Globo, Mundo, Reino Unido

El juego geopolítico del Siglo XXI

Estados Unidos, la OTAN y el Reino Unido, vienen posicionando ante los medios de comunicación la matriz propagandística del despliegue militar masivo de Rusia en las fronteras con Ucrania, según ellos, para invadirla. ¿A quién le favorece una guerra entre Rusia y Ucrania?

 

Javier Alexander Roa*

 

La propaganda y la desinformación creada tiene la finalidad de restringir (a las organizaciones y pueblos antiguerras) la verdad del despliegue militar que está realizando la OTAN, EE.UU y Reino Unido hacia Europa Central y Oriental, Sudoeste de Europa, el Báltico y hacia el Indo-Pacífico, con el objetivo de cercar militarmente a Rusia y a China.

No son Rusia ni China los que están desplegando tropas militares ni material bélico en territorios ajenos a su jurisdicción, como lo quieren hacer saber EE.UU, la OTAN y el Reino Unido a la opinión pública internacional, con la intención de intercambiar los roles y la verdad de quién o quiénes están llevando adelante estas maniobras temerarias en contra de los tratados internacionales y de la humanidad.

En pocas palabras, el despliegue militar que ha realizado Rusia lo ha hecho dentro de su propio territorio y el que está realizando EE.UU, la OTAN y el Reino Unido, lo están haciendo fuera de sus circunspecciones a miles de kilómetros. Por decir un ejemplo, EEUU tiene misiles desplegados en la localidad polaca de Redzikovo que está a 180 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado y en el pueblo Deveselu en Rumania que está a 600 kilómetros de la península de Crimea. Por su parte, el Reino Unido tiene desplegadas tropas y material bélico en Letonia y Polonia, países del Báltico colindantes con Rusia y Bielorrusia.

El politólogo ucraniano Konstantin Bondarenko, ha dicho que el Reino Unido (como jugador independiente) quiere crear el eje Londres – Ankara, en el que estarán incluidos Polonia, Ucrania, Moldavia y los países Bálticos, por lo que Ucrania será utilizada como “carne de cañón” para el desarrollo de este proyecto y supondría un cambio a gran escala para Europa.

Antes de estas declaraciones de Bondarenko, el Consejo de Geoestrategia del Reino Unido informó a través de Twitter que la secretaria de Relaciones Exteriores, Liz Truss, estaba considerando un pacto tripartito entre Londres, Varsovia y Kiev. La información fue confirmada por el Ministro de Relaciones Exteriores, al asegurar que el Reino Unido está desarrollando nuevos lazos triangulares con Polonia y Ucrania.

En septiembre de 2021, Australia, Reino Unido y EE.UU, anunciaron la creación de una nueva asociación trilateral de seguridad titulada AUKUS, que dotará de una flota de submarinos de propulsión nuclear y misiles de crucero Tomahawk de largo alcance a Australia.

AUKUS también prevé la cooperación trilateral en materia de inteligencia artificial, ciberseguridad y tecnología cuántica aplicada al armamento naval y un mayor control de la zona transatlántica hacia el Indo-Pacífico. Sin dejar de mencionar a la India, miembro de los BRISC y de la Organización de la Cooperación de Shanghái, que ha pasado a ocupar un centro estratégico regional para EEUU.

La creación de estos nuevos pactos de seguridad y el despliegue de armas de destrucción incalculables, hace suponer que son nuevas herramientas para contener el ascenso geopolítico de China y Rusia en zonas de influencia como Europa, Medio Oriente, África, Asia y América.

Estas nuevas alianzas, que se suman al despliegue militar de la OTAN al Este de Europa, han necesitado un motivo de peso que cale en la opinión pública internacional, por ello, que EE.UU, elReino Unido y la OTAN, han utilizado a Taiwán y a Ucrania como los pivotes de la alternancia en el liderazgo geopolítico global para expandirse militarmente y contener el surgimiento de nuevos actores que puedan producir un cambio de fuerzas en el mundo.

EE.UU ha dicho que “no busca con Beijing un conflicto abierto en torno a Taiwán” ni busca una guerra con Moscú por Ucrania. Sin embargo, sus acciones dicen lo contrario. Busca que estos países inicien una guerra, para así involucrarse indirectamente y utilizar a la OTAN de mampara, jugar al desgaste, imponer sanciones colectivas y frenar el desarrollo de Rusia y China.

China ha reaccionado con el desarrollo de sus propias capacidades defensivas y la petición de ingresar en el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP-11) que lidera Japón, para utilizar sus potenciales económicos, comerciales y de inversiones (no militares), como instrumentos de influencia en la región de Asia Pacífico. De ser incluida, China ocuparía una posición determinante económica y comercial en un espacio donde reside el 60 % de la población del planeta.

Por su parte, Rusia ha solicitado por escrito a EE.UU y a la OTAN garantías de seguridad sólidas y jurídicamente vinculantes de la no expansión militar de la Alianza del Atlántico Norte hacia el Este, el retiro de la «fórmula de Bucarest» para que «Ucrania y Georgia no se conviertan en miembros de la OTAN, retirar las armas suministradas a Kiev y no establecer bases militares en países postsoviéticos.

De ignorarse estas medidas, Rusia ha manifestado, que se verá obligada a responder, incluso mediante la implementación de medidas técnico-militares.

La respuesta de EE.UU, el Reino Unido y la OTAN, ha sido intensificar su despliegue militar, llenar de armas a Ucrania, enviar militares a Taiwán, crear provocaciones violatorias de los espacios marítimos, terrestres y aéreos de China y Rusia, lanzar una campaña de desinformación a través de los medios de comunicaciones y frenar cualquier propuesta ante los organismos internacionales que pueda propiciar algún principio de acuerdo de seguridad con Beijín y Moscú.

La guerra en desarrollo en el mapa geopolítico de Taiwán y Ucrania, busca romper los hilos de interacción que existen entre China y los países integrantes de la Ruta de la Seda y entre Rusia y Europa por el tema del gas. Plan para interrumpir la movilidad y el crecimiento de estas dos potencias que están llenando los vacíos, en todos los ámbitos, dejados por Europa y EEUU en el mundo.

En este juego geopolítico del siglo XXI, cabe preguntarnos: ¿A quién le favorece una guerra entre China y Taiwán? ¿A quién le favorece una guerra entre Rusia y Ucrania?

 *Javier Alexander Roa: Es un diplomático, analista político y escritor venezolano, con varios libros de poesía publicados. Actualmente vive en Damasco, República Árabe Siria y colabora con sus artículos de opinión para varios medios internacionales.

(Fotos: Pixabay)

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