El clima de rechazo hacia los homosexuales en la mayoría de las mezquitas de occidente proviene de la manipulación de una minoría fundamentalista que nada tiene que ver con el Corán, asegura este imán progresista.
Noelia Ceballos Terrén
Saltó al plano mediático por ser el primer imán en Europa en casarse con un hombre y fundar la primera mezquita inclusiva para musulmanes LGBT de Europa. Desde sus inicios en 2011, Ludovic-Mohamed Zahed asegura que su centro de oración atrae también a musulmanes heterosexuales que aprecian su lectura tolerante y progresista
Inspirado por otras experiencias similares en Estados Unidos y Sudáfrica, el líder religioso «alternativo», como él mismo se califica, cree que la lectura moderna del Corán va a seguir extendiéndose, aunque cueste un par de décadas ganarse a la mayoría de la comunidad musulmana.
En su encuentro con The Prisma arremetió contra unas autoridades religiosas «autoproclamadas» y minoritarias que logran hacer creer que representan a la mayoría, y difunden un discurso dogmático y retrógrado entre la diáspora musulmana en Europa.
La homofobia, según explica, es una reacción de miedo de una comunidad inmigrante que se siente amenazada. Y ello cual representa un peligro para la seguridad emocional y física de muchos musulmanes gays que no se atreven a asumir su identidad.
¿Es el Islam homófobo?
Sociológicamente solo hay musulmanes que elaboran una representación de su islam. El islam no puede tener opiniones sobre cuestiones sociales como el matrimonio gay. Ser homosexual y musulmán es posible. Es un hecho sociológico. No se puede decir «Los musulmanes son todos homófobos», como oigo a menudo. La homofobia está en todas partes, sobre todo en comunidades humanas que se sienten en peligro y que necesitan valorar su identidad gracias a la masculinidad viril. La religión es usada con fines ideológicos.
¿Qué dice el Corán sobre la homosexualidad?
El Corán nunca ha hablado de homosexualidad. Es una categoría moderna inventada en el siglo XIX por psiquiatras occidentales.
El islam habla de relaciones sexuales entre personas del mismo sexo en contextos de guerra, violencia y de violaciones rituales. El Corán cita varias veces al pueblo de Lot y siempre son versículos que condenan la violencia, el robo, la violación y la piratería. Pero algunos musulmanes dogmáticos dicen que los homosexuales son unos pervertidos desequilibrados y unos viciosos. En la tradición, el Profeta elegía a los hombres andróginos para que sirvieran a sus mujeres, las cuales no cubrían su cabeza delante de ellos, pues éstos no sentían deseos por ellas.
En aquella época eran mucho más inclusivos que algunos imanes de hoy en día, que utilizan la religión con fines totalitarios.
Pero en Occidente el Islam es visto como una religión intolerante.
Los musulmanes son gente que carece de educación, de emancipación económica y de trabajo. También hay mucho racismo en Europa hacia los que vienen de África y de las sociedades árabes. Cuando se confunden distintos factores económicos, culturales y religiosos, no se puede decir «es tan solo debido a la religión». En los barrios populares, hay igual número de homófobos ateos de origen europeo y de musulmanes.
Existe también un factor generacional. Hay estadísticas en Francia que dicen que hay menos homofobia en los jóvenes árabe-musulmanes (25%), que en la generación anterior (75%).
También está el factor socio-profesional. Un obrero marroquí que ha trabajado 30 años en una fábrica aprendió en la colonia que la homosexualidad estaba mal, y ahora los mismos ex-colonizadores le dicen que tiene que aceptarla. Eso lleva tiempo.
Y por último está el factor racista e islamófobo. Cuando formas parte de una comunidad que el resto de la nación no para de atacar, te encierras.
¿Están esas corrientes más tolerantes presentes en Europa?
Estamos montando una red por toda Francia de mezquitas. Todo está cambiando, pero creo que llevará unos veinte años tener una mayoría de musulmanes que comprendan que su herencia cultural y religiosa no les obliga a ser homófobos.
Su religión no tiene una jerarquía tan cerrada como la católica. ¿Entonces por qué no surgen más iniciativas como la suya?
Es una suerte no tener un clero porque da cierta apertura de espíritu. Pero la religión también puede reforzar el poder político como ninguna otra, y ese es su peligro.
Seguirá habiendo iniciativas como la nuestra, pero llevará tiempo. No hay que olvidar que es peligroso decir que eres un imán gay, es una cuestión de supervivencia.
¿Fueron amenazados cuando abrieron su mezquita?
Recibimos algunas amenazas, pero tuvimos mucho más apoyo. Me sorprendió mucho ver que muchas personas nos decían «Sois el verdadero islam». Aunque las autoridades religiosas condenaron de forma unánime todas nuestras acciones.
La mayoría de musulmanes piensa que hay que condenar el pecado pero no al pecador.
Es lo que la Iglesia católica ha repetido durante años. Y hoy en día los imanes dogmáticos, la mayoría de los que desgraciadamente vemos en la tele, adoptan la misma actitud que occidente, al mismo tiempo que lo condenan. Para mí eso es una esquizofrenia. Se olvidan de que ese discurso se construyó en occidente en el siglo XIX, no en el mundo árabe.
No tiene nada que ver con el islam, es una protección política entre las manos de una élite autoproclamada que dicen que un matrimonio es solo entre un hombre y una mujer. En la tradición no es un sacramento sino un contrato social que cualquiera puede llevar a cabo.
¿Sufren los musulmanes gays por ser minoritarios tanto en el islam como en la comunidad LGBT?
Aquellos que he entrevistado me dicen que, efectivamente, sufren homofobia en la comunidad musulmana y en sus familias. Y también sufren islamofobia y racismo en la comunidad LGBT. Somos doblemente minoritarios. Pero cuando se logra salir, como yo, es una gran suerte. Y entonces te das cuenta de que los musulmanes homófobos y los racistas LGBT son iguales, tienen miedo de la diversidad.
¿Qué tipo de presiones y violencia pueden sufrir?
Las mismas que en otras categorías sociales. Empezando por la violencia verbal. Pero si además son musulmanes también sufren la islamofobia, el racismo. Pero hay personas que utilizan la religión de forma dogmática para justificar la violencia. Los más violentos son los no practicantes que suelen tener un problema con su propia masculinidad. Sin embargo las mujeres practicantes no tienen problema en general, independientemente de que estén de acuerdo o no. La tolerancia existe en todas partes.
¿Qué efectos psicológicos puede acarrear esa violencia?
Depresión, aislamiento y suicidio. En Francia hay 15 veces más suicidios de jóvenes adolescentes homosexuales que heterosexuales. Son las consecuencias de la «infra-humanización», hacerle creer a las personas que son inferiores.
Si piensas que los homosexuales son una amenaza para la identidad masculina o incluso la identidad nacional, como en Uganda, vas a intentar diabolizar a esas personas creando enfermedades que no existen. La homosexualidad era considerada una enfermedad mental en Europa hasta los años 70 y 80.
¿Tienen que cortar sus lazos familiares para vivir su sexualidad libremente?
Algunos sí, cuando la familia es muy tradicional. Hay que tener en cuenta que los arabo-musulmanes que viven hoy en día en Europa conservan la visión del matrimonio que tiene que tener lugar dentro de la tribu, del grupo social de orígen, porque las diásporas están en dificultad política.
¿Qué opina de las «terapias» contra la homosexualidad?
Como psicólogo puedo decirle que no sirve para nada. No se puede cambiar la sexualidad. El capital genético, la educación y nuestras relaciones son factores que influencian nuestra sexualidad, y nadie puede reescribir su historia, aunque lo elija conscientemente. Lo que podemos hacer es elegir la manera de asumirla. Y lo que producen estas terapias son intentos de suicidio, depresión y delirios con respecto a lo que son. Es muy peligroso. (Memorias de The Prisma. 19 Octtubre, 2014 – Ludovic-Mohamed Zahed: «Es peligroso ser un Imán gay”)
(Fotos: Pixabay)
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