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Inmigrantes salvadoreños en EEUU: En la cuerda floja

La incertidumbre sobre lo que será su futuro en el país del Norte hace temblar a los salvadoreños, quienes mantienen a más de un millón de sus compatriotas con remesas, y que de ser expulsados por Trump, si vence, crearán un problema insoluble en El Salvador y complicarán aún más la gestión de Bukele para renovar la economía.

 

Luis Beatón

 

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Banco Central de la Reserva (BCR) salvadoreño la mitad de los nacionales que residen en territorio estadounidense se encuentran en estatus migratorio irregular (49.9%).

La situación económica, la falta de acceso a la educación y el empleo, la violencia y otros factores estructurales e individuales motivan a las personas de todo el mundo, pero principalmente de los países centroamericanos, a buscar una nueva vida en la nación norteña u otros países de la región.

Oscar Picardo Joao, director del Instituto de Ciencias, Tecnología e Investigación (ICTI) de la Universidad Francisco Gavidia, estima que “el tema migratorio entre El Salvador y Estados Unidos tiene un entramado muy complejo y raíces históricas profundas. Hubo oleadas de migración diversa sobre todo vinculadas al conflicto armado, a fenómenos naturales o terremotos”.

El presidente Nayib Bukele enfatizó, como parte de su campaña electoral, que El Salvador está en camino de la migración inversa. Sin embargo, datos recientes de la Oficina de Aduanas y Protección  de Fronteras de Estados Unidos muestran que de enero a septiembre de 2023, fueron localizados 37.506 salvadoreños que de forma irregular ingresaron por la frontera sur.

Los salvadoreños constituyen la tercera población hispana más grande en EE.UU, según un análisis del Centro de Investigación Pew, de la encuesta sobre la Comunidad Estadounidense de la Oficina del Censo de Estados Unidos.

Las estadísticas sostienen que en 2000 había un registro de 710 mil salvadoreños en el país, pero ya en 2021 la cifra ascendió a más de 2.5 millones de personas. Además, la población salvadoreña que nació en el extranjero y vive en Estados Unidos creció un 147%, de 540 mil en 2000 a 1.3 millones en 2021, indicó el estudio.

La administración de Joe Biden extendió el Estatus de Protección Temporal (TPS) por 18 meses a 300 mil personas procedentes de El Salvador, Honduras, Nicaragua y Nepal; de la mayoría de los beneficiarios, unos 239 mil son salvadoreños, y a muchos de ellos este amparo migratorio les cambió la vida.

Pero esa protección debe vencer en marzo de 2025 ya con Biden, en un nuevo período de gobierno, o con Donald Trump, con sus políticas letales contra los inmigrantes. Los demandantes en cortes estadounidenses alegaron en 2018 que la cancelación del TPS ordenada por Trump fue ilegal porque estaba motivada por el racismo, lo que violaba la Constitución estadounidense, y se implementó de manera arbitraria. Pese a que el gobierno de Biden se comprometió en los tribunales a que la conducta ilegal con la cual ordenó Trump la cancelación del TPS “no será restablecida” y que no “volverá a la política contraria de la administración anterior”, el problema está ahí, en las calles y campos de Estados Unidos.

Si durante su administración, incluso antes, Trump consideró a los inmigrantes como criminales y violadores, muchos temen que si vuelve al poder su política sea más nefasta para los incluidos en el éxodo ilegal.

Ante sus constantes anuncios de que si vuelve a la Casa Blanca iniciará una deportación masiva, muchos salvadoreños y otros inmigrantes ilegales están temerosos por su futuro.

Hoy los inmigrantes resultan el centro de un problema que puede afectar el rumbo de los comicios del 5 de noviembre en Estados Unidos, y la vieja teoría de que son rehenes de las elecciones en la nación norteña, es ahora más real.

Biden, con la presión política de un año electoral ante una frontera caótica y con miles de refugiados en ciudades demócratas, estaría considerando órdenes ejecutivas que le permitirían, entre otras cosas, cerrar la frontera si la cifra de cruces irregulares sobrepasa cierta cantidad, conducir deportaciones expeditas y endurecer los criterios para solicitar asilo.

Trump hace de la frontera y de la inmigración su tema central de campaña para atizar a su base conservadora. La advertencia de una “purga” de migrantes, de campos de detención de indocumentados y de deportaciones masivas no son amenazas huecas.

La receta que será aplicada a los inmigrantes, entre ellos a los salvadoreños, propone el retorno del Título 42, cancelar el TPS afectando a 700 mil beneficiarios, el regreso de la Tolerancia Cero, negar la ciudadanía a niños nacidos en Estados Unidos de padres indocumentados, e imponer una prueba ideológica a los solicitantes de visa, entre otras medidas.

Las propuestas, partes de las tendencias más conservadoras existentes en tanques de pensamiento como la Heritage Foundation, revolucionarán el tema con iniciativas que eluden al Congreso y los tribunales, y están diseñadas específicamente para desmantelar los cimientos del sistema de inmigración, indican análisis de Pew Research Center y otros centros.

En el torbellino

Citado por el Diario El Salvador, afín al gobierno, el presidente Bukele recordó que durante la administración del expresidente Donald Trump, del Partido Republicano, se desarrollaron mejor las relaciones. “Era (la administración Trump) mucho mejor. Había más interés por parte de ellos”.

En los últimos meses de 2023 importantes figuras del área de Latinoamérica, entre ellos Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, de la administración Biden, visitaron El Salvador.

Sin embargo, el distanciamiento de las autoridades salvadoreñas de la administración Biden crea dudas entre muchos de sus compatriotas atendiendo a lo que proyecta Trump contra los inmigrantes.

Y más, cuando el principal ingreso de la economía salvadoreña en 2023 fueron las remesas equivalentes a cerca de ocho mil 100 millones de dólares, la mayoría provenientes de Estados Unidos.

En términos generales se puede decir que es muy difícil detener el flujo de migrantes hacia el norte y eso se va a lograr el día que tengamos condiciones de bienestar favorable y seguridad y otros aspectos importantes para el desarrollo humano, dijo Picardo en declaraciones a Prensa Latina.

A pesar de ello la reunificación familiar siempre va a ser un factor crítico que tanto las autoridades locales como las de Estados Unidos tienen que considerar como uno de los elementos esenciales en este fenómeno migratorio, apuntó. Según entendimientos entre Washington y San Salvador hasta noviembre de 2023, se beneficiaron a unos 8.600 salvadoreños, entre mujeres y hombres, con visas de trabajo en el norte. Pero eso es apenas una gota de agua comparable al río de personas ilegales que se desplaza hacia la frontera sur estadounidense. PL

(Fotos: Pixabay)

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