En Foco, Opinión

Bartolomé de Las Casas: ¿esclavista o pionero de los derechos humanos?

Al obispo de Las Casas (1484-1566) se lo etiqueta al mismo tiempo como el fundador del comercio transatlántico de esclavos españoles y como el iniciador de la lucha por los derechos humanos, una posición paradójica y aparentemente contradictoria.  Sin embargo, ambas son verdaderas.

 

Nigel Pocock

 

Es lamentable el hecho que de Las Casas sugirió que los africanos podrían ser esclavos.

Sin embargo esto lo hizo equivocadamente para ayudar a aliviar el sufrimiento de los indios Tainos, una estrategia que más tarde lamentó profundamente ya que se dio cuenta era completamente errada.

Hay mucho en la obra de de Las Casas que es un estímulo para nosotros hoy en día. No era un dogmático fundamentalista, por el contrario, estaba abierto a ideas de los indios y de los logros de su cultura. Por ejemplo, escribió entre 1527 y 1561, un relato testimonial, en el que señala:

«A los indígenas no faltó nada política y socialmente, para alcanzar y   disfrutar de la felicidad civil…  igualaron y superaron a muchas naciones que son reconocidas y consideradas civilizadas y no fueron inferiores a ninguna.

Entre ellas se encuentran la griega y la romana, a las cuales superaron con mejores costumbres. También fueron superiores que ingleses y franceses e incluso que algunas personas de nuestra propia España, y fueron incomparablemente superior a muchos otras, ya que tenían   buenas costumbres y carecían de malos hábitos” algo que es bastante llamativo para los estándares del siglo XVI.»

Sin embargo, de Las Casas no estaba satisfecho con un mero tratado académico. Él trató de convertir sus ideas en una realidad práctica, por lo que se le acusó de traición y fue reportado a la Inquisición.

Esto se debió a que en su Confesionario, con sus doce normas, sus oponentes encontraron una negación de la legitimidad del gobierno español sobre sus colonias, entonces su libro fue oficialmente quemado, pero de Las Casas respondió con solidez, al afirmar que el único derecho legal que España tenía sobre los indios era por proselitismo pacífico y que toda guerra es ilegal e injusta.

Como si esto no fuera suficiente, la orden de los dominicos de de Las Casas se negó a la absolución de los dueños de esclavos y afirmó que los sacerdotes que se opusieran a esto cometían un pecado mortal. Este no fue un movimiento que hizo para ganar popularidad.

En 1542, España abolió la esclavitud indígena, impulsada en gran medida por la Brevísima relación de la destrucción de las Indias de de Las Casas. En 1659, el libro fue prohibido por la Inquisición…

Sin embargo, la fuerza de la evidencia, y la propia apertura de de las Casas ‘le hicieron cambiar su actitud, sobre todo después de leer el asombroso pasaje del libro del Eclesiástico (o la Sabiduría de Jesús, hijo de Sirac) 34,18-22, que dice:

«Un sacrificio derivado de ganancias mal habidas se contamina. Una burla criminal que no puede obtener aprobación. El Altísimo no está satisfecho con las ofrendas de los impíos. Ni ganarán su perdón con sacrificios eternos. Ofrecer un sacrificio que proviene de las posesiones de los pobres. Es como matar a un hijo ante los ojos de su padre. El pan es la vida para los indigentes. Y es asesinato privarles de él. Robarle a tu vecino su sustento es matarlo, Y el hombre que engaña a un trabajador de su salario derrama sangre”.

El obispo de Las Casas, que se inició como propietario de esclavos, terminó como un pionero de los derechos humanos.

(Traducido por Pablo Bisbal – Email: kuky02@hotmail.com) – Fotos: Pixabay

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