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“Impunity”, la memoria de las víctimas

El 5 de marzo del año 2009 el ex comandante paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) José Éver Veloza, alias H.H, fue extraditado a los EE.UU para responder en este país por delitos de narcotráfico. Memorias de The Prisma. Abril 2011.

 

Juan José Lozano and Hollman Morris
Juan José Lozano y Hollman Morris

Juan Galbete

 

Hasta un día antes de la extradición de H.H, el director y productor Juan José Lozano, afincado en Suiza, y el reconocido periodista Hollman Morris, tenían pactada la última entrevista con quien fuera el jefe del Bloque Bananero y del Bloque Calima de las AUC. En ese momento, era inminente la extradición del ex-paramilitar. Dicha entrevista iba a ser parte del documental “Impunity”, proyectado en Londres el pasado 29 de marzo dentro del Human Rights Watch Film Festival.

Pero el encuentro con Éver Veloza nunca llegó a producirse.

H.H ha sido uno de los jefes paramilitares que más crímenes ha confesado durante el proceso de Justicia y Paz, que comenzó en 2005 con el objetivo reparar a las víctimas de las masacres, los desplazamientos y las desapariciones del paramilitarismo que desde hace 30 años azoton a los colombianos, pero sobre todo a la población campesina.

En sus versiones H.H ha señalado los vínculos existentes entre las AUC con importantes personalidades colombianas relacionadas con la política y la empresa, así como la Iglesia y el Ejército de Colombia. Se calcula que con su extradición quedan por resolver más de 10 mil delitos reunidos por la Fiscalía que lleva dicho proceso.

Precisamente, su huida forzada, promovida y favorecida por el gobierno del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, silenció a una de las personas que más había puesto el dedo en la llaga sobre los vínculos de las altas esferas en Colombia con el paramilitarismo. H.H era el principal elemento para el documental de Lozano y Morris, “Impunity”, una cinta que trata de analizar la forma cómo se ha dado el de Justicia y Paz, tomando como base el caso del ex paramilitar.

Según la tesis mantenida por Lozano y Morris en el documental, dicha causa fue un fracaso, un espejismo al fin y al cabo promovido por el gobierno colombiano. En este sentido Hollman apunta que “el 35 por ciento del Congreso de la Nación estaba comprado por los paramilitares y parte de ese Congreso hizo el primer borrador de la ley de Justicia y Paz. Es decir, ellos mismos estaban haciendo su propia ley para amnistiarse”.

El gobierno colombiano estimó que desde el año 2003 fueron más de 30.000 los paramilitares desmovilizados y se entregaron unas 20.000 armas pero en la gran mayoría de los casos sólo los líderes más visibles de los grupos paramilitares aceptaron las condiciones del proceso.

Algunos pronto volvieron a las actividades paramilitares y quienes no se rearmaron dejaron atrás armamento y gente capaz de proseguir con los crímenes. Además de esto, los principales jefes paramilitares desmovilizados, como Salvatore Mancuso o “Don Berna” fueron progresivamente extraditados a EE.UU para responder por delitos de narcotráfico, al igual que H.H, cuyo caso es el más reciente.

Presiones y amenazas

Lozano y Hollman filmaron el proceso de Justicia y Paz acompañando a las víctimas durante las comisiones de exhumación de cadáveres y las audiencias de versiones de los jefes paramilitares adonde acudían los familiares de las víctimas. Pero el trabajo documental quedó interrumpido en febrero de 2009 y muchas de las filmaciones finalmente no pudieron emplearse.

“Hubo una serie de presiones y dos amenazas de muerte que nos obligaron a parar el proyecto”, señala Lozano. La primera la recibió éste en su casa de Suiza, una carta en la que hacía referencia al documental y en la que se amenazaba de muerte al director y productor.

La segunda, justo un día antes de la entrevista pactada con H.H. En palabras de Lozano “el proceso de trabajo quedó bloqueado durante tres meses tras la segunda amenaza. Nos encontrábamos sin saber cómo retomar la película porque la entrevista con H.H era clave y fue entonces cuando echamos mano de los archivos y comenzamos a alimentarnos de otras fuentes y a reescribir la película”.

En total, Lozano y Hollman acumularon 620 horas entre archivos prestados por una asociación de víctimas, abogados y funcionarios de la Fiscalía General de Colombia y grabaciones propias del segundo fruto de su trabajo en Contravía, proyecto televisivo iniciado por Morris en 2003 y que trata sobre el conflicto armado en Colombia. En cuanto a la entrevista frustrada con H.H Hollman apunta que habían conseguido construir “una confianza, por llamarlo de alguna manera, con Veloza cuando ya él mismo veía que iba a ser extraditado”.

“Nos prometió decirnos muchas cosas en ese encuentro, pero finalmente no se pudo dar”, agrega. “Mirándolo con retrospectiva nosotros podíamos haber dicho: nos la jugamos y le entrevistamos, pero consultamos el tema y nos aseguraron que era ya la segunda amenaza de muerte y que si íbamos a la entrevista el riesgo era muy alto”, indica Lozano.

Las presiones no acabaron ahí. El problema aumentó, aseguran, cuando Hollman tuvo acceso a una carpeta que la policía secreta había montado con fotos de sus hijos, transcripciones de conversaciones telefónicas y correos electrónicos. “La coordinación y el trabajo es muy jodido cuando sabes que te están espiando, porque de esa manera es muy difícil compartir la información”, señala Lozano.

Foto de Nathan Raia

Entre la autocensura y la independencia

A todo lo anterior hay que añadir la acusación de colaboración con la guerrilla que lanzó el ex presidente Uribe en febrero de 2009 contra Morris por su trabajo periodístico. “Ahí se me acabó la vida”, asegura el periodista colombiano. «Los servicios secretos sabían paso a paso lo que hacíamos y el tema de la película. Su estrategia era, según mi hipótesis, la de atacar y boicotear todo lo que pudiera ser crítico con la administración Uribe», dice Morris.

Oficio el del periodismo que tanto para Lozano como para Morris no es fácil ejercer en Colombia debido en parte a la autocensura que ejercen los propios periodistas hacia sus informaciones. Una de las soluciones a este problema consistiría, según Morris, en la  unión de todos aquellos medios alternativos en un gran conglomerado que aglutine a toda aquella prensa que trabaja de forma independiente para conseguir “un verdadero impacto real y concreto sobre la opinión pública”, apunta el periodista colombiano.

“Veo esfuerzos enormes y muy dignos de pequeños grupos de comunicación, pero al final del día su impacto mediático recae sólo sobre ellos mismos, es decir, la tribu echándose el cuento; sin embargo, la tribu tiene que hablarle al mundo y eso no lo hemos podido lograr”, remarca Morris.

Una pieza del rompecabezas

Pese a que el proyecto inicial quedó cercenado, los directores construyeron la historia para hacer memoria a las víctimas y rendirles homenaje. “Con esta película no denunciamos nada que no se sepa, los hechos están ahí – dice Lozano -. Pretendemos construir memoria y añadir una pieza más al rompecabezas que ha sido y sigue siendo la historia de violencia en Colombia”.

Por su parte, Hollman asegura que la reflexión de “Impunity” quiere poner de manifiesto “cinco años de una historia que nos pasó por las narices, que este país no conoce”. Lo dice haciendo referencia a las víctimas del paramilitarismo durante el proceso de Justicia y Paz.

“No se mostró cómo se sacrificaba la gente, aguantando hambre y calor, para llegar a las audiencias. Se hablaba de todo menos de ellas y terminó por desdibujarse por completo la imagen de las víctimas”.

A esto añade que Colombia “afortunadamente ha documentado la barbarie y la tragedia guerrillera. Sin embargo, no ha sido así con la barbarie del paramilitarismo, una tragedia que no ha terminado”. “Desde un punto de vista esperanzador yo creo que este documental será útil si llama la atención a una sociedad que hasta este momento no ha querido ver ciertas cosas, pone el foco sobre el proceso de Justicia y Paz e invita a hacer correctivos. Por lo demás, es un documento para la historia y un homenaje a las víctimas”, concluye Hollman.

(Fotos: Pixabay)

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