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Cementerios de papel

«Cementerios de papel» es una colección de ensayos de Eduardo Cadava, profesor de Princeton, que considera que la fotografía está dotada de un potencial migratorio, la capacidad de alejarse de sí misma y formar nuevas relaciones con otros medios.

 

Holland House library after an air raid. Foto: Wikimedia Coomons / GetArchive. License: Public Domain.

Sean Sheehan

 

El planteamiento de Cadava podría considerarse sospechoso, otro tropo posmodernista, una excusa para que la fotografía artística se pierda en su propia vanidad, pero afortunadamente  lo fundamenta en una filosofía materialista y sus ensayos constituyen una lectura gratificante.

Walter Benjamin comparó el tiempo con un negativo fotográfico del que se desconoce el agente revelador que revelaría su verdadera esencia. En su lugar, hay que hacer lecturas dialécticas, de la historia y sus imágenes, aceptando la inseparabilidad del ahora con el entonces.

El título,  “Paper graveyards”  (Cementerios de papel), se refiere no sólo a la impermanencia del papel, sino al modo en que las marcas inscritas en él remiten a un sujeto ausente; como el lenguaje, el papel es «una fuerza de desposesión y muerte». Una fotografía es un papel inscrito con una imagen.

Los primeros ensayos del libro se centran en Nadar, el fotógrafo francés del siglo XIX, antes de pasar a una foto de una biblioteca londinense que había sido bombardeada por la Luftwaffe el día del suicidio de Benjamin, en octubre de 1940.

La capacidad de descontextualización de la imagen reside en la forma en que resuena la quema de libros por parte de los nazis, el valor perdurable de los libros y la capacidad de resistencia de los civiles cuando se enfrentan al desastre. La imagen es un acontecimiento póstumo, ya que el tiempo sólo establece sus momentos cuando se dejan atrás.

Toda imagen, escribe Cadava, es una ruina por la forma en que interrumpe y borra el tiempo, «un momento de alteración», «una herida» que da testimonio «de un tiempo cuya historia es siempre una historia de ruinas». Esto encuentra su expresión visual en el cuadro de la biblioteca bombardeada por la X que se forma por el derrumbe de las vigas de madera en su centro.

Otro ensayo destaca al artista Fazal Sheikh y su trabajo inicial en los años 90 en los campos de refugiados de África. Como en el caso de la foto de la biblioteca de Londres, las imágenes de Sheikh van más allá de la representación de individuos concretos y nos invitan a reflexionar sobre «lo que significa ser humano, y lo que significa tener derecho a serlo».

Un ensayo sobre Barthes y Camera Lucida , un libro breve que ha sido comentado y anotado sin cesar, está conectado temáticamente con el ensayo que le sigue, sobre la obra tardía del artista Leon Golub.

Foto: Pixabay

El último capítulo del libro está escrito en forma de carta a Susan Meiselas, motivada por su libro «Learn to see» (Aprender a ver), un conjunto de 100 ejercicios y experimentos fotográficos destinados a ayudar a los niños pequeños a ver y leer imágenes.

El ensayo se amplía para considerar los notables logros de su obra en su conjunto, centrándose especialmente en sus proyectos en Nicaragua, El Salvador y el Kurdistán.

Paper graveyards” está ilustrado con reproducciones de las imágenes sobre las que se habla, muchas de ellas en color, lo que aumenta considerablemente el placer de leer lo que Cadava tiene que decir.

Paper graveyards”  ha sido publicado por MIT Press.

(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marín)

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