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Miedo a Covid-19 se vence con ciencia y corazón

Carlos Tello Ponce, médico ecuatoriano que aplica los conocimientos aprendidos en Cuba, mientras combate al coronavirus en su tierra natal.

 

Sinay Céspedes Moreno

 

Cada mañana, el especialista en Medicina familiar acude al Hospital del IESS Quito Sur, en esta capital, para atender a sospechosos de portar la nueva cepa de coronavirus y dar seguimiento a otros, quienes ya transitaron por esa dolencia.

A su trabajo, dice, le pone además de responsabilidad, empeño, amor y conciencia, características que aprendió en casi una década de estudio en Cuba, donde se formó como galeno e hizo una especialidad.

En entrevista con Prensa Latina Tello Ponce explicó que había estudiado y vivido Cuba desde 2006 hasta 2015.

La lucha contra la enfermedad lo ha llevado a extremos abrumadores, pues ha comprobado el poder de la palabra, ha sentido la presencia de quienes ya no están y experimentado, a diario, un carrusel de sentimientos encontrados como alegría, tristeza, euforia e impotencia.

“Nadie dijo que es fácil ponerse en los zapatos de los demás, nadie me contó del cariño que le puedes tener a alguien desconocido y nadie me dijo que puede llegar alguien que toca en el fondo del corazón y deja una enseñanza”, dice.

De todo lo aprendido en Cuba, en las labores de enfrentar la nueva cepa de coronavirus, está el manejo epidemiológico de los pacientes, así como de la promoción, prevención de enfermedades respiratorias agudas.

Pero en su evaluación, Tello también incluye valores como la solidaridad, el humanismo, el internacionalismo, que van indisolublemente ligados a lo mencionado anteriormente.

“Es esa voluntad de atender de la mejor manera, la empatía con el paciente y el trato con calidad, calidez e involucrar a la sociedad en el cuidado de la salud”, dice.

Con todas esas armas aplicadas en su día a día, advirtió que la experiencia resulta muy humana, pues no se preocupa solo de la salud del paciente, sino también por su entorno social.

En cuanto a ese particular, confiesa haber visto ingresar a familias enteras y es triste comprobar el fallecimiento de alguno de sus miembros, momento en el cual es relevante el papel del médico en dar una mano amiga y brindar soporte ante el inevitable dolor.

Pero también, a su juicio, lo más bonito ha sido ver recuperados a un sinfín de personas, con una sonrisa, y aún más conmovedor cuando hay palabras de aliento, agradecimiento o un abrazos fuerte. Siente entonces que su “trabajo siempre va a valer la pena”.

En cuanto a Cuba y su pueblo, les envía un mensaje: “Cuídense mucho, sean responsables, conscientes, disciplinados, mantengan una buena higiene de manos y el necesario distanciamiento social, así como el uso obligatorio de mascarilla”.

A sus profesores, colegas de profesión y a todo el personal de la salud, en general, les pide no bajar la guardia y estar atentos al uso adecuado de los medios de protección, para evitar contagios y poder mantener la atención médica a la ciudadanía.

De manera general, Tello agradece a Cuba, esa pequeña-gran nación, dice, qie “’forma a un ejército de batas blancas (profesionales de la salud), no solo de Ecuador, sino alrededor del mundo, quienes hoy combaten la pandemia”.

“El miedo a la Covid-19 se lo vence con ciencia y con corazón. Ciencia para protegerse a sí mismo y a sus seres queridos, y corazón para luchar por la vida de los demás”, concluye. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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