En febrero, una latinoamericana en el Reino Unido y su pareja sufrieron una neumonía severa y perdieron el sentido del olfato. Pero no creyeron que habían contraído el virus porque en ese momento se pensaba que quienes no habían estado en China o Italia, no lo podían contraer.
Mabel Encinas nació en México, es profesora de Educación Primaria de la London Metropolitan University, da clases a nivel de licenciatura, maestría y doctorado y hace investigación.
También es coordinadora del Grupo de Interés Especial Sociocultural y Cultural-Histórico (SIG) de la Asociación Británica de Investigación Educativa (BERA).
Hace 16 años vive en Londres donde ejerce una profesión que ejercía en su país natal. Allá era profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, realizaba proyectos de desarrollo en educación y era feliz.
Pero llegó un momento en que quiso hacer un doctorado pues deseaba hacer investigación y entonces se mudó a Londres.
Su comienzo en el Reino Unido fue un poco variado y, en cierto modo, tenía algunas prerrogativas, pues venía como estudiante de doctorado, vivía en el centro de Londres en un piso compartido y luego, más tarde, en un piso para ella sola.
Pero llegó el tiempo en que necesitaba dinero, mas a pesar de toda la experiencia acumulada en México en Londres esta no era reconocida aquí y le resultó muy difícil encontrar trabajo en su campo.
Tuvo que adaptarse y su primer trabajo fue lavando platos. En el verano tuvo un ‘ascenso’, dice sonriendo, porque era muy buena quitando los trozos negros de las sartenes. Claro, siguió lavando platos, pero ya “era especialista en limpiar las sartenes”.
Con el tiempo comenzó a tener trabajos relacionados con su profesión: talleres sobre manejo del estrés para estudiantes, un poco de docencia e investigación y algunos trabajos administrativos.
Pero luego, cuando la crisis financiera de 2008 golpeó la economía británica, encontrar trabajo en la academia fue extremadamente difícil y, una vez más, tuvo que volver al sector de la limpieza, aquella vez limpiando oficinas. Esto fue fácil ya que la red de latinoamericanos se encuentra principalmente en el sector de la limpieza.
La situación le resultaba bastante ridícula a veces, ya que ocasionalmente tenía un contrato de investigación, o un contrato de asistente de investigación por unas horas a la semana, en una especie de contrato de cero horas, pero al mismo tiempo continuaba limpiando oficinas.
Estos recuerdos la hacen reír. Son diferentes a los que tiene de cuando contrajo el coronavirus.
Cuenta que a finales de febrero, mientras viajaba en metro, un hombre tosió hacia ella sin taparse la boca.
Piiensa que ese día contrajo el Coronavirus, porque a la semana se sintió enferma y le diagnosticaron una neumonía severa.
Aunque todo indicaba que tanto ella como su pareja habían contraído el Covid, nunca tuvo la oportunidad de confirmarlo, porque todo sucedió cuando el coronavirus apenas comenzaba a golpear a la comunidad y se pensaba que si no se había viajado a China o Italia no era posible. Y en ese momento no se hacían pruebas.
Cuando empezó a sentirse mal renunció a salir. No fue a un evento para familias que se realizaba en su universidad (pensaba que quizás si tenía el coronavirus sería irresponsable ir y contagiar a otras personas) ni a un evento para leer uno de sus poemas (porque Mabel también es poeta) y tuvo que pedirle a alguien que lo leyera.
Se quedaron en casa porque a duras penas había asistido a la celebración de su cumpleaños, a finales de febrero y que recuerda como el cumpleaños más extraño que hubiera tenido en su vida porque tenía neumonía.
Las cosas parece que fueron igual en su familia, aunque Mabel tampoco está segura de si se contagiaron y piensa que nunca lo sabrán con seguridad pues en ese entonces el virus apenas empezaba a ser noticia.
Hoy con el coronavirus en todo su furor, Mabel siente que este ha impactado mucho su vida, su trabajo, su creatividad, sus escritos. Para bien o para mal, esto nos lo contará en la próxima edición.
(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marín) – Fotos: Pixabay