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Rutte siempre gana, sin importar ni costos ni alcances

Tras su cuarta victoria consecutiva, el liberal-conservador Mark Rutte lidera hoy las conversaciones para formar gobierno en Países Bajos sin descartar ayuda alguna para prolongar su período en el poder.

  

Mark Rutte. Foto de Roel Wijnants. Flickr. Licencia Creative Commons

El primer ministro desde 2010 y líder del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD, por sus siglas en neerlandés) señaló esta jornada que considera al ultraderechista JA21 como una opción válida para integrar la coalición que dirigirá este país hasta 2025.

Para el político de 54 años la meta ahora es alcanzar una mayoría en la Cámara de Representantes y el número más elevado de puestos posible en el Senado, sin importar quiénes contribuyan a que eso ocurra.

En unos comicios anómalos debido a la pandemia de la Covid-19, el VVD obtuvo 35 de los 150 escaños de la Cámara Baja, tres más que los alcanzados en 2017, pero insuficientes para gobernar en solitario. Rutte deberá, por tanto, llegar a un pacto con varias de las 17 formaciones que lograron representación parlamentaria, proceso que amenaza con ser complejo.

Hace cuatro años, las conversaciones para establecer una alianza duraron unos siete meses y concluyeron con un acuerdo entre VVD, la Llamada Demócrata Cristiana (CDA), los Demócratas 66 (D66) y la Unión Cristiana (CU).

Sin embargo, en esta oportunidad, los D66 fueron los segundos más votados y ganaron 23 asientos (cinco más), mientras la CDA descendió a 15 puestos (cuatro menos) y la CU se mantuvo en cinco.

El alto número de organizaciones representadas genera una fragmentación de la Cámara Baja, a lo cual se suman las divergencias con el PVV y el ascenso de los D66, que puede traducirse en el incremento de las exigencias por parte de esa formación.

Mientras tanto, el debilitamiento del CDA llevaría a su retirada de los ministerios pertinentes y se auguran fuertes enfrentamientos debido a la gran diversidad de ideologías y objetivos, lo cual impediría repetir la fórmula vigente hasta ahora.

Pese a que el JA21 cuenta solo con tres escaños, su incorporación podría dar a Rutte los 76 puestos que necesita para llevar adelante alguna de las combinaciones posibles.

Un factor a tener en cuenta es el ascenso, aunque de manera dispersa, de agrupaciones de extrema derecha, muchas de ellas contrarias a las medidas para contener la pandemia.

Según la analista británica Anna Holligan, los resultados de estos comicios son interpretados como una validación de las acciones de Rutte para contener la Covid-19, pero esta nación se enfrenta ahora a un repunte de los casos y quedan otros asuntos sin solucionar.

Durante las últimas semanas, miles de personas salieron a las calles para oponerse a las restricciones aprobadas y fueron reprimidas por las fuerzas policiales.

Por otra parte, queda pendiente el problema que llevó a convocar la cita en las urnas: más de 26 mil familias, la mayoría de origen extranjero, esperan una respuesta ante las afectaciones sufridas tras ser acusadas injustificadamente de estafar al Estado.

En declaraciones a medios de prensa, el sociólogo e investigador Paul Schnabel explicó que la renuncia en pleno del ejecutivo el 15 de enero supuso una salida para evitar un debate parlamentario con la presentación de una moción de censura que iba a perder. No es la primera vez que Rutte dimite, pues lo hizo en 2012 ante una crisis generada por divergencias con el PVV y fue reelecto.

Según el profesor Alexander Clarkson, del King’s College, de Reino Unido, la primera regla de la política neerlandesa es que Rutte siempre gana, sin importar costos o implicaciones. (PL)

(Fotos: Pixabay)

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