos gubernamentales o lo emitieron para América Latina y el Caribe en la búsqueda de mayores pagos de intereses porque en la nación norteña las tasas se encuentran en número bajos, y así el dinero regresaría multiplicado.

Las acciones de la bolsa se pueden inflar y pincharse la burbuja, un gobierno prácticamente quebrado puede caer en bancarrota, se trata de un gran riesgo, explica.

Para Cobarrubia existen varias cosas en juego como la reanimación económica de Estados Unidos, el riesgo de crisis de la deuda en América Latina, y el peligro que ello entraña para la recuperación mundial.

Según el analista, Washington está en un callejón sin salida, dividido entre los problemas de la economía -internos y externos-, y los conflictos con China y Rusia, la situación sanitaria, y además, otros temas globales a atender.

¿Dónde ocurre todo?

“Estrictamente hablando de la pandemia y las vacunas, uno se pregunta quién fabricó las vacunas. Los conflictos generados en torno a ella al final son por la hegemonía y se dirimen en quién fabrica el antígeno, es decir, quién tiene el don de salvar al mundo”.
La hegemonía en sentido general, tiene varias dimensiones: la económica (dada por la moneda más fuerte, quién tiene el mayor PIB, el mayor mercado, el país que más compra) la cultural y la bélica.

Estados Unidos tiene tres pilares en los que se sustenta su predominio: el dólar, y los poderes militar y cultural, esclareció.

Cobarrubia afirma que en este momento ya el plano económico “está cuestionado pues se pronostica que China sobrepasará al país norteño en cinco años, lo cual es perfectamente posible pese a lo que hagan para evitarlo, será inevitable”.

No obstante, agrega, mantiene las dimensiones militar y cultural.

Cobarrubia opina que se trata de una transición de la hegemonía económica, manifestada en muchos indicadores desde la participación en la producción y el comercio mundial, pues el gigante asiático lidera en ambos elementos.

Antes, los inversores buscaban el oro como activo de refugio, pero ahora existen otras alternativas, que en última instancia –expresa- reflejan pérdida de hegemonía.

Pero también, añade, está la deuda. “Un país con una deuda tan grande muestra un síntoma claro de la pérdida del poderío económico, se trata de un gobierno que emite dólares sin respaldo productivo”.

No obstante, dice que dicho predominio se mantiene porque persiste la confianza en la mayoría de los tenedores del dólar, utilizado en el comercio y finanzas.

Asimismo, advirtió que esa prevalencia podría perderse en la medida que las personas se refugien en otros activos como las criptomonedas, mientras China y Rusia, por ejemplo, buscan otras divisas. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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