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Golpe de Estado hace de Bolivia un país poco seguro

La inestabilidad tras la asonada golpista contra el expresidente boliviano y el fuerte dispositivo policial y militar en las calles para mantener en el poder al gobierno de facto ha menoscabado la imagen del país suramericano para quienes desean visitarlo. A ello se suma la inestabilidad política, económica y social.

 

Nara Romero Rams

 

Las pérdidas ocasionadas al turismo tras la asonada golpista contra Evo Morales en noviembre pasado ascendieron a 40 millones de bolivianos (cinco millones 78

9 mil 480 dólares), siendo el departamento de Cochabamba uno de los más afectados.

Un artículo publicado por el diario Los Tiempos reveló que ese territorio, el tercero con mayor flujo turístico de Bolivia, dejó de recibir cerca de 10 millones de bolivianos (un millón 447 mil 370 dólares) durante la crisis política. Cada año, alrededor de 300 mil visitantes nacionales y extranjeros llegaban a la denominada “capital gastronómica” para degustar de variados y exquisitos platillos, además de recorrer el trópico cochabambino, este último con mayores afectaciones, precisó la publicación.

“Hay temor de que vuelvan los conflictos y se paralice nuevamente la zona. La sensación de temor aún está presente”, expresó Nelson Ledezma, representante de un hotel del Hotel Los Cocos, en Villa Tunari.

Como el, muchos consideran que con el Golpe el movimiento en la industria turística se ha paralizado. Además, dicha inestabilidad persistente también afecta a los guías de turismo.

Alberto Butrón, presidente de la Asociación de Guías de Turismo en Cochabamba, ha dicho: “Somos el sector más afectado por los conflictos. Estamos sin trabajo. Varias actividades fueron suspendidas. Hay temor entre los turistas del exterior”, manifestó Butrón.

Ante la emergencia, la ministra de Culturas y Turismo, Matha Yujra, nombrada por la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez a menos de un mes después el golpe de Estado, anunció la elaboración de informes por los viceministerios correspondientes para evaluar a nivel nacional las afectaciones.

Lo cierto es que el sector turístico en Bolivia se declaró en emergencia por las pérdidas ocasionadas, y actualmente la presencia militar en las calles lo convierte en un destino poco seguro. Todo elo acaba a un país que en el pasado fuera ganador de los World Travel Awards (WTA) para América Latina.

El gerente general de la Cámara Boliviana de Hotelería, Jorge Fernández, ha considerado que recuperar la confianza del mercado internacional en la actividad turística, seguridad y tranquilidad que le puede brindar el país suramericano, es muy difícil ahora.

“El turismo tiene una característica que no se compara a otras actividades, probablemente las otras actividades una vez normalizada la situación puedan empezar a recuperar su economía, pero en el caso del turismo es mucho más complejo”, enfatizó.

Según cifras, durante del gobierno de Evo Morales (2006-2019), la industria del ocio generó 850 millones de dólares al año y su constante crecimiento y beneficio social la convertiría en uno de los sectores más importantes en el país.

Hasta antes del golpe, en julio del año pasado, el exviceministro de Turismo, Marcelo Arze, afirmaba que esa cifra era de importancia con relación al Producto Interno Bruto (PIB) porque recibía ingresos de otras economías por concepto de la prestación de servicios.

De hecho, aseguraba Arze, “En 2017 de acuerdo a la Organización Mundial del Turismo, este mercado creció en la región en un 3%, en el mundo un 7%, mientras que en Bolivia estamos creciendo en una tasa del 9,8%, es decir, que estamos creciendo casi tres veces más que el resto de la región, lo que muestra que es una industria que está tomando mucha relevancia”,

El turismo en Bolivia alcanzó más de un millón 95 mil visitantes en 2018 y generó unos 142 millones de dólares, de ellos 123,5 millones corresponden a servicios prestados, según cifras oficiales.

La realización de importantes eventos constituyó fuente de ingresos al país como el carnaval de Oruro con más de 18 millones de dólares y el rally Dakar, este último recaudó 142 millones de dólares entre hospedajes, gastronomía, comunicaciones, ventas de artesanías, entre otros.

La unión entre el turismo, la naturaleza y la cultura era considerado el mayor atractivo de la nación andino amazónica gracias a las políticas implementadas por el líder aymara y que reforzaron el vínculo entre el sector estatal y privado. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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