Este escritor peruano recoge en una compilación las experiencias por las que los inmigrantes latinoamericanos pasan a través de los personajes de sus relatos ambientados en la capital del Reino Unido.
Benjamin Serra
Gunter Silva Passuni es un joven literato originario de Perú residente en Londres durante años que ha publicado una colección de cuentos ambientados en la capital de Inglaterra y cuyos protagonistas son inmigrantes de América Latina que se enfrentan a los problemas que una situación como esta genera.
“Crónicas de Londres” es un compendio de emociones que van desde la nostalgia por la tierra dejada atrás y los complejos hasta la ansiedad, el miedo y el amor. Se trata de una obra que muestra como los inmigrantes intentan sobrevivir en la gran ciudad.
Silva afirma que no pretende transmitir nada porque “una obra literaria es libre de interpretación” y que ha querido mostrar que la inmigración es un fenómeno que siempre impacta en el individuo, ya sea de una manera u otra.
¿Por qué decidió dedicarse a la escritura?
El arte de narrar y escribir no proporciona suficiente dinero para escribir. Únicamente aporta satisfacción. Contar es una cuestión inherente al ser humano. De hecho, utilizamos constantemente el verbo “contar”. No decimos “infórmame de algo” sino “cuéntame” y a mi siempre me ha encantado contar lo que observo del mundo.
¿Y la razón de contar esas historias a través de un género como los cuentos?
Soy muy impaciente y para escribir una novela se pueden tardar hasta tres años. Yo no tengo la paciencia necesaria para esperar tanto tiempo. Los cuentos no son más fáciles de escribir por ser más breves pero uno sí tiene la sensación satisfactoria de que ha llegado a la meta. En un mes y medio se puede tener un cuento escrito y corregido.
¿Cuándo empezó a escribir cuentos?
Siempre he escrito cuentos. Hay algunos que escribí en mi juventud y pululan en la red completamente gratis. Sin embargo eran muy borgianos, porque admiraba mucho a Borges. Eran cuentos completamente fantásticos.
Nada que ver con Crónicas de Londres.
Esto es completamente diferente. He optado por algo mucho más sencillo pero no por eso menos profundo y con las ganas de que la gente que lo lea pueda entenderlos. He querido escribir una serie de cuentos que pueda leer tanto un muchacho de 14 años como un joven de 30, que sea una lectura accesible para todos.
¿Cómo refleja a los personajes?
Cuando uno escribe no se pone a pensar en qué es lo que quiere dar a entender. Si esa fuera mi pretensión escribiría fábulas como Esopo, que tuvieran una moraleja. Sin embargo una de las realidades que reflejo es el problema del idioma. Lo veo como una moneda de cambio, como un capital. La gente que peor lo pasa en mis cuentos es la gente que no tiene un inglés fluido.
Los inmigrantes latinos mal pagados son aquellos que tienen un mal inglés.
Miedos, fracasos, ansiedad… Son algunas de las sensaciones que experimentan los personajes.
Efectivamente. Hay anhelos, complejos… En uno de los cuentos, ‘Homesick’ digo que la limpieza es la profesión de los latinos. Los hispanos se ven forzados a hacer trabajos difíciles y mal pagados. Cuando llegué a Londres, los estudiantes latinos podían trabajar 30 horas a la vez que estudiaban.
Esto se ha ido reduciendo a 20 y 10 horas. Se ven obligados a disponer de un capital enorme para el arriendo y la comida.
¿Son historias reales o fruto de su invención?
Todas las historias son inventadas, excepto un relato que me ocurrió personalmente en París. Pero lo demás es invención mía aunque es cierto que cuando uno inventa, traslada cosas de sí.
¿Qué hay del racismo?
A pesar de que estamos en el siglo XXI hay racismo y rechazo hacia gente que no es de tu color o de tu estrato social y así lo reflejo en algunos de los cuentos. De hecho, la idea de uno de ellos vino de una historia que me contó una amiga cuando salió a tomar un helado con su novio africano y los niños en un parque le tiraban naranjas mientras las madres no hacían nada por evitarlo.
¿Es así la sociedad británica?
Lo que veo es segregación. Son los conservadores y los poderosos los que tienen miedo a esa torre de babel que es Londres. Es una pena que exista ese miedo a otras culturas en una ciudad en la que hay gente de tantas razas conviviendo.
“En Londres no se para nadie a echarte una mano” es una de las frases que podemos leer en uno de sus cuentos.
Las grandes ciudades son así. Son duras. Y es normal que esto provoque en los inmigrantes nostalgia por el shock cultural al que se someten. La inmigración siempre impacta en el individuo. Uno al final se pregunta ¿Quién soy? ¿Soy peruano? ¿Soy inglés?
Las ciudades como Londres pueden ser muy duras si no tienes un buen trabajo, si no conoces a la gente correcta y sobre todo, si eres un inmigrante que no habla bien el idioma.
¿Están los cuentos dirigidos a inmigrantes o a británicos?
Son para cualquier persona que quiera leerlos. Toda obra literaria es libre de interpretación y es para quien tenga la curiosidad de leerla. No estaba pensando en quien quería que lo leyera mientras lo escribía.
¿Qué podemos encontrar en el libro?
Hay vivencias, amor, desamor, nostalgia, amor a la tierra, fracasos… Son varias historias y por lo tanto, personajes completamente diferentes en situaciones diferentes. Una obra es subjetiva, a mucha gente le gustará, y otra mucha la odiará, pero siempre despertará emociones. Lo que yo espero es transmitir emociones al lector mediante las palabras. (Memorias de The Prisma)
(Fotos: Pixabay)