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Apartheid en Palestina: inmoral y trágico

La disputa entre el cristianismo y el islam es un estereotipo. Al hablar de la lucha por los derechos de Palestina hay que verlo como pueblo, no como religión. Un pueblo oprimido frente a un imperio poderoso. Ponerse de su lado es un asunto de justicia.

 

Susana Alfonso Tamayo Doha

 

Unos son cristianos, otros musulmanes, incluso tenemos judíos en Palestina. No hay diferencia entre musulmanes y cristianos, pero Israel siempre sigue ese juego para dividir.

Eso piensa Tariq Dana, profesor asistente de estudios humanitarios y conflictos en el Instituto de Estudios de Posgrado de Doha. Dice que Palestina es una tierra sagrada:  «Jesús estuvo ahí, apuntó, así que tenemos muchos cristianos. Tenemos una gran comunidad de cristianos en Latinoamérica. (…) No hay problemas entre musulmanes y cristianos, solo somos un pueblo luchando juntos por nuestras vidas».

A su juicio, el modus operandi de los sionistas ha sido, precisamente, crear fragmentación.

“Por años han movido y reemplazado la población local. La política de Israel es alcanzar el máximo de tierras con la cantidad mínima de palestinos pero todavía hay una gran población de palestinos, por eso han dividido las comunidades en áreas: A, B, C…”, explica el analista, quien habló en exclusiva con Prensa Latina.

Para el investigador, la situación en Palestina es comparable al apartheid del siglo pasado en Sudáfrica ya que sus coterráneos, tanto en West Bank, Franja de Gaza y Jerusalén como en el resto de la nación, viven sin derechos elementales.

Dividir y separar

Pierden sus hogares, sus tierras, acceso al agua; y mientras carecen de seguridad y oportunidades, los judíos tienen todos los privilegios, son dueños de todos los recursos. “Israel ha establecido un Estado colonial”, afirma.

Como palestino, Dana ha vivido en carne propia tal segregación, él mismo nunca ha estado en la Franja de Gaza.

“Desde que dividieron las comunidades no podemos visitarnos unos a otros. No puedo ir a Gaza, o Jerusalén, o Nazaret. Incluso es difícil moverse dentro de West Bank pues cierran los caminos para beneficiar a los colonos y debemos buscar nuevas vías, más largas, para nosotros”.

En situación normal, desde Hebrón -donde vive- a Ramallah “me tomaría 40 minutos en auto, pero ahora empleo entre dos y dos horas y media porque no puedo ir en línea recta, tengo que sortear asentamientos israelíes y bases militares”.

La situación es crítica en toda Palestina pero en modos diferentes, porque la división creó problemas separados para cada quien, lo cual “nos ha llevado a no pensar de modo unificado”.

En Gaza las personas piensan en cómo comer, en abrigo y agua; en West Bank piensan en cómo salvar su tierra de los colonos y acceder a sus granjas o medios de empleo, pero en Jerusalén “están preocupados ante la posibilidad de que sus casas sean tomadas para dárselas a los israelíes”.

Aunque por más de una década ha vivido lejos de los suyos, primero estudiando en Europa y radicado ahora en Qatar, Dana (quien también es asesor para la Red de Política Palestina Al-Shabaka), visita con frecuencia su hogar y desarrolla estudios sobre Palestina y el Medio Oriente árabe en general.

A su juicio, el gobierno de Israel piensa que judíos y palestinos no pueden coexistir, y que la nación donde vinieron a formar su Estado debiera ser completamente excluida, lo hace tanto desde la vivencia como desde la teoría.

“El objetivo a largo plazo es sacar los palestinos, pero no es sencillo para ellos así que crearon este apartheid, esta estrategia de cerrarnos en áreas divididas, obstruir caminos. Sientes la discriminación claramente, es institucional”, explica.

Lazos internacionales

Pese a muchos elementos en contra, una variante parece multiplicar a favor de los palestinos: la cada vez más fuerte conciencia y solidaridad internacional.

Si bien Qatar siempre respaldó la causa palestina en escenarios regionales e internacionales y ha auxiliado a través de proyectos económicos y sociales, la entrega directa de efectivo y donativos, entre otras iniciativas, a criterio del experto, durante la última agresión israelí, usó un lenguaje más fuerte.

En ese período, Doha estuvo muy activa en el escenario diplomático, y tanto entonces como luego del cese de los bombardeos, representantes palestinos de Hamas y Al Fatat intercambiaron con el líder qatarí.

En su visita reciente, Shtayyeh recordó que el emirato proporcionó a la Franja de Gaza más de 1,6 mil millones de dólares en los últimos años, en forma de proyectos de desarrollo, edificios, infraestructura y efectivo.

Cuenta que sus compatriotas recibieron gran ayuda de personas comunes alrededor del mundo, sin importar ideologías, de Oriente y Occidente. «Lo vimos recientemente durante los bombardeos, a pesar de las restricciones por el Covid-19, miles de personas se manifestaron en las capitales europeas para apoyar Palestina. Es simple sentido de justicia».

La premisa de no mezclar el sentir de los ciudadanos con las políticas de sus gobiernos igualmente aplica a Estados Unidos, aliado de Israel. Miles se manifestaron en Nueva York, Boston, Washington y Michigan en contra de los bombardeos a Gaza.

Biden

A raíz de los recientes acontecimientos, la administración de Joe Biden prometió unos 360 millones de dólares a los palestinos, restaurando la ayuda que Donald Trump cortó con urgencia.

Por otro lado, el secretario de Estado, Antony Blinken, se comprometió a reunir apoyo internacional para reconstruir la Gaza afectada.

De ahí que, pese a las nuevas esperanzas emergentes en torno a Biden, Tariq Dana prefiere dar más crédito al factor humano que al político.

«Cuando Trump perdió las elecciones todos se alegraron pensando que era gran cosa, pero sigue siendo la misma política estodunidense, la clásica política de apoyar a Israel ciegamente sin soporte crítico», subraya. «Pero se pueden ver algunos cambios, no por la administración, sino por la gente dentro de Estados Unidos”, indica y añade que incluso muchos judíos en la nación norteña apoyan a Palestina., recuerda que por primera vez algunos congresistas firmaron un documento en contra de Israel, en referencia a la medida de un grupo de demócratas de la Cámara de Representantes presentada el 19 de mayo para bloquear una venta a Israel por 735 millones de dólares en armas de precisión.

«Ojalá seamos testigos de un gran cambio dentro de Estados Unidos en torno a la política hacia Palestina”, concluyó. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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