En Foco, Opinión

Nuevas formas de expresión de la revolución digital

Internet no solo modificó la forma de trabajar de las empresas, también llevó a un cambio en el perfil de los consumidores y clientes. Lo positivo o negativo de la llamada era de la información, tecnologías, postverdad o desinformación se manifiesta a diario en miles de casos. Por ende, hay que andar con cautela en el océano de la web y evitar que se confunda el universo real con el virtual.

 

Claudia Dupeyrón

 

“Al tratarse de una construcción social, este sistema tecnológico es abierto, al igual que la sociedad red es una forma abierta de organización social que acoge lo mejor y lo peor del género humano”.

Eso afirma el sociólogo Manuel Castells, para quien el Internet –al igual que una variedad creciente de redes que operan sobre plataformas inalámbricas– constituyen la infraestructura tecnológica de la sociedad red. Internet no solo cambió la forma en la que una máquina se comunicaba con otra, la humanidad modificó sus modos de interacción gracias a las tres W, las maneras en las cuales estudia, trabaja, se desplaza, compra, escucha música, ve películas, crea recetas, lee, elige pareja, viaja, consulta al médico. Con la llegada del Metaverso, hasta se podrá estar en dos lugares a la vez.

Con Internet también se crearon nuevas formas de expresión o nuevos términos relacionados a esta era de la revolución digital.

La pandemia de Covid-19 aceleró muchos de los usos que ya venía dándosele a la red de redes y las compras online aumentaron significativamente.

Según el estudio “El comprador influyente”, realizado por TheEconomist, solo hasta 2021 la adquisición de bienes básicos (comida a domicilio, alimentación, productos de limpieza e higiene personal) por esa vía se incrementó en un 15% con la pandemia.

El informe concluyó que, aunque en menor medida, esos nuevos hábitos se quedarán, las compras online aumentarán, el tiempo que los canales de este tipo de venta constituyen una gran oportunidad para las marcas.

El estudio señaló que las empresas deberán identificar opciones para ampliar su cuota de mercado digital y reformular las estrategias de negocio con vistas a la recuperación post-pandemia.

Internet no solo modificó la forma de trabajar de las empresas, también llevó a un cambio en el perfil de los consumidores y clientes. La necesidad de acceso a información y demanda de servicios y productos las 24 horas del día, los siete días de la semana, implica que las empresas deben comunicarse y vender sus productos o servicios de forma distinta. Incrementó Internet la posibilidad de obtener feedback de los consumidores y datos para conocer sus hábitos de consumo.

Otro de los aspectos más destacados de la estrategia de transformación digital de todas las empresas es el análisis del Big Data. Esta tendencia que mejorará a futuro con la incorporación de la inteligencia artificial y los profesionales que hoy en día se forman en estas materias, posibilitará analizar y sacar el máximo provecho de la información recogida de muchos clientes.

Big Data se refiere al conjunto de tecnologías creadas para recopilar, analizar y gestionar los datos que generan los usuarios de Internet. Su idea es la de recoger los datos masivos generados en “bruto” y procesarlos para identificar patrones u otro tipo de comportamientos que puedan ayudar a sectores concretos.

Cada vez que alguien navega por Internet genera datos determinados. Con esa información las páginas recopilan los intereses de las personas: qué temas le preocupan, cómo se mueve desde una búsqueda concreta hasta llegar a otra web, la manera de utilizar diferentes aplicaciones o herramientas y mucho más.

Todo deja huella, y aunque sean datos supuestamente anónimos, representan todo lo que hace un usuario de Internet.

Con esas posibilidades de Big Data, cada empresa de servicios puede tener cantidades infinitas de datos generados por los usuarios, y usarán sus herramientas para poder analizarlos y procesarlos intentando beneficiarse de ellos. El Big Data es también el alimento básico de la Inteligencia Artificial, ya que esta se nutre de los datos masivos de los usuarios. Si Google Photos aprendió a reconocer caras, fue en parte por poder procesar las imágenes de los rostros de millones de usuarios, reconociendo en ellas los patrones.

Incluso fue el Big Data una de las herramientas más polémicas cuando las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, que llevaron a la Casa Blanca al magnate Donald Trump.

Estudios sobre la campaña del multimillonario arrojaron que, utilizando los modelos tradicionales de segmentación publicitaria, logró encontrar las preferencias y la probabilidad de salir a votar en los lugares que su rival Hillary Clinton nunca visitó. Datos expuestos tras las elecciones señalaron que el seguimiento de la actividad en las redes sociales, sobre todo Facebook y Twitter, aportó información muy relevante sobre dónde intensificar la campaña, a qué electores dirigirse y con qué mensajes.

No hay límites

Si revolucionaria resultó la Web 2.0, la 3.0. o Web Semántica viene en líneas generales con el objetivo de introducir una serie de lenguajes y procedimientos que puedan interpretar ciertas características del usuario a fin de ofrecer una interfaz más personalizada.

Es decir, busca crear un nuevo sistema de clasificación de páginas web estrechamente ligado a las necesidades y características de los usuarios.

Víctor García Font, profesor de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación en la Universitat Oberta de Catalunya, dice que se trata de “integrar tecnologías que funcionan por separado, como la inteligencia artificial o el ‘machine learning’, para obtener un nuevo ecosistema”.

Es una idea que trataría de reequilibrar la balanza del poder en Internet en favor de los usuarios. Sobre este punto, Font explica que lo ideal es que cada persona “no tenga que dar datos a cada proveedor y, además, pueda controlar a quién se los da”.

Además, la Web 3.0 está pensada proporcionar al usuario las herramientas para valerse de la voz, las imágenes y las interacciones inmersivas, lo que convierte al Internet en una experiencia espacial, muy parecida al Metaverso. PL

(Fotos: Pixabay)

Share it / Compartir:

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*