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Fábulas con impacto

Las fábulas tienden a transmitir una moraleja, a menudo anodina, a veces, francamente cuestionable. Los escritores ilustrados han observado que los niños necesitan fábulas con un toque de realidad social, no santurronas que evitan encarar realidades desagradables.

 

Sean Sheehan

 
El libertario William Godwin (1756-1836) se dedicaba a escribir bajo un nombre falso debido a su asociación con la izquierda revolucionaria. Numerosas obras clásicas e históricas, parte de su proyectoBiblioteca Juvenil”, aparecieron bajo el nombre de Edward Baldwin y entre ellas su propia versión de las “Fábulas” de Esopo.

La versión de Godwin en la que una mujer trató de convertir a un hombre de color en blanco con un lavado vigoroso y un montón de jabón hizo frente al prejuicio tradicional. En “The wolf and the mastiff”, un lobo hambriento rechaza la vida del perro bien alimentado con el que entabla amistad cuando se da cuenta de la marca del collar, que indica servilismo, en el cuello del perro.

Hermynia Zur Mühlen (1883-1951), criada en una casa aristocrática en Austria, fue un espíritu afín de Godwin cuando comenzó a revigorizar fábulas con ideales socialistas.

Su inspiradora vida es narrada en la introducción de “The castle of truth and other revolutionary tales” , y sus cuentos de la década de 1920 podrían ser felizmente narrados a niños de siete años, mientras que se podría dejar a niños de mayor edad disfrutar de ellos por sí mismos.

«El león y el ratón». Commons Wikipedia. Public Domain

Una trilogía de cuentos trata sobre un joven que ha sido confinado en la cama. Él oye por casualidad pedazos de carbón al lado de su chimenea hablando de sus vidas.

Otras noches, una caja de cerillas y una botella de agua conversan con él sobre sus orígenes y aprende así sobre la desigualdad y el sistema de clases.

Paul, un joven huérfano, curioso sobre la economía del pueblo donde vive una vida pobre, es incapaz de encontrar las respuestas cuando pregunta a una gallina por qué todos sus huevos van a la ciudad, o a una vaca, por qué su leche hace nata solo para ricos (una versión vegana actualizada extendería el alcance de estas preguntas).

Un búho piensa que es porque la gente es estúpida –una respuesta tan limitada como decir que solo los redneck votan a Trump- pero una explicación más matizada es proporcionada por una dríada, el alma de un abedul.

Ali, the carpet weaver, evoca el comienzo de «Sentido y sensibilidad» de Jane Austen, en el que Fanny Dashwood se desentiende de la obligación de su esposo de atender a la familia de su cuñada.

Otra historia, The glasses, recuerda la película de John Carpenter de 1988, «Están vivos», donde el personaje se topa con unas gafas de sol que al usarlas revelan la ideología detrás de la publicidad y los medios de comunicación.

Las fábulas de Mühlen están libres de trivialidades liberales insípidas, como en la encantadora The Rose Bush, en la que la planta decide adoptar una firme postura de clase.

Una pieza que acompaña a las fábulas de Mühlen es Workers’s tales, editada por el autor y poeta Michael Rosen (que pasó casi dos meses en un respirador cuando tuvo Covid-19).

«The castle of truth and other revolutionary tales», de Hermynia Zur Mühlen, editada y traducida por Jack Zipes, es publicada por Princeton University Press. Workers’ Tales: Socialist Fairy Tales, Fables and Allegories from Great Britain de Michael Rosen.

PD: El 6 de octubre, Scholastic lanzará una nueva edición de “The story of the Windrush”.

(Traducción de Lidia Pintos Medina)

 

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