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A la pandemia se le vence con solidaridad

Cuando se fundó hace 75 años, la organización de Naciones Unidas, ONU, jamás imaginó que su mayor desafío lo enfrentaría en 2020 con el coronavirus y que hoy, comenzando nuevo año, se confirma como una crisis sanitaria mundial  cuyas consecuencias e impactos se sentirán durante decenios

 

 Ibis Frade

 

La crisis alteró la vida de las personas en cada rincón del planeta y aún golpea con especial fuerza en numerosos países, como es el caso de Estados Unidos, que encabeza la lista de los más afectados.

Paradójicamente, allí  radica la sede principal de Naciones Unidas, en Nueva York.

Durante los primeros meses del año, esa ciudad vivió una difícil situación debido al aumento acelerado de los contagios, las elevadas cifras de muertes y el colapso de los hospitales ante la cantidad de pacientes. La sede de Naciones Unidas en Nueva York tomó rápidamente medidas para evitar la propagación del nuevo coronavirus y a finales de marzo, cerrar sus puertas, y las agencias, organismos y trabajadores acudieron al teletrabajo y a las plataformas en Internet.

Hasta la fecha, la mayor parte de los encuentros y reuniones se realizan de forma virtual, y los muy pocos eventos presenciales siguen estrictos protocolos sanitarios.

Ahora, la respuesta a la crisis sanitaria ocupa el centro de los esfuerzos del sistema de Naciones Unidas, mientras que la propia organización multilateral tuvo que transformar sus dinámicas de trabajo para mantenerse en funcionamiento en las difíciles condiciones de la pandemia.

Iniciando diciembre, la Asamblea General de la ONU dedicó una sesión especial a debatir sobre la respuesta global a la Covid-19. Entonces el presidente de la asamblea, Volkan Bozkir, dijo que la ONU debería liderar los esfuerzos de recuperación de la pandemia, y que el mundo entero se enfrenta a la mayor recesión desde la llamada Gran Depresión.

Y también llamó a garantizar un acceso justo y equitativo a las vacunas anti-Covid-19, a trabajar juntos para proteger a los países más vulnerables, incrementar las inversiones en servicios sociales y asegurar una cobertura sanitaria universal. Lo cierto es que el Covid-19 afecta a todos, en especial, a los más pobres y vulnerables, a las personas mayores, las mujeres y las niñas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) proporciona desde el principio de la pandemia datos y recomendaciones, pero “no todos los siguieron y varios ignoraron las instrucciones”, dijo el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Guterre ha urgido a todos a considerar como un bien público mundial a las vacunas y cualquier otro tratamiento contra la Covid-19, y hacerlos asequibles para todas las personas.

Guterres advirtió que las consecuencias y los impactos de esta crisis sanitaria se sentirán durante decenios y convocó a los Estados miembros de ONU a enfrentar con urgencia la pandemia “para sobrevivir y construir juntos un futuro mejor”.

Uno de los pedidos realizados con mayor frecuencia por la asamblea es el de garantizar que tratamientos y una futura vacuna contra la Covid-19 sean asequibles para todos.

Igualmente el de poner fin a las sanciones y medidas coercitivas unilaterales, como el bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, que entorpecen la respuesta a la pandemia e impiden el desarrollo de los pueblos. Pero mientras muchas naciones del mundo pedían más solidaridad para enfrentar al nuevo coronavirus, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó claro en su intervención el que siempre pondrá a “América primero”, e insistió en sus ataques contra la OMS y persistió en politizar la Covid-19 al llamarla el ‘virus chino’. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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