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Tooba Gondal: la británica que reclutaba mujeres para Isis

ISIS alcanzó su punto máximo en 2015-16, pero su reclutamiento en las sociedades occidentales creció a partir de condiciones que no han cambiado. Entre ellas, el sexismo y el vacío moral. Allí donde la política está moribunda, la simplicidad del fundamentalismo religioso ofrece una solución, incluso a las mujeres musulmanas de clase media cuyas vidas no están colonizadas por un trabajo explotador y alienante, pero que siguen sufriendo abusos sexistas.

 

Tooba Gondal, la casamentera.

Graham Douglas

 

El racismo, el sexismo y la islamofobia hierven a fuego lento bajo la superficie en la sociedad británica y, pese a una vida cómoda en Londres y otros países europeos, muchas jóvenes de familias musulmanas y no musulmanas se sintieron atraídas por la propaganda del ISIS en las redes sociales. Shamima Begum es la más conocida en Gran Bretaña porque no se le ha permitido regresar al Reino Unido desde Siria, a pesar de poseer la nacionalidad británica. Menos conocida es Tooba Gondal que, a través de su cuenta de Twitter, reclutó a mujeres en Europa, incluida Shamima Begum, para militantes del ISIS en Siria.

Benedetta Argentieri es UNA periodista con 20 años de experiencia y, más recientemente, cineasta. Empezó a trabajar en Irak y Siria en 2014, una época muy difícil, especialmente para las mujeres periodistas.

Ha realizado varias películas sobre la situación de las mujeres en Asia occidental, y en su última, The Matchmaker, desafía la narrativa simplista de los medios de comunicación que retratan a las mujeres como víctimas fácilmente manipulables o locas fanáticas.

«Viajando por allí vi que las mujeres se resistían a ello, y quise mostrar las distintas formas en que lo conseguían.

«El 70% de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia machista, y tenemos que preguntarnos qué falla en la sociedad occidental para que las jóvenes se enfaden tanto como para ir a Siria».

Entrevisté a Benedetta para The Prisma tras la proyección de The matchmakeren el festival de cine femenino Olhares do Mediterraneo, en Lisboa.

¿Por qué quería hablar con Tooba?

Quería hacer una película sobre la participación de las mujeres en la organización y estructura del Estado Islámico. En 2015, los medios occidentales, e incluso los académicos, no analizaban el fenómeno de las mujeres en el ISIS, sino que se limitaban a compararlo con Al Qaeda y los talibanes, organizaciones con objetivos completamente diferentes. El principal objetivo del ISIS era crear un Estado, el Califato, por lo que necesitaban atraer a la gente para que se uniera. En 2014 las redes sociales estaban despegando e ISIS sabía cómo hacer películas de propaganda eficaces. Había vídeos disponibles en Youtube que mostraban decapitaciones. Ahora hay directrices mucho más estrictas.

Tooba parecía oportunista y le mentía a usted. ¿No la respetaba usted mucho?

La respetaba mucho. Es muy inteligente y muy divertida a veces. Y respetaba su capacidad para manipular a la gente. Ella había actuado coherentemente con sus creencias, se encontraba en una situación muy difícil y estaba haciendo lo necesario para salir de ella.

Periodista y cineasta Benedetta Argentieri.

Pero yo no quería que me utilizara para su redención.

Minimizar las decisiones de alguien diciendo que era una mujer manipulada es una falta de respeto político. Entrevisté a docenas de mujeres, con sus historias individuales, pero también con un tema común. Tooba era una usuaria prolífica de Twitter, así que pudimos confrontarla cuando sus publicaciones en Twitter contradecían lo que nos contaba.

¿Cambiaron sus sentimientos hacia ella?

Al principio sentí menos empatía. Cuando dijo que una de las niñas yazidíes estaba enamorada de su captor saudí, tuve que contenerme porque ya había entrevistado a muchas mujeres yazidíes. Tooba dijo que nunca las había conocido, luego recordó a una que era propiedad de un emir saudí que estaba en Siria con ISIS. Había oído hablar de mujeres jóvenes, de una que había sido vendida más de 12 veces de un hombre a otro en el espacio de 2 años. Lo que dijo era descarada mentira.

Un hombre podría haberle creído a ella.

Sí, y eran las mujeres extranjeras las que peor trataban a las jóvenes y las que se encargaban, junto con los hombres, de este comercio de esclavas sexuales y sirvientas domésticas. Las esposas solían pegarles sin motivo, tal vez porque estaban celosas de que sus maridos quisieran acostarse con ellas, según dijeron algunas mujeres con las que hablé.

Los conversos extranjeros eran más fanáticos que los sirios locales, para demostrar sus creencias. Shamima Begum era menor de edad cuando la entrevistaron, con lo que no estoy de acuerdo, pero dijo abiertamente que formaba parte de la unidad que vigilaba a otras mujeres y las golpeaba. Si veían a una mujer en el mercado mostrando un trocito de piel descubierta, la torturaban.

Los extranjeros podían ser brutales porque nadie los conocía.

Amenazaban a los lugareños si se negaban a alistarse, a algunos les ofrecían 500 dólares al mes por luchar: era supervivencia, no ideología de Youtube.

Los occidentales sabían exactamente lo que pasaba en los vídeos promocionales sobre los yazidíes en Sinjar y en Mosul, cuando ejecutaban a la gente de un tiro en la nuca.

Hay una larga grabación en la que Tooba habla de su conversión y del wahabismo (la versión saudí del islam que sigue ISIS), diciendo que quería seguir una versión más radical. Por supuesto, conoció a este tipo y así sucesivamente.

Si una mujer en Londres siente que su cómoda vida no tiene sentido, ¿por qué no se hace activista feminista en lugar de unirse a un ejército de hombres misóginos? ¿Necesitan ir a Siria para encontrar marido?

Había muchas dinámicas diferentes en marcha, y sin duda este sentimiento era cierto para muchas mujeres. Tooba se tomó un año sabático en 2013 y nunca habló de lo que hizo entonces. Cuando volví de Siria, hablé con Simon Cottee, que ha estudiado la radicalización islámica, y pudo demostrar que el personaje de Twitter Um-Mutanna era Tooba Gondal. Había guardado mucho material de Twitter antes de que empezaran a borrarlo.

Los jóvenes también querían aventura, rebelarse y formar parte de algo más grande. Cuando tenía 20 años mis puntos de vista eran totalmente en blanco y negro, pero con el tiempo empecé a ver que no es tan sencillo.

ISIS. Foto de Thierry Ehrmann / Flickr. Creative Commons License.

¿Procedían la mayoría de los reclutas  del RU, Francia y Bélgica.?

También de Alemania, y un lugar sorprendente fue Trinidad y Tobago, porque allí hubo una revolución islámica en 1981. La primera gran oleada procedía de Chechenia y Rusia, y muchos chechenos eran combatientes curtidos, incluidas mujeres. En 2015 hice un reportaje para Reuters desde Irak, viajando a la primera línea y me dijeron que habían visto muchas mujeres combatientes del otro bando, pero mi informe fue ridiculizado por los académicos: “No puede hablar en serio”.

Políticamente incorrecto.

Sí, y las mujeres kurdas reconocían a las de ISIS por la forma en que hablaban en la radio. Hacían muchas cosas además de luchar: logística, sabotaje. Algunas se vestían como hombres. Yo estaba del lado de los kurdos que luchaban en Sinjar, en el norte de Irak, cerca de donde habían ocurrido las masacres de Yasidi.  Me dediqué a otros trabajos, pero la guerra contra ISIS realmente empezó de verdad, y en 2019 la prensa occidental ya trataba a las mujeres miembros de ISIS como víctimas o fanáticas. Miles de mujeres venían de países occidentales, no puedes clasificarlas de esta manera tan simplista. Hay que preguntarse qué les pasa en Occidente, y en 2016 codirigí Our war, que se proyectó en el Festival de Venecia, sobre extranjeras que se unen a los kurdos para luchar contra ISIS.

Una niña alimenta a un niño pequeño en una base de la Policía Federal Iraquí después de su rescate del territorio controlado por ISIS en Mosul, Irak, 29 de junio de 2017. Foto de Cpl. Rachel Diehm / Flickr.  Creative Commons License.

Su primera película dirigida (2018), “I am the revolution, desafió los estereotipos de las mujeres en Asia occidental.

Se las veía como indefensas que necesitaban un salvador o como superglamurosas que usaban mucho maquillaje. Seguimos a 3 mujeres, una en Irak llamada Yanar Mohammed, que sigue allí y fundó OWFI (Organización para la Libertad de las Mujeres en Irak), que construyó una red clandestina para ayudar a las mujeres a escapar de los crímenes de honor y en 10 años salvó a unas 700 mujeres. Luego estuvimos con la comandante kurda de la operación de Raqqa (Siria), Rojda Felat. Y en 2017 fuimos a Afganistán, que era muy difícil para un equipo formado solo por mujeres, y había crimen organizado y secuestros. Seguimos a Selay Gaffar, la líder del único partido político laico, Hambastagi, que fue declarado ilegal. Ella tenía una vida desquiciada debido a lo que estaba viviendo, y viajamos de Kabul a Bamian y Jallalabad, un punto caliente yihadista.

Las mujeres podían luchar de diferentes maneras, una como activista, otra como soldado, otra como líder política. Era muy importante que intentaran empoderar a otras mujeres para que, si algo les ocurría, el movimiento continuara.

(Traducido por Monica del Pilar Uribe Marin) – Fotos: Todas las imágenes relacionadas con la película “The matchmaker” fueron suministradas con permiso por Benedetta Argentier. Los derechos de autor pertenecen a Fandango films.

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