Globo, Migrantes, Multicultura, Reino Unido

Bailando a través de las fronteras

Hace algunos años, el autor de este artículo se reunió con Hugo and Frankie y su simpático perro en un pub al lado de Victoria Park, en Hackney, para hablar del tiempo que llevan organizando fiestas afrolatinas en Londres y coleccionando música en latitudes tropicales.

 

Graham Douglas

 

Como ellos mismos lo describen, ha sido un aprendizaje musical continuo que les ha transportado por la pasión por la música Dance Británica, la escena House de los años 90, el hallazgo de ciertos temas latinos que tanto a ellos como a su público disfrutan, y a sumergirse en el nuevo mundo de la música latina y afro-latina.

A través de su investigación de la música de algunos países africanos, especialmente Nigeria, los dos Congos y Angola, pronto se dieron cuenta de la continuidad rítmica que ha azotado al sur del atlántico desde los tiempos de las esclavitud y que a menudo han sido seguidos de cambios políticos como la colaboración de Cuba en la guerra por la liberación de Angola. En la era de la Música de Mundo (término con el que están desacuerdo), el mestizaje se ha convertido en algo intencionado, con gente como Manu Dibango y Ali Farka haciendo giras juntos en ambos continentes.

La mayor revelación tras su expedición por los mundos de la música recolectando información es que la música dance (música de baile) hace que la gente se sienta incluida, “puede que no sea fácil de escuchar” dice Hugo, “pero es fácil de bailar: así que báilala”

¿Qué significa tropical para ustedes?

Si pones un disco de Highlife al lado de uno de Calypso y les cambias la entonación, te darás cuenta que los ritmos están conectados. Ambos tienen el mismo origen. Ocurre lo mismo con la rumba del Congo y los ritmos de Cuba. La respuesta que obtienes al escuchar todos estos estilos es la misma.

¿Empezaron con fiestas Funk dance en Londres?

Hugo: el Funk, el Rare-Groove y el Soul son parte de la cultura de club británica, es parta de la educación musical básica que se nos enseñó y que aún disfrutamos, sin embargo, luego descubrimos una serie de temas latinos que se estaban escuchando allí y en seguida empezamos a investigar la música latina más detenidamente descubriendo así un nuevo mundo.

En una ocasión recibí un e-mail de una chica diciéndome que estaba sola, no podía llegar a la fiesta hasta las 03:00 y quería saber si era peligroso. Llegó a la fiesta en bici después de trabajar en un bar. Estuvo bailando hasta las siete de la mañana y después de la fiesta me volvió a escribir diciendo que le encantó y que ningún chico le molestó. Nuestra fiesta es para bailar y pasarlo bien, por eso vienen más chicas, porque no se sienten amenazadas.

A ustedes les gusta la música más antigua, ¿es porque es menos electrónica?

Frankie: he vuelto hace poco de Kenya de tocar en el Festival The Rift Valley y fue interesante ver las pequeñas producciones de algunas bandas. Algunas usaban únicamente un teclado Yamaha, e intentaban conseguir el sonido de una banda de mayor envergadura. La inestabilidad de la percusión superpuesta sobre un beat de 808, mas una guitarra, bajo, vocales y una base, ha reemplazado por un sonido lo-fi la verdadera esencia. Sin embargo cuanto más escuchaba, más me enganchaba.

Colombia era uno de los países con mayor número de fábricas de vinilos en Sur América y sin embargo ahora ya no tiene ni una sola. Se les ha presionado a convertirlas en fábricas de zapatos.

A pesar de todo, mientras estaba allí di una conferencia en el British Council sobre la fabricación de vinilos y parecía que había un gran número de personas interesadas en volver a retomarlos. Hay muchos temas que la gente ve en las tiendas pero que no puede escuchar porque no tienen tocadiscos. Bogotá es una capital bastante próspera, y Medellín más pobre, pero su clase media y mucha gente en general se está interesando por explorar el pasado. Me pareció irónico que fuese una persona de Londres el que les ayudara a hacerlo.

Congotronics es lo-fi, pero ¿es original?

Lo más interesante es que la producción de los álbumes de Congotronics la financiaron los europeos.

El álbum Konono No.1 es mucho más interesante que las legiones de bandas que tratan de copiar a Fela Kuti.

Congotronics es auténtico y abre una serie de posibilidades para otros tipos de música, pero para ello tuvo que estar un belga allí, y por qué no, así es como funciona el mundo.

Frente Cumbiero es muy interesante y progresivo. Están usando mucho el material retro sin caer en la monotonía de únicamente hacer Cumbias, lo que ha llamado la atención de firmas en Europa.

Cuénteme algo sobre sus viajes dedicados a recopilar música…

Frankie: Una de las cosas más fascinantes de ir recopilando discos es ver que la gente tiene gustos que jamás te imaginarías.

Hay una escena increíble de música Cadente en Belem, Brasil. Pero sólo algunos títulos. Un tema normal francés de 1€ podría valer allí hasta 50. Lo oyeron a través de la radio Francesa Guyana justo al otro lado de la frontera.

En Barranquilla, Colombia, existe una moda increíble con Soukous. No es una música fácil para los oídos de la audiencia de Londres, o incluso París, pero allí matarían por ese tipo de música Congolesa de principios de los años 80. Sin embargo, si llevas ese mismo sonido a Cali, la capital de la Salsa en Colombia, no funcionaría.

La música que se escuchan allí es muy diferente a la que creemos; Cumbia allí esta muy de moda, pero no en Colombia, aunque allí lleva ya bastante tiempo, Colombia sigue siendo un país de Salsa. En Cali, los jóvenes salen a los bares y bailan toda la noche. Es una educación completamente diferente a la hora de bailar. No tienes que saber el nombre de la otra persona o haber hablado con ella en absoluto, sólo pedirle bailar y puede que después no vuelvas a hablar con esa persona nunca más. Es pura poesía.

Se dice que se lanzó por una ladera con un vinilo del 45 en la boca!

Hugo: Había un chico que había heredado un montón de vinilos que no quería. Yo había puesto un anuncio en el periódico diciendo “se buscan vinilos, llama al Señor Mendez”.

Quedé con el chico en una gasolinera de uno de los barrios algo peligrosos de la ciudad. Además él no me pareció que fuese coleccionista.

Vivía en lo alto de una ladera, y cuando llegamos allí, vimos a un chico de 17 años repleto de oro y fumándose un porro del tamaño del brazo de un bebé que decía: “¿quién es ese?”; el otro le contestó: “¡es el hombre blanco que viene a comprar los vinilos!”

Yo no llevaba el tocadiscos conmigo porque sabía que no había electricidad. El chico tenía un baúl repleto de vinilos. “Son de mi abuelo. Los trajo de Londres”, me dijo cansado. Tenía cosas como la portada original de seda de un single de Skatalites con algo más en su interior. Me pedía precios ridículos. £20 por disco. Así que sólo le compré uno y me marché. Según empecé a bajar la ladera me perdí y tuve que tirarme sentado con el disco en la boca mientras unas cuantas mujeres me miraban y decían moviendo sus bolsas de la compra: “¿qué hace ese hombre blanco bajando así y con un disco en la boca?” Afortunadamente no hay fotos.

No te gusta mucho la Música de Mundo, ¿no?

La Música de Mundo podría ser música tibetana de una flauta nasal, bandas de viento metal de Balkan, Cumbia: lo único que éstas tienen en común es que no vienen de Londres o Nueva York.

Hubo una entrevista a uno de los miembros de la orquesta Baobab, creo, y cuando le preguntaron quién era su artista favorito de Música de Mundo dijo que era “Charlie Parker”. El periodista le dijo que “no era de Música de Mundo”, y él contestó: “yo vengo de Senegal, ¡así que sí que lo es!” Hay estilos de música que se hicieron para ser comunitarios, y otros que no. Todo lo que tiene ese elemento comunitario, ya sea Reggae, Soukous, Highlife, House. Lo reconozca la gente o no, bailará: es una respuesta primaria a la música.

Hugo: cuando era pequeño el Hip Hop estaba de moda, pero para mí era música de “postureo”. Es una música que no te hace sentir incluido, ni sentir que es parte de algo en común con una gran parte del mundo. Algunos disfrutan sintiéndose únicos o especiales por escucharlo. No es fácil de escuchar, pero sí de bailar. Así que, báilala.

(Traducido por Alberto Gómez – Email: a.gomez@my.westminster.ac.uk) – Fotos: Pixabay

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