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Cardenal Barreto: “La indiferencia social promueve la injusticia

Es uno de los responsables de los nuevos vientos que soplan en la iglesia católica peruana. Reprueba el despiadado bloqueo de Estados Unidos contra Cuba por su ‘perversidad moral’ y critica severamente el modelo económico neoliberal.

 

Cardenal Pedro Barreto. Foto: Prensa Latina

Manuel Robles Sosa

 

Desde su posición de arzobispo de la ciudad centroandina de Huancayo (Peru), el cardenal Pedro Barreto desarrolla una intensa actividad social.

 

En diálogo con Prensa Latina, habló de las transnacionales, de la dramática situación del pueblo peruano por la pandemia de Covid-19 y de la necesidad del acceso general a la ansiada vacuna contra el virus.

Muchos países latinoamericanos se han lanzado a una especie de competencia por tener primero la vacuna contra el coronavirus. ¿Le parece atinado?

Es comprensible que las autoridades de cada país promuevan la adquisición de la vacuna contra el Covid-19. Sin embargo el problema de fondo es evitar que la vacuna entre al mecanismo de la oferta y la demanda en el mercado mundial como un bien comercial.

Sin duda, como la demanda es muy grande, habrá una oferta selectiva por el costo prohibitivo de la vacuna.

El papa Francisco ha llamado la atención para que las vacunas -como un bien social- lleguen a los más pobres y alejados.

Por otro lado, para que la vacuna abarque a la población del mundo se necesitarían al menos tres años para su producción.

En este aspecto, conozco que en algunos países, como el Perú, los gobiernos han hecho un acuerdo de compra de las vacunas a determinados laboratorios.

El problema no es solo conseguir las vacunas al país. Es el mismo proceso de la distribución y la aplicación de la vacuna a la población.

El papa Francisco ha pedido también el cese de los cercos económicos, al menos durante la pandemia actual. ¿Qué opina del bloqueo a Cuba?

En una situación crítica como la que vivimos en el mundo necesitamos romper las barreras de la discriminación de los pueblos, sea cual sea la motivación.

Todo bloqueo económico afecta enormemente a los pueblos y a su dignidad como personas humanas. Es contrario a la cultura de paz. Un ejemplo de esta perversidad moral es el bloqueo económico que experimenta Cuba en los últimos 60 años.

Usted ha criticado severamente el virtual monopolio del oxígeno en Perú, cuyo precio es objeto de especulación en medio de la pandemia, debido a que los hospitales no cuentan con oxígeno suficiente.

¿La situación sigue igual? ¿Basta con la solidaridad de la población para solucionar el problema o se requieren soluciones más de fondo?

Aquí puedo hablar de la crítica situación que vivimos en el Perú por la carencia de oxígeno medicinal en los hospitales y en las casas para la atención de los enfermos del Covid-19.

Una empresa extranjera, Praxair, abastece al 85% de la demanda del país. De por sí, este hecho revela la injusta situación que vive el pueblo peruano desde hace décadas.

Es una forma de esclavitud social y económica que causa desesperación, angustia y muerte de muchos hermanos por la falta de oxígeno. Responsabilidad de un gobierno que lo permitió y del sistema económico actual que pone en primer lugar el lucro y no el servicio a las personas.

La sociedad civil, ante la apremiante situación sanitaria, decidió ayudar al Estado realizando campañas para la adquisición de plantas generadoras de oxígeno para los diversos hospitales del país.

No es la solución. Es verdad. Pero es un gesto de solidaridad muy significativo ante el desborde del problema y la escasa respuesta sanitaria por parte del Estado.

Pero el problema de fondo es la injusticia estructural causada, en gran parte por la indiferencia social, la irresponsabilidad de los gobiernos y la corrupción generalizada.

Por este motivo el pensamiento social de la Iglesia Católica ha reiterado, en numerosas ocasiones, la necesidad de buscar un nuevo modelo de desarrollo humano integral alternativo al actual.

Cuándo habla del sistema económico actual, se  refiere al modelo económico neoliberal. ¿Qué otros cuestionamientos hace a ese modelo?

Me refiero al sistema neoliberal porque, como afirmó el papa Francisco, este modelo económico capitalista no se aguanta más, ha fracasado, porque concentra la riqueza en un grupo minoritario mientras la gran mayoría son excluidos y considerados descartables.

Este sistema neoliberal ha impuesto la ganancia a cualquier precio sin pensar en la exclusión social y en la destrucción de la naturaleza.

Y la razón fundamental es el acaparamiento de la riqueza y que a través del dinero domina la vida social del mundo y de los países, especialmente los más pobres.
Por eso, dice el Papa, puedo afirmar que este sistema neoliberal no tiene rostro ni corazón, no ofrece vida sino esclavitud al poder del dinero y nos hace creer que somos importantes por lo que tenemos y no por lo que somos.

Muchos critican la falta de empatía y de solidaridad de las grandes empresas ante la grave crisis social que ha causado en su país la Covid-19.

Las grandes empresas transnacionales -con algunas excepciones- son insensibles a los problemas sociales. No tienen corazón ni escuchan el clamor de los pobres.

Es verdad que un buen número de empresas están sufriendo las consecuencias económicas a causa de la pandemia del Covid-19.

Pero son las grandes empresas que, en este tiempo de confinamiento, han aumentado su producción o sus servicios, como es el caso de las comunicaciones y de las que proveen el oxígeno medicinal, entre otras. En honor a la verdad, debo reconocer que existen empresas con responsabilidad social que están ejerciendo un servicio de solidaridad en medio de la crisis sanitaria que se ha convertido en humanitaria. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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