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Escritura de mujeres

El grupo literario Las Juanas celebra su décimo aniversario. Esta celebración debe verse en el contexto en el que tiene lugar la escritura de las mujeres.

 

Mabel Encinas

 

Históricamente, la escritura de las mujeres ha sido ignorada, y ni siquiera reconocida como un campo de estudio relievante hasta hace poco.

Este es el resultado de la idea de que los productos de los bolígrafos de las mujeres son de calidad inferior y que sus temas no relevantes en un mundo literario aún dominado por hombres. La escritura de las mujeres sólo ha sido reconocida en los últimos cincuenta años a pesar de haber existido desde el principio de los tiempos.

El grupo Las Juanas, cuyo nombre original era Escritoras Hispano-Americanas de la Memoria, fue creado porque queríamos desarrollar nuestro oficio y compartir nuestro trabajo con una audiencia más amplia.

Los recuerdos viven en nuestros cuerpos, pero deben convertirse en palabras, y las palabras nacen para ser compartidas. Los recuerdos fusionan el «yo» y el «nosotros». Cuando decimos nuestras historias de mujer, herstories, lo hacemos de manera intencional para definirnos a nosotras mismas y no ser creadas por las fantasías de otros.

No somos lo que piensan que somos y dejamos de ser «ellas», «las  inmigrantes», ese «otro”.

Gracias a la memoria, mapeamos el territorio y resistimos la repetición de la historia en busca de nuevas tierras.

La memoria es dinámica y viaja con nosotros. Accedemos a ella desde nuestra existencia actual, y emerge con un color distinto.

Nuestros recuerdos hablan de muerte, fracturas, crisis y recuperan mundos perdidos a través de la nostalgia. Nuestros recuerdos también cuentan la felicidad, el amor y la celebración de la vida. Gracias a la memoria tenemos empatía con el sufrimiento de otras personas.

Escribimos porque necesitamos hacerlo. Por eso creamos poesía y prosa. Escribir implica un compromiso para cambiarnos a nosotros mismas y a nuestro mundo. Como dijo Gabriel Celaya, la poesía es un arma cargada de futuro. En nuestra poesía, cantamos la diferencia para allanar el camino hacia la igualdad.

Nuestros poemas épicos hablan de nuestros viajes como mujeres y como mujeres que vinieron a este país debido al exilio y la migración. Nuestros poemas líricos unen corazón y cabeza para dar sentido a nuestra experiencia de lo que sucede.

Lo personal es político. Sentimos porque estamos vivas, y escribir nos hace más vivas. Y resilientes. No creemos en las «verdades» oficiales. No creemos en «verdades» que discriminan y oprimen. A través de nuestros sentimientos, sabemos y aprendemos.

Nuestra ficción representa las grandes pandemias del mundo, a las que nos resistimos.

No sólo el virus, sino también las pandemias causadas por los humanos: la violencia contra las mujeres, la violencia y la represión del Estado, el imperialismo, los racismos y otras formas de discriminación.

Hemos sobrevivido y creemos, con la guía de Audre Lorde, que el silencio no nos salvará. Mientras hablamos, nos sanamos, buscamos y encontramos las posibilidades del pasado, y construimos mejores futuros posibles. Somos conscientes de que recibimos la antorcha de las feministas Negras y Latinas. Tenemos esperanza

Estamos comprometidas a crear justicia social e inclusión. Celebramos los derechos humanos a través de la poesía, las artes visuales y las canciones. En estos diez años, hemos producido palabras escritas y eventos de poesía, cuentos y música. También hemos facilitado talleres de escritura creativa con comunidades de habla hispana e inglesa, en Londres y fuera de Londres.

Hemos sido un colectivo de seis o siete mujeres. Nueve en total. De Latinoamérica y España. Hemos cocinado juntas, hemos viajado para tener nuestras tertulias, como podríamos llamar a nuestras reuniones, y para participar en nuestros retiros. Hemos compartido nuestro dolor. Hemos estado escribiendo, creando juntas, leyendo el trabajo unas de otras, alentando y siendo críticas, produciendo nuevos entendimientos enraizados en nuestros corazones.

Nos hemos reído juntas al leer nuestros textos y hacer bromas sobre la marcha.

Hemos encontrado nuestros puntos en común y hemos tenido nuestras diferencias, nos hemos entendido, nos hemos disculpado cuando ha sido necesario, nos hemos entendido de nuevo y nos hemos perdonado. Hemos cerrado la brecha entre nuestros ideales y las realidades concretas de hacer. Estamos lejos de ser perfectas y somos completamente humanas.

Nos hemos esforzado por cuidar y ser solidarias entre nosotras. Hemos encontrado amistad. Nos agradecemos por nuestra sororidad.

Hemos estado juntas por diez años. Diez. Una sílaba y numerosas experiencias. Nosotras Mujeres. Mujeres escritoras.

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