En Foco, Opinión

Un rastro para cada rostro

Los rostros son parte de los imaginarios individuales y colectivos. Se inventan. Sobre todo los de personajes que han incidido de manera definitiva en los demás.

 

Armando Orozco Tovar

 

También por lo que de ellos se dice es cómo se les imagina: Por sus acciones y sobre todo por sus palabras.

Porque no somos más que ellas. Son lo de menos las facciones del rostro.

Y menos aún antes de la invención de la fotografía y del cine.

Antes de ellos estaba el retratista, que también era una cámara biológica fotográfica o filmadora. Esto si sabía ver, que es una categoría estética superior al simple vista: para esto se necesita del uso de la conciencia, la imaginación, y de la sensibilidad.

Un rostro es algo que se descubre desde alguna de estos tres elementos para poder de forma real apropiarse de él. Saber cómo era. Cosa que nunca tampoco se sabrá. No se conoce el rostro de Homero, Sócrates, Platón… Ni el de Jesucristo, el cual muchos creen convencidos, que es como lo presentan los filmes de Hollywood en semana santa.

Lo mismo ocurre con el semblante de Bolívar, que con certeza no se conoce a pesar de estar a la vuelta de la esquina de la historia, y apareciendo en los billetes de los bancos.

Cada rostro del nazareno está hecho según su época. Aunque en todas aparece con cara de indigente, como si fuera a ponerse a llorar pidiendo limosna: Una cara lánguida de martirologio en espera de la crucifixión.

Lo mismo ocurre con el rostro de Mahoma, de cara sólo conocida sólo por Charlie Edbo. Seguro, que llevando turbante, ese trapo maloliente usado por los trashumantes del desierto en olor de santidad.

Cuando Bolívar hizo la campaña admirable y atravesó los Llanos y la cordillera hasta llegar a la aldea bogotana, donde sus habitantes no se bañaban, cuenta J.M Espinosa, que llevaba un año sin cambiarse de uniforme.

El rostro se inventa. La cara del guerrero y la del amante no son la misma… Aunque en ambos casos hacen la guerra felices en la sábana… y en las sabanas.

No es igual para pintarlo o retratar, ver un rostro con odio o con amor, aunque se igualen sus imaginarios. ¿A cuántos por exigencia clerical, artistas anticristianos, no les tocó pintar al crucificado con cara de infinita bondad?

Y cuántos anti bolivarianos retrataron al Libertador con odio en el Siglo XIX, dejándolo más feo de lo que era: “Tenía el color oscuro y dorado. La frente alta y angosta hacia las sienes.

Mejillas flacas, nariz larga, recta, suave y encorvada. Boca firmemente alineada, y delicadamente levantada en las comisuras de los labios, los cuales eran moderadamente coloreados y salientes: el superior notablemente prominente, estaba sembrado por un negro bigote, el mentón era bajo, cuadrado, y en el centro hundido. Patillas semi rubias, contrastaban con una cabellera negra…” Así Lo describe un cronista.

Los retratistas del lápiz o la palabra, diseñaron los rostros de Jesucristo y Bolívar, desde sus defectos, viéndolo de cerca o de lejos.

Otros lo inventaron por encargo, porque cuantas cosas no se hacen de esta forma: libros, poemas…Y hasta el amor. Pero los retratos hechos del caraqueño son de rostro alargado, cejas en arco, boca lineal, barbilla puntiaguda, pelo ensortijado, piel mulata…

O como otro afirma: “Temía un rostro con magnetismo irresistible. Párpados un poco caídos, los ojos a veces con sonrisas, y a veces con fuegos sombríos, que nacían en sus pupilas.” ¿Cómo describiría el periodista voyerista, el rostro del crucificado haciendo el amor con la Magdalena?

Diría seguro, parecido a las estampas que lo muestran mirando al cielo en busca del padre entre nubes y diciendo: “¿Por qué me has abandonado?

Sin duda existe un rastro para cada rostro, porque no es lo mismo el de un presidente pronunciando un discurso, que haciendo sus necesidades en el baño.

Mahoma, Jesucristo, Buda… No tuvieron rostro. Sus retratos sólo son la cercanía de una invención. Dios tampoco lo tiene. Pero en los museos quedan siempre sus objetos: El tocado, la corona… y la espada oxidada nunca devuelta.

(Fotos: Pixabay)

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