Globo, Mundo, Reino Unido

En L’Asile, la vida en medio de la muerte

Minutos después del sismo de que sacudió a Haití, una embarazada salió de entre los escombros del hospital de una comuna del departamento Nippes donde los especialistas cubanos atienden desde hace dos décadas.

 

Anelí Ruiz García

 

La mujer estaba ingresada en una sala de maternidad y logró salir por un pequeño agujero que había allí porque el segundo piso se había derrumbado totalmente sobre el primero.

Cuando llegó afuera ya estaba en trabajo de parto.

Pero no se quedó sola. Allá estaba Luisa María Gesto, la pediatra cubana que hoy no sabe  si podría volver a ser su salvadora, a volver a traer a su hijo a la vida, a sonreír con ella cuando le dieron un nombre. Era el 14 de agosto. Fueron momentos intensos y de ellos conversó con Prensa Latina.

Cuando la mujer logró salir, Luisa Maria atendía un niño con fractura de cráneo que había llegado con sus padres a las afueras de las instalaciones. Tras estabilizarlo, Luisa comenzó a asistir al recién nacido.

“El niño nació deprimido y tuvimos que darle reanimación cardiopulmonar, y arroparlo porque estaba hipotérmico”, recuerda.

El balón de oxígeno quedó en una de las salas dañadas del hospital, y a pesar del temor de las réplicas Luisa María junto al también doctor Maykel del Prado recuperaron lo que necesitaban del cuerpo de guardia.

Unos 10 largos minutos después el bebé comenzó a llorar, se estabilizó su respiración y la frecuencia cardíaca. Había esperanza, a pesar del violento terremoto que derrumbó en pocos segundos muchas de las casas de esa alejada región, y también la instalación sanitaria donde trabaja la Brigada Médica Cubana.

Sin mucho tiempo para celebrar las victorias, el pequeño grupo compuesto por cuatro médicos, dos enfermeras e igual número de especialistas, comenzó a trabajar en las zonas exteriores de la institución médica, donde se amontonaron decenas de personas.

“La población comenzó a traer a los heridos, con fracturas expuestas, contusiones, traumatismos, y junto a los mismos residentes atendimos a los lesionados”, cuenta Maykel del Padro.

L’Asile fue una de las zonas más afectadas por el movimiento telúrico. La Dirección de Protección Civil estimó que hasta 50 personas pudieron fallecer y otras 750 sufrieron heridas en una población que no supera los 40 mil habitantes.

“El pueblo está destruido, muchas casas en el suelo, muchas personas sin vivienda que duermen en la plaza central porque tienen miedo a regresar a los hogares que aún están en pie”, dice el médico.

A pesar de los desgastes materiales y humanos, los galenos continúan atendiendo a los que llegan a las instalaciones del hospital, y practican clínicas móviles para quienes no pudieron salir de sus regiones.

Mientras conversábamos los pobladores trajeron a otra embarazada. “Tengo que dejarte”, dice Luisa María, “pero aquí seguiremos mientras nos necesiten”. Cuelga y vuelve a dar a la vida otra vida. (PL)

(Photos: Pixabay)

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