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De la redacción al cine: Una fuente alternativa de noticias para inmigrantes

El legado de los medios no ofrece nada nuevo: retroceso intelectual, aumento de privatización, reducción de subvenciones y menor libertad editorial. Abla Kandalaft, periodista libanesa y fundadora Mydylarama se dio cuenta de ello y tomó decisiones. Su trabajo de crítica de cine está cambiando la forma en que el público británico se conecta con los relatos de los inmigrantes, más allá de los titulares racistas. Serie “Periodistas e inmigrantes en el Reino Unido”.

 

Abla Kandalaft con Maryam Touzani, directora de Blue Caftan.

Harry Allen    

 

Líbano es considerado uno de los principales países de emigración del mundo: entre 1975 y 1990, más de un millón de ciudadanos huyeron del país debido a la guerra civil. Con sólo 4 años, Abla Kandalaft formó parte de ese movimiento masivo.

Para los padres de Abla, la elección fue Francia, gracias a la ciudadanía francesa de su madre.

Un Líbano amargamente dividido luchaba por decidir su postura respecto a las operaciones de la resistencia pro palestina en su suelo tras la invasión israelí de 1982, que provocó la retirada de la Autoridad Palestina de Liberación al sur del Líbano. El padre de Abla estuvo implicado en gran parte de este proceso, y su huella ha influido sin duda en sus motivaciones para centrarse en asuntos libaneses.

«Siempre hay una parte de mí que no se siente del todo a gusto en el Reino Unido por la forma en que dejamos Líbano», dice Abla quien cuenta que a este país llegaron en 1989.  «No es que quisiéramos venir, pero tuvimos que hacerlo», agrega.

Abla siempre ha intentado mantener lazos con la región a través de su trabajo como productora de noticias e investigadora especial. Primero se formó en Associated Press y luego en la BBC, donde trabajó cinco años. También tiene un historial de traducción, interpretación y, más recientemente, comisariado de películas.

Nunca ha sentido especial veneración por los medios de comunicación británicos, ya que considera que no son diferentes de los libaneses: ambos países no tienen medios de comunicación completamente libres, y ambos están sesgados hacia sus respectivas afiliaciones partidistas.

Gran Bretaña «no pone el listón especialmente alto» en lo que respecta a la integridad de los medios de comunicación, prosigue Abla. La privatización tiene el mismo efecto en los medios de comunicación, sea cual sea el país.

Creando una nueva plataforma

Abla deja claro que la parte empresarial del periodismo puede ser bastante pesada, y la burocracia le quita una enorme satisfacción en su gestión diaria de la plataforma Mydylarama, que co-fundó ella en 2010.

Mydylarama, el medio de Abla, manejado por mujeres, es una organización editorial y de eventos que difunde películas independientes e internacionales. Su trabajo actual en el Garden Cinema de Covent Garden no hace sino complementarlo, proyectando a menudo cine árabe independiente.

Cuando se le pregunta por las dificultades para dar a conocer películas internacionales, Abla opina que el «elemento humano» es la mejor manera de llegar al público británico no inmigrante.

«Los conflictos familiares, el amor no correspondido, las discusiones… ese tipo de cosas», dice Abla, son mucho más cercanas para los espectadores. Sin embargo, ha sido el reciente genocidio de Gaza el que ha puesto de relieve la región y ha aumentado el interés por los temas de Oriente Próximo.

Los grupos de la diáspora en el Reino Unido, en referencia a los arabohablantes, tienen probablemente las mismas dificultades a la hora de enfrentarse a temas polarizantes en su periodismo y cine. Hay una falta de pragmatismo en las comunidades árabes, dice, sin dejar de subrayar la importancia de los matices en estos temas.

Una elección elección pragmática para muchos sirios sobre el terreno, resultó una elección espantosa para los sirios en Europa, refiriéndose al apoyo a la intervención rusa en Siria frente al ISIS.

Los medios de comunicación del Reino Unido tienen dificultades para captar la óptica multidimensional necesaria para abordar estos temas, y Abla prefiere ahora la crítica sutil a través de su comisariado y su podcast nacido durante la pandemia del Covid, en el que analiza las películas desde una perspectiva sociológica.

Abla Kandalaft

Abla ha disfrutado con el enfoque de MyDylarama, «especializado y fuera del radar» de la crítica. La publicación se centra más en la teoría cinematográfica y en la organización de eventos, por lo que nunca ha existido un incentivo para que el medio crezca más allá de su propia pasión.

Mydylarama nunca ha entrado en conflicto con organismos públicos, a menos que se trate de impuestos y presentación de cuentas.

«Creo que el hecho de que nos sintiéramos así nos hizo centrarnos en la cultura visual», dice refiriéndose al tono no conflictivo de Mydylarama, que no tiene por qué coincidir con sus firmes convicciones sobre los problemas de Oriente Próximo en relación con Palestina y Siria.

La resistencia necesaria para estar en ese escenario político puede ser exigente, y Abla admite que no quiere meterse en eso, sobre todo teniendo hijos pequeños. A pesar de ello, no le ha sido difícil conseguir financiación de suscripciones y colaboraciones remuneradas con festivales de cine.

El panorama mediático británico

Después de una carrera en los «medios tradicionales», hay mucho que decir sobre la naturaleza cambiante de su trabajo. Como productora de noticias, sintió las garras de los medios de comunicación en red, que parecían empeñados en mantener las opiniones lo más limpias y limitadas posible.

Los productores principales solían tener una lista de contactos «muy anglófona y rica» en Líbano, lo que, según Abla, reduce la perspectiva de la recopilación de noticias en los grandes medios de comunicación británicos.

«Era un club cerrado» y la mayoría de los miembros del círculo mediático tenían «la misma escuela, vínculos familiares y asociaciones», algo que Abla intentó cambiar, optando por utilizar su propia lista de contactos para los encargos en Líbano.

Los años de vagas garantías contractuales y promesas de promoción no tardaron en llegar a su fin. Al cabo de 5 años su programa fue cancelado, con la inminente promesa de uno nuevo que nunca se materializó. Abla pudo recibir una indemnización por los malos tratos de su empleador.

Naturalmente, ahí se abrió su camino hacia el trabajo privado, porque en el periodismo se necesitan contactos y dinero para seguir adelante. Los medios de comunicación tradicionales en Gran Bretaña nunca podrían ofrecer esas garantías.

«Hay muy poco interés en que la gente joven entre en los medios, porque es bastante oneroso», dice ella señalando el aumento de las tasas universitarias, la falta de planes de acceso y los largos periodos de prácticas con baja remuneración.

Por eso afirma que con su trabajo en la Independent Media Association pretende ayudar a conseguir un periodismo sostenible, en el que los medios independientes reciban un verdadero apoyo.

Cree que en el Reino Unido hay un creciente apetito por los medios especializados, ya que mucha gente expresa su frustración por el estado actual de los medios convencionales.

Cuando se le pregunta por las oportunidades para los grupos infrarrepresentados en el periodismo, Abla se encuentra en la posición única de ser una joven inmigrante de primera generación que vivió el impacto directo de verse obligada a huir del Líbano.

Lo más difícil, en su opinión, es conectar con los emigrantes de segunda generación que tienen dificultades o no quieren comprometerse con los acontecimientos de su otra cultura.

«Las redes sociales están cambiando el panorama, y la mayoría de mis noticias proceden de Twitter», añade. «Los reguladores no son del todo adecuados y eso hace que la audiencia se rinda en cierto modo», explica, refiriéndose a la falta de fiabilidad cuando se trata de noticias en línea.

«Los medios heredados están como retrocediendo en este punto». Y añade: «Los medios tradicionales están retrocediendo».

Abla es racionalista en cuanto a las perspectivas de los medios de comunicación y su evolución hacia nuevos formatos. Se percibe su pasión, también por Mydylarama, que continuará con un formato en el que la pasión es lo primero.

(Traducido por Monica del Pilar Uribe Marin)Fotos suministradas por la entrevistada y autorizadas para la publicación

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