Derechos Humanos, Globo, Reino Unido

Julian Assange, un prisionero por la verdad

El fundador de Wikileaks sigue en la prisión londinense de Belmarsh bajo el yugo de Estados Unidos. El papel del periodismo de investigación no debe caer en el olvido.

 

Julian Assannge. Foto de dedevanderroove / Flickr. Creative Commons License.

Juanjo Andrés Cuervo

 

El 11 de febrero, miles de personas marcharon por Londres para celebrar el Carnaval por Assange. Fue una muestra más de solidaridad con el periodista australiano preso en la cárcel de Belmarsh desde 2019.

Cuál es el delito cometido por Assange? Decir la verdad. Una verdad que el mundo occidental está dispuesto a ocultar. La de que el mundo no es un escenario maniqueo en el que sea fácil trazar una línea para separar a los buenos de los malos.

Hace más de una década, el fundador de Wikileaks sacó a la luz los crímenes cometidos por Estados Unidos en Afganistán e Irán. Con la información proporcionada por personas como él y otros periodistas de investigación, la narrativa dominante de la Guerra contra el Terror para traer la democracia no se sostiene.

Quis custodiet ipsos custodes», escribió Juvenal en Las dieciséis sátiras. Traducido como «¿Quién custodiará a los propios custodios?», podemos hacernos la misma pregunta sobre Estados Unidos. El país que ha invadido Afganistán dos veces, destruido Vietnam, participado en el derrocamiento de Sukarno en Indonesia o impuesto un bloqueo en Cuba que persiste hoy en día.

En el documental de John Pilger  “The war on democracy (La guerra contra la democracia), el periodista australiano analiza la implicación de Estados Unidos en la mayoría de los países de América Latina. Guatemala, Panamá, Nicaragua, Honduras y El Salvador, Chile, Venezuela, Haití, Brasil y Argentina son algunos de los países que han sufrido la muerte de miles de personas por la intervención de Estados Unidos.

Julian Assange. Foto de  Garry Knight/ Flickr/ Le Journal des Alternatives.  Creative Commons License.

John Pilger entrevistó al ex jefe de la CIA para América Latina, Duane Clarridge, sobre la participación de Estados Unidos en el derrocamiento de Salvador Allende. Clarridge explicó que la intervención de EEUU se debió a «intereses de seguridad nacional», admitiendo que Pinochet cometió crímenes en Chile.

Hoy en día, Julian Assange agoniza en una prisión precisamente por ese motivo. Wikileaks hizo públicos los vídeos del ejército estadounidense cometiendo crímenes en Irak y 91.000 documentos sobre la invasión de Afganistán, entre otros documentos secretos. Su voz está siendo silenciada mientras su vida expira.

Un tribunal por una democracia real

En 1967, un grupo de filósofos, activistas y teóricos políticos organizaron un juicio contra Estados Unidos por sus crímenes en Vietnam. Personas como James Baldwin, Simone de Beauvoir, Tariq Ali, Bertrand Russell o Jean-Paul Sartre participaron en el que se conoció como Tribunal Russell-Sartre.

Desde 2020, se ha cambiado el nombre para conmemorar a Julian Assange. El 20 de enero y presidida por Amy Goodman y el filósofo Srećko Horvat, se organizó la tercera edición de The Belmarsh Tribunal con ponentes como Stella Assange, Noam Chomsky y Jeremy Corbyn. El objetivo es el mismo que en 1967: contar al mundo la verdad.

Mark Twain dijo que «la historia no se repite, pero a menudo rima». A través de su poder hegemónico, EEUU ha intentado legitimar su invasión en muchos países del mundo. Hoy en día, están obligando a los miembros de la OTAN a gastar más dinero en armas para la guerra de Ucrania.

Pero en los últimos tiempos, esta narrativa se está desmoronando. Hace unas semanas, el ex primer ministro israelí Naftali Bennett mencionó que esos países occidentales frustraron un intento de conversaciones de paz.

Culpó especialmente a Boris Johnson y Joe Biden de infundir una retórica incendiaria para mantener el conflicto.

Y hace tan solo unos días, Seymour Hersh publicó un artículo en el que explicaba que Estados Unidos supuestamente había volado el gasoducto Nord Stream.

Hersh ganó un premio Pulitzer en 1970 por su reportaje sobre la masacre de My Lai e informó ampliamente sobre el espionaje de la CIA a activistas antibelicistas durante la época de la guerra de Vietnam. ¿Y si es cierto que algunas potencias occidentales no están interesadas en proteger a la población de Ucrania? ¿Y si esas algunas potencias no respetan la libertad de expresión y meten en la cárcel a los disidentes? En el 20 aniversario de la mayor manifestación contra la guerra en Londres, la guerra en Irak, parece pertinente plantearse estas preguntas.

Recordemos que la invasión de Irak se basó en una mentira. Se dijo que el país tenía armas de destrucción masiva. No era verdad. Y tenemos que buscar la verdad en este laberinto de mentiras en el que Estados Unidos domina la narrativa.

(Traducido por Monica del Pilar Uribe Marn) Foto: Pixabay

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