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Elecciones en España: O se une o regresa el fascismo

La semana pasada, el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez convocó elecciones generales para el 23 de julio. Bajo la actual crisis económica, la guerra y el auge de la xenofobia, un gobierno integrado por el partido de extrema derecha Vox menoscabaría la democracia española.

 

Foto de L’imaGiraphe / Flickr.  Creative Commons License.

Juanjo Andrés Cuervo

 

En medio de la debacle de la izquierda en las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, Pedro Sánchez tomó una decisión significativa. El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) decidió convocar a unas elecciones generales anticipadas.

Fue un movimiento estratégico que tomó a todo el mundo por sorpresa. En enero escribí sobre la posibilidad de las elecciones anticipadas, tiene ciertos riesgos. Con esta convocatoria, la coalición de izquierdas formada por PSOE y Unidas Podemos podría no sobrevivir al verano. Sin embargo, creo que la decisión de Sánchez se basa en una lógica racional.

En primer lugar, su anuncio interrumpe un largo periodo de celebraciones de la derecha en España que podrían desanimar a la izquierda. La euforia de la derecha es comprensible. En las elecciones autonómicas y municipales, el Partido Popular (PP) y el ultraderechista Vox obtuvieron excelentes resultados en muchos lugares.

En varios sectores de izquierda se respiraba desesperación la mañana del 29 de mayo. El discurso populista de derechas que se extiende por Estados Unidos, Reino Unido, Francia o Italia también ha beneficiado a la derecha española. Esta ola derechista se extiende por todo el mundo.

De ahí que la única forma de frenar un Gobierno de coalición de PP y Vox sea crear una izquierda fuerte. Sánchez lo sabe y su anuncio obliga inevitablemente a  Podemos y Sumar (también de izquierda) ir juntos a las elecciones generales.

Además de movilizar a un votante de izquierda desesperado y decepcionado, el representativo sistema electoral español castiga la fragmentación. Precisamente, uno de los principales problemas en las elecciones del 28 de mayo fue que los partidos de izquierda no estaban unidos en lugares como Madrid o la Comunidad Valenciana.

No hay alternativa. Sumar y Podemos se unirán para canalizar esos movimientos por la democracia y para que la sombra del fascismo deje de calar en el Ejecutivo español.

Homenaje a víctimas del franquismo y la ultraderecha. Foto de AraInfo Diario Libre d’Aragón / Flickr. Creative Commons License.

España: pasado y presente

Para entender el estado actual de la política en España es necesario analizar la historia nacional y la coyuntura mundial.

El golpe de Estado de Franco del 18 de julio de 1936 y la posterior Guerra Civil española definieron un mundo amenazado por las fuerzas de la reacción. En su libro “La era de los extremos”, Eric Hobsbawm definió la Guerra Civil española como «la expresión por excelencia» de un enfrentamiento global entre el fascismo y la democracia. Con la ayuda de la Alemania nazi y la Italia fascista, Franco derrotó a los republicanos e impuso una dictadura. Además de matar a cientos de miles de personas y obligar al exilio a muchas más, este periodo de casi 40 años tendría una influencia decisiva en la futura España. La propaganda sirvió al régimen franquista para establecer una narrativa que legitimara la sangrienta guerra que iniciaron.

Precisamente por eso, mucha gente cree hoy que el franquismo no fue tan duro como dice la izquierda. El historiador Paul Preston, que ha escrito mucho sobre la dictadura de Franco, expone que era «tan repugnante como Hitler».

Con esos precedentes, no debería sorprender el carácter reaccionario de la derecha española. El PP es heredero de Alianza Popular, cuyo líder fue el ministro franquista Manuel Fraga.

Sería ingenuo creer que quienes apoyaron al régimen durante décadas y se beneficiaron de su despiadada violencia contra los disidentes estarían dispuestos a crear una sociedad democrática y a recordar a las víctimas del franquismo. Hoy en día, la batalla por la memoria histórica se libra ferozmente en la sociedad española.

Al lado del PP, el partido de extrema derecha Vox transmite más profundamente las reminiscencias del franquismo. Los discursos de sus miembros contra las mujeres, los inmigrantes, las personas de culturas diferentes y los izquierdistas emanan analogías con los años 30 en Europa.

OTAN y legitimación del fascismo

Quizá tan preocupante para la izquierda sea la situación mundial. La guerra en Ucrania ha reforzado la alianza entre EEUU y Europa a través de la OTAN. Los norteamericanos sugirieron a los países europeos que aumentaran sus gastos en armamento militar. Estos últimos obedecieron al amo.

El mensaje es claro. Si sigues los designios de la OTAN, no importa el carácter xenófobo y fascista de tu régimen. Polonia e Italia son el ejemplo perfecto de ello. España puede ser el próximo.

Actualmente, los votantes de izquierda contienen la respiración. Saben que Sumar y Podemos deben ir juntos a las Elecciones Generales.

Para España, es la última oportunidad de evitar el primer gobierno integrado por la ultraderecha desde el final de la dictadura franquista. Para la izquierda internacional, España sigue siendo un faro de esperanza. El recuerdo del 15 de mayo de 2011 y su fuerza democrática aún perduran en nuestros días. Entre la gente.

(Traducción: Monica del Pilar Uribe)Fotos: Pixabay

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