En Foco, Opinión

La helada economía europea

Aunque algunos analistas creen encontrar señales no tan negativas en los resultados económicos europeos de las primeras semanas de 2023, no logran contrarrestar las previsiones de un año muy difícil con las correspondientes repercusiones sociales, especialmente para los sectores asalariados y más vulnerables del continente.

 

“Europa sigue con problemas”. Tal es el título un análisis publicado el 9 de febrero por la página web suiza Allnews, especializada en economía. Con el correspondiente subtítulo: “La crisis energética y el empobrecimiento de los trabajadores siguen penalizando a una Europa que fracasa”.

Sin embargo su autor, Christopher Dembik, del Saxo Bank (banco danés especializado en inversiones y comercio en línea), señala que “hemos sido demasiado pesimistas con respecto a la eurozona” y recuerda que “hace unos meses, más del 90% de los analistas daban por segura una recesión en 2023”. Dembik argumenta que la caída de los precios de la energía, la ausencia de cortes de electricidad (resultado tanto de la diversificación del suministro energético como de temperaturas invernales no tan bajas) y la resistencia de algunos indicadores económicos fundamentales (especialmente en Alemania) determinan la necesidad de revisar las perspectivas para este año.

Su análisis recuerda que la proyección inicial del Producto Bruto Interno (PIB) para la Eurozona en 2023 era negativa. Y afirma que su institución bancaria está convencida de que la Europa del euro podría evitar la recesión este año y aspirar a un crecimiento del PIB del 0,3 al 0,4%o. “Una mejora tímida pero significativa, y esto puede ser sólo el principio”, señala Dembik.

Sin embargo, su análisis concluye mencionando los puntos de tensión que seguirán golpeando a las economías de la región. Debido al rendimiento del crédito europeo GI (Investement Grade) del 4%, por primera vez en la última década se siente un aumento de la presión crediticia, lo que afectará a las empresas que deban acceder a nuevas fuentes de financiamiento. Y, no menos significativo, la crisis energética volverá al primer plano ante la necesidad de reponer las existencias agotadas, lo que podría determinar el aumento de los precios de los combustibles en los próximos meses. La Unión Europea podrá encontrar proveedores e importar, por ejemplo, gas natural licuado de Estados Unidos, Australia o incluso Mozambique, pero a un precio elevado. Y es muy probable que este problema energético incida en un aumento de la inflación en la segunda mitad del año.

El análisis de Dembik concluye con que las posibilidades de evitar una recesión “parecen altas”. Sin embargo, reconoce que Europa sigue estancada y que la crisis energética sigue siendo uno de los problemas principales, por lo cual “aunque el Banco Central Europeo prevé un aumento sustancial de los salarios, vemos que en realidad los trabajadores se están empobreciendo en la mayoría de los países”.

Adicionalmente, que muchas empresas que se beneficiaron de los periodos anómalos de tipos de interés negativos se enfrentarán ahora a la realidad y probablemente irán a la quiebra.

Al pasar del análisis económico al político, las perspectivas que anticipa el funcionario del Banco Saxo son sombrías: “No somos optimistas… Suecia, que preside actualmente el Consejo de la Unión Europea, está centrada en la guerra de Ucrania, mientras que la presidencia española, el segundo semestre de 2023, estará dominada por las elecciones.

Así pues, el panorama político no parece deparar grandes ambiciones este año”. PL

(Fotos: Pixabay)

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