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En España la derecha intenta boicotear la democracia

Los conservadores y ultraconservadores del país ibérico están decididos a acabar con la izquierda española. En eso consisten los disturbios, las voces amenazantes y la guerra de acusaciones (lawfare) de los últimos tiempos.

 

Juanjo Andrés Cuervo

 

El panorama es el siguiente: El  Partido Socialista Obrero Español (PSOE) necesita el apoyo de Junts per Catalunya para conservar el gobierno. Los catalanes exigen la amnistía para miles de implicados en el movimiento independentista. Mientras tanto, jueces y militantes de derechas intentan boicotear la democracia.

La semana pasada, militantes de extrema derecha atacaron las sedes del PSOE en todo el país. El suceso más sonado fue cuando los alborotadores se dirigieron a la sede principal en Madrid.Durante muchas noches, miles de personas llegaron hasta allí para oponerse a las negociaciones entre el PSOE y Junts per Catalunya, el partido político de derechas de Cataluña.

Hubo muchos vídeos que se hicieron virales a través de las redes sociales. Los alborotadores lanzaron adoquines y bengalas a la policía, gritaron «¡Viva Franco!», cantaron el Cara al Sol, himno de la Falange, e insultaron a los periodistas que cubrían la escena.

Además, hubo momentos esperpénticos, como cuando un bebido Herman Terstch, diputado de Vox, cogió el micrófono de un periodista de El Plural y empezó a insultar al directivo del diario.

O cuando un joven español se quejó del maltrato de la policía, utilizando un dialecto asociado a las clases altas de España, por «defender a la puta España».

Parafraseando a Guy Debord, vivimos en la Sociedad del Espectáculo. La información vuela por las redes y los vídeos se hacen virales en cuestión de minutos.

Gente corriendo con las banderas de España, corriendo hacia la sede del PSOE y clamando contra un supuesto grupo de políticos que quieren destruir España. Se ven a sí mismos como los salvadores de su patria. ero todo este contenido audiovisual es fachada, casi un trágico síntoma cómico de nuestra frenética sociedad y del poder de las redes sociales.

En España, el verdadero problema está debajo de este esperpéntico espectáculo, en los poderes institucionales.

El Estado profundo contra la democracia

En España, la derecha controla una parte importante del poder judicial. La fallida renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), un órgano compuesto en su mayoría por jueces conservadores impuestos por el PP, es uno de los mayores fracasos de la democracia española.

Incluso la Comisión Europea instó a España a poner fin al bloqueo en la renovación del CGPJ.

Dado que el Gobierno PSOE-Unidos Podemos necesitaba el apoyo del PP para lograr este objetivo, no es de extrañar que no se haya cumplido.

En otras palabras, el CGPJ debería haberse renovado hace más de cuatro años. Esto ejemplifica la anomalía sistémica en España. A pesar de ello, aprobaron una declaración contra la amnistía incluso antes de que se publicara el contenido de la ley.

No cabe duda de que los jueces intentan utilizar su poder para influir en la política española. Hace unas semanas, la Asociación Profesional de la Magistratura envió una carta publicada a la Comisión Europea. En ella se pedía a la Unión Europea que interviniera si se aprobaba la ley de amnistía.

¿Un nuevo gobierno de izquierdas?

Desde el inicio de la anterior legislatura con PSOE y Unidas Podemos en enero de 2020, el estado profundo ha atacado constantemente al gobierno de izquierdas.

El golpe blando o lawfare, una tendencia común en América Latina para derrocar al gobierno de izquierdas, ha sucedido en España en los últimos años. En términos gramscianos, la derecha tiene el poder hegemónico del país.

Una visión pesimista señalaría que no importa que la izquierda haya aumentado las condiciones de vida de la clase obrera en un contexto difícil de pandemia de Covid-19 y de guerra en Ucrania.

Y a pesar de la supremacía de la derecha en las instituciones, las Elecciones Generales del 23 de julio dibujan un escenario inesperado. El bloque de derechas y el de izquierdas obtuvieron un número similar de votos.

Durante la última semana de septiembre, la derecha del PP intentó formar gobierno. Pero no consiguieron el apoyo necesario. Como no alcanzaron el poder por las urnas, ahora quieren hacerlo por otros medios. Una tendencia común en la historia moderna de España.

Las imágenes de los militantes de extrema derecha intentando entrar en la sede del PSOE traen inevitablemente algunos recuerdos recientes del otro lado del Atlántico. El asalto al Capitolio estadounidense el 6 de enero de 2021 y la invasión de numerosos edificios brasileños como el Congreso Nacional o el Supremo Tribunal Federal en Brasil el 8 de enero de 2023.

Estados Unidos, Brasil y España tuvieron similitudes en ese proceso. En los tres países, la extrema derecha perdió y sus fanáticos trataron de imponer por la fuerza un nuevo régimen. Al menos en el mundo hiperreal en el que viven.

Frente a la actitud histriónica de la derecha, la izquierda intenta formar gobierno. En las próximas semanas, PSOE y Sumar tendrán la oportunidad de repetir la hazaña de 2020. Para apoyar a la clase trabajadora, el poder nunca debe recaer en esta derecha radical.

Pero incluso si PSOE y Sumar establecen un gobierno, se enfrentarán a muchos enemigos en los años siguientes. El camino es, como hicieron en la anterior legislatura, aumentar las condiciones materiales de la mayoría del pueblo.

(Traducido por Camila Marquez) Fotos: Pixabay

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