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Inmigrantes en tiempos de Covid: Impacto en la vida personal

Nacida en México, Mabel Encinas es profesora titular de educación superior en el Reino Unido. Cuando se aplicaron las medidas restrictivas pensó que tendría tiempo para dedicarse a sí misma pero, como la jornada laboral es más larga, el tiempo aún se le escapa de las manos.

 

Mabel Encinas con la también escritora, Isabel Ros-López

Nathan Raia

 

Cuando la pandemia llegó a Reino Unido y se impuso el encierro, Mabel se vio afectada sin demasiada conciencia por la concatenación de los hechos.

Al principio, cuando empezó el encierro, por la distopía social en la que vivía la gente y con todos quedándose en casa, empezó a padecer insomnio.

En su universidad empezó el mismo día oficial aunque en su área preguntaron si podían empezar antes porque tenían mucho material para enseñar online y también porque tienen algunas personas que son vulnerables, así que empezaron media semana antes.

Entonces se dio cuenta de que iba a ser difícil volver a la normalidad y Mabel se sentía preocupada por las implicaciones, especialmente para las personas que se encuentran en situaciones más vulnerables.

En la vida de Mabel, la pandemia cambió muchas cosas. Por ejemplo, empezó a salir a caminar, a hacer ejercicio en casa y en algún momento incluso empezó a correr un poco.

Se dio cuenta de la cantidad de ejercicio que se hace para ir a trabajar: “Muy a menudo completo los diez mil pasos que me dice mi teléfono porque al enseñar en una universidad tienes que subir y bajar varias veces”.

Además, dice que su relación con su pareja “era 99% buena pero con la pandemia es 98% buena, lo que significa que tenemos el doble de problemas”.

Mabel bromea con esto porque piensa que en algún momento ha sido estresante estar en casa todo el tiempo.

Por eso empezaron a alternar salir a caminar y hacer ejercicio en casa, porque si solo hacían ejercicio en casa de alguna manera se les estaba escapando algo.

La otra cosa que notó es que, si no tenía que ir al trabajo y luego regresar, tendría estas horas extras, tal vez un par de horas o un poco más.

Lamentablemente, en la práctica no ganó absolutamente nada de tiempo. Bromea sobre ello diciendo que, por alguna razón, llegó un ladrón de tiempo y se robó todas las horas de transporte. Lo que pasó es que en realidad estaba trabajando más horas, ya que habían más asuntos que tenía que resolver y además tenía que dedicar más tiempo a los alumnos, brindándoles todo el apoyo necesario para estudiar en estos tiempos difíciles.

A Mabel le gusta trabajar desde casa. Realmente le gustaría tener una combinación de trabajar más días desde casa e ir al campus.

Pero en su universidad existe la idea de que hay que trabajar en la oficina, así que tenía que ir todos los días. Al principio fue bueno tener algunos días trabajando desde casa, pero piensa que esto no sucederá una vez que la pandemia termine.

Lo cierto es que la pandemia ha cambiado mucho su vida en la universidad.

Antes de la pandemia, normalmente programaba tutoriales breves con sus alumnos y solía dar comentarios cuidadosos por escrito y luego los alumnos tenían que estar preparados y hacer preguntas.

Esto llevaba algún tiempo porque también eran alumnos de distintas edades y había varios aspectos a tener en cuenta.

Pero con las clases en línea esto comenzó a tomar más tiempo porque surgieron cosas como, por ejemplo, interrumpir las tutorías para enviar un correo electrónico a los estudiantes y decirles, ´lo siento, tengo un retraso´. Luego se daba cuenta de que estaba terminando dos horas después.

También en su universidad hubo muchos cambios, por ejemplo, los plazos para las re-presentaciones o el que muchos estudiantes ahora solicitan circunstancias atenuantes porque podrían haber contraído el coronavirus.

Además, Mabel trabaja con grupos étnicos minoritarios y asiáticos negros en su universidad, que fueron más afectados por la pandemia. De hecho, una de sus exalumnas falleció y también falleció un colega de su universidad, de la comunidad BAME.

Otros afortunadamente se recuperaron pero había mucho estrés e imagina que eso es parte de lo que estuvo afectando su sueño.

Trabajar más horas como catedrática también significaba que tenía mucho menos tiempo para dedicar a su trabajo como poeta. Le resultaba más difícil procesar lo que tenía en mente, todos sus pensamientos.

Sin embargo, algunos poemas surgieron de esta nueva situación y también tuvo la oportunidad de formar parte de un grupo de hispanohablantes que estaban trabajando en poesía centrada en la pandemia.

Donde probablemente termina el tiempo perdido es en sus noches, llenas de diferentes tipos de actividades.

Por ejemplo, estaba siguiendo varios seminarios web que a veces se realizaban desde los EE. UU. cuando en Londres era la una de la mañana.

Además, está revisando o escribiendo nuevos poemas, ya que tiene que presentar material al grupo de poesía.

Pero al mismo tiempo, no está segura de si ha sido más creativa que antes, porque antes tenía que ir físicamente a la universidad, mientras que ahora las horas de trabajo son más largas y también tiene la oportunidad de hacer más eventos online, asistiendo a mesas redondas con diferentes personas, conferencias o grupos de discusión.

En la próxima edición, Mabel compartirá con nosotros sus pensamientos sobre cómo el gobierno está lidiando con la pandemia.

(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marín) Fotos: Pixabay

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