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Dentistas, NHS y Covid

En abril, se me salió un empaste dental. Cuando llamé al dentista, me dijeron que no habían citas debido a la pandemia.

 

Steve Latham

 

No los culpé. Los dentistas siempre son vulnerables a  las enfermedades respiratorias. Así que, mientras se inclinan sobre las bocas abiertas de los pacientes, el Covid los pone especialmente en peligro.

Me dijeron que tomara calmantes y que me pusiera en contacto con ellos si no podía tolerar el dolor. Como era de esperarse, estaba bien.

Pero me enteré de que durante la crisis hubo 19 millones de tratamientos dentales menos.

Sin embargo, esto muestra el impacto que ha tenido el coronavirus en los servicios de salud del Reino Unido. Por ejemplo, 2.5 millones de personas no se han sometido a pruebas de detección de cáncer ni han recibido tratamiento.

La protección del personal, la redistribución de los recursos y la sobrecarga administrativa han causado retrasos en todos los departamentos médicos.

El número de muertes por Covid tampoco lo dice todo. También hay muertes, por diversas causas, debido al efecto que ha tenido el virus en el NHS (Servicio de salud del Reino Unido).

El número total, combinando las muertes por Covid y otras relacionadas, clínicamente llamadas ‘exceso de mortalidad’, ha sido de más de 56.000.

Mi diente estaba bien, pero ahora parece que mis dientes se están desmoronando. Uno se rompió mientras usaba el hilo dental, ¡lo que se supone que debo hacer para proteger mis dientes!

¡Y otro se rompió mientras comía un sándwich con mi hija en un encuentro (socialmente distante) en un parque de la zona!

¿Quizás sea la vejez? ¿O quizás se deba a todo el azúcar que he comido, por lo general en forma de chocolate, a lo largo de mi vida?

Un ejercicio para romper el hielo que suelo sugerir cuando modero debates en grupos pequeños es: ¿cuál era tu comida favorita cuando eras pequeño?

Ayuda a que la gente se relaje para cuando empiece la sesión. Mi respuesta es sencilla: ¡gachas con chocolate!

Cuando era niño era tan quisquilloso con la comida, que la única manera de que mi madre me hiciera comer gachas al desayuno era añadiendo cacao en polvo ¡y (mucha) azúcar!

Esto marcó un patrón para las décadas venideras, y solo ahora, gradualmente, me estoy apartando de las cosas dulces.

A menudo se dice que si el azúcar se descubriese hoy en día estaría prohibido, tanto por su efecto en nuestra salud como por su poder adictivo.

También es un legado de nuestra historial imperial, cultivado por esclavos en el Caribe. Lo mismo ocurre con el cacao: cultivado en Gana, pero procesado de forma lucrativa aquí, en Blighty.

Esta combinación de azúcar y chocolate ha demostrado ser una combinación peligrosa, produciendo las enfermedades distintivas de la riqueza: caries, enfermedades cardíacas y obesidad. Cuando me enteré del precio de mi tratamiento dental me sorprendí, pero me di cuenta de que, a pesar de que no recibo tratamiento gratuito porque estoy trabajando, sigue estando subvencionado.

Antes, el dentista me remitió a una clínica privada porque tenían un mejor microscopio. El costo allí  era tres veces mayor, el cual no tendría que haberlo pagado si el NHS estuviese debidamente financiado.

Muchos esperan que el Covid-19 haga que nos replanteemos la forma como apoyamos nuestros servicios de salud y bienestar. ¿Qué tan probable es eso, en realidad?

(Traducido por Claudia Lillo – Email: lillo@usal.es) – Fotos: Pixabay

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