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La ciencia contra, por y para el Covid-19

Científicos de diversas ramas trabajan duro para hacer frente al coronavirus mediante diferentes inventos. Uno de ellos es la vacuna. Reino Unido, Estados Unidos, Rusia y Cuba  están en ello. De momento Sputnik V y Soberana 01 están a la vanguardia.

 

Claudia Dupeirón

 

Lo más urgente hasta el momento es encontrar una vacuna contra el SARS-CoV-2 y varios países están trabajando en ella, de forma que se espera que en un año, máximo dos, ya exista una, o varias.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta la fecha han desarrollado alrededor de 200 candidatos vacúnales, de los cuales más de 30 están en fase de ensayos humanos.

La OMS aspira tener dos mil millones de dosis de vacunas contra la Covid -19 a finales de 2021, para la primera fase de vacunación.

De momento, entre los candidatos más renombrados, están la vacuna rusa Sputnik V (elaborada por  centro Gamalei), que, según un estudio de la revista inglesa The Lancet, es segura y produce respuesta inmune.

Rusia repartió, en sus 85 regiones, lotes de prueba de la vacuna Sputnik V y para la cual cerca de 60 mil personas se registraron como voluntarias.

Otro proyecto importante es la Sinovac de China, que inició la fase III, luego de que en Brasil se autorizara a la compañía para hacer pruebas experimentales a voluntarios en ese país.

Reino Unido firmó convenios con potenciales proveedores como las farmacéuticas AstraZeneca, Pfizer y BioNTech, y la firma Valneva. AstraZeneca, que desarrolla su candidato junto a la universidad de Oxford en Reino Unido, reanudó los ensayos clínicos, 19 detenidos por tras una enfermedad en dos voluntarios.

La multinacional anglo-sueca aseguró que recibió autorización de los reguladores de salud británicos para reiniciar las pruebas en seres humanos, luego de que un comité independiente  determinara seguridad en seguir el estudio.

Por su parte, en Estados Unidos existen convenios con compañías como Pfizer y BioNTech; Moderna y Johnson & Johnson; AstraZeneca, y Novavax para obtener una vacuna.

El fármaco de Johnson & Johnson es la cuarta en comenzar los ensayos de fase III en el país norteamericano y el proceso incluirá hasta 60 mil personas adultas en casi 215 lugares dentro y fuera de ese territorio, refiere un artículo reciente de CNN.

La candidata -que se aplicará con dosis única- fue desarrollada por Janssen Pharmaceutical Companies y sus pruebas se realizarán en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, Sudáfrica y Estados Unidos.

En América Latina, el primer y único candidato vacunal propio de la región, el cubano Soberana 01, comenzó ensayos clínicos el 24 de agosto, y luego de inyectar a 40 voluntarios entre 18 y 80 años de edad, no se informan reacciones adversas, según el Instituto cubano de Vacunas Finlay.

Soberana 01 es un ensayo clínico adaptativo, multicéntrico, controlado y aleatorio, es decir, los voluntarios reciben el inyectable en dos de sus variantes, una dosis más baja y una más alta.

Pero el Covid-19 impulsó otros grandes inventos para seguir su huella. Entre estos se encuentra la plataforma virtual Nextstrain, que permite a los científicos crear un árbol genealógico para determinar cómo se está propagando el virus.

El proyecto de código abierto compila datos públicos sobre el genoma de ciertos patógenos y utiliza herramientas de análisis y visualización que rastrea distintas mutaciones del SARS-CoV-2, la forma en que se extiende por el mundo y dónde han fallado las medidas de contención, así como las vías de ingreso del virus a cada nación.

Por otro lado, en muchos países se extendió la telemedicina, en la cual, mediante aplicaciones para celulares (app) se pueden detallar algunos síntomas y esperar atención medica virtual.

En Cuba, por ejemplo, crearon una app llamada Pesquisador Virtual, libre de costo, y mediante la cual los usuarios colocan elementos como algunos síntomas, dirección particular, edad, etc., y en una base de datos se guardan, revisan y luego el médico de la comunidad los visita.

La inteligencia artificial es también un arma poderosa para realizar predicciones sobre la evolución de la enfermedad Covid-19 e incluso para buscar un posible tratamiento. Una compañía de biotecnología de Canadá, AbCellera, emplea un modelo de aprendizaje automático para desarrollar terapias basadas en anticuerpos de pacientes que se han recuperado de la enfermedad.

Así lograron analizar más de cinco millones de células inmunitarias buscando cuales podían producir los anticuerpos que ayudaron a los pacientes a mejorar y podrían convertirse en futuras terapias para este virus.

Por su parte, la OMS lanzó el robot de charlas (chatbot WHO, por sus siglas en inglés) con el fin de proporcionar información sobre el nuevo coronavirus y responder preguntas relacionadas con la enfermedad. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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