En Foco, Globo, Mundo, Opinión

De Pinochet a Milei: Resultado del capitalismo en crisis

El objetivo principal del régimen del capital en estos momentos de crisis pasa por la creciente explotación de la fuerza laboral y el saqueo de los bienes comunes.

.

Foto de AraInfo Diario Libre d’Aragón / Flickr. Creative Commons License.

Julio C. Gambina

 

Se trata de capital vs. Trabajo. Y eso explica la fuerte ofensiva del capital en contra de las trabajadoras y los trabajadores, sus derechos y formas de lucha y organización sindical y social. Y ello se da tanto como la ofensiva contra la naturaleza expresada en la apropiación de los bienes comunes y los territorios, especialmente del sur global.

Una ofensiva que se manifiesta en contra de toda la sociedad desde la manipulación ideológica y mediada por redes sociales y medios de comunicación sumiendo a la humanidad en la lógica de la ganancia y la acumulación capitalista. Salir de la crisis es el desafío de las clases dominantes y en ese rumbo consolidan las preocupantes tendencias a la desigualdad, a la guerra y la militarización, orientando recursos a fines improductivos en desmedro de la satisfacción de necesidades insatisfechas de la población mundial.

Aumenta el gasto militar global y se profundiza la privatización de derechos sociales, caso de la salud y la educación.

El FMI pronostica un crecimiento para el 2024 del orden del 2,9%, menor a los registros pos-pandemia entre 2021 y 2023, con las “economías avanzadas” en un registro del 1,4%. EEUU. crecería al 1.5%, Alemania al 0.9% y el Reino Unido al 6%. Los “emergentes” crecerían al 4%, con China al 4,2% y la India al 6,3%. América Latina y el Caribe un 2,3%, lo que hace evidencia serios problemas para la evolución de los países periféricos del capitalismo mundial.

Alternativa para la crisis

La economía mundial, el capitalismo, contestó a la crisis de los 60/70 con la política de liberalización de la economía bajo la denominación genérica de “neoliberalismo” porque intentaba restaurar la lógica originaria de la Economía Política (Adam Smith en 1776 y seguidores), que fundamentaba los cimientos del orden capitalista en expansión universal.

La crítica de Carlos Marx (en “El Capital”) fundamentó las aspiraciones anticapitalistas por otro orden social, sin explotación ni saqueo, que inspiró organizaciones sociales populares desde la Asociación Internacional de los Trabajadores (1864).

La respuesta a la perspectiva de “revolución” emergió bajo nueva fundamentación con la escuela neoclásica, enfoque desde el cual emergió el keynesianismo para intentar resolver la superación de la crisis de 1930 sin caer en la perspectiva que ofrecía la revolución rusa y el socialismo.

En ese derrotero es que ante la crisis de los 60/70 y bajo el ensayo terrorista de Estado en Sudamérica surge el “neoliberalismo”, que extiende la liberalización económica desde la década del 80 del Siglo XX y que desde 2007/09 entra en crisis y búsqueda de nuevos rumbos teóricos y políticos para el orden capitalista. Desde ahí se explica la agresiva ofensiva contemporánea.

Ante la desaceleración de la economía y los límites al crecimiento de la productividad del trabajo, explicitado en la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, lo que opera es un agravamiento de la explotación y el saqueo para acrecentar la masa de ganancias, explicitadas especialmente desde el complejo militar o el negocio farmacéutico sanitario, entre otros muchos.

De Pinochet a Milei

La disputa actual es por la subordinación de la fuerza de trabajo a la lógica del capital, lo que requiere de “consensos” ideológicos, políticos, culturales, por lo que la centralidad de la dominación mundial está en resignificar las formas políticas de la dominación.

En ese sentido, así como en 1973, la dictadura chilena se constituyó en el ensayo neoliberal que luego se extendió en todo el planeta, el triunfo electoral de Javier Milei en Argentina en 2023 puede ser el experimento para una nueva prueba de liberalización económica, que aleje cualquier perspectiva anticapitalista.

Contrario a otras expresiones de la ultraderecha (Bolsonaro, Trump, Meloni o Le Pen), Milei no es “nacionalista”, sino “liberal libertario”, tal como se auto define. Su objetivo es restaurar la “libertad de mercado” a ultranza, disputando consenso de la sociedad en desmedro de cualquier proyecto de crítica al capitalismo, objetado por la deriva del colapso en el este de Europa y la ausencia de un imaginario global anticapitalista.

A 50 años del golpe de Chile y del inicio “neoliberal”, las clases dominantes se re-articulan en un escenario de amenaza sobre la naturaleza con violencia (guerra y desigualdad), evidenciando un capitalismo criminal que subordina a la humanidad al objetivo de la ganancia y la acumulación. PL

(Fotos: Pixabay)

Share it / Compartir:

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*