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Cibervigilancia, una industria peligrosa

La enorme escala de violaciones perpetradas a través de la cibervigilancia secreta ha puesto de manifiesto una crisis mundial de derechos humanos, ha advertido Amnistía Internacional, en un nuevo informe publicado tras las revelaciones de la investigación del Proyecto Pegasus.

  

El informe, Uncovering the Iceberg: La crisis de la vigilancia digital provocada por los Estados y el sector privado, revela el impacto devastador de la industria del software espía mal regulado sobre los derechos humanos en todo el mundo.

Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, ha declarado que “En los últimos días, el mundo se ha indignado, con razón, por la persecución sistemática de activistas de derechos humanos, periodistas y abogados revelada por el Proyecto Pegasus”. Y agregó que “No sólo se pone de manifiesto el riesgo y el daño que corren esas personas, sino también las consecuencias extremadamente desestabilizadoras para los derechos humanos mundiales y la seguridad del entorno digital en general”.

“NSO Group es sólo una empresa. Se trata de una industria peligrosa que ha operado en los límites de la legalidad durante demasiado tiempo, y no se puede permitir que esto continúe. (…) Ahora, necesitamos urgentemente una mayor regulación sobre la industria de la cibervigilancia, la rendición de cuentas por las violaciones y abusos de los derechos humanos y una mayor supervisión de esta industria en la sombra”, dijo Callamard.

Responsabilidad del Estado y de las empresas

Durante años, Amnistía ha advertido de los peligros que supone para los derechos humanos la industria de la vigilancia en general, y los casos específicos de vigilancia selectiva ilegal facilitados por NSO Group en particular.

Los Estados tienen obligaciones vinculantes, en virtud del derecho internacional de los derechos humanos, de proteger los derechos humanos contra los abusos de terceros, incluidas las empresas privadas que operan fuera de sus fronteras.

Según las normas jurídicas internacionales, una empresa puede ser cómplice de violaciones de los derechos humanos si cumple dos criterios principales: que a través de sus actividades empresariales haya ayudado a cometer la violación, y que la empresa supiera o debiera haber sabido que sus actos contribuirían a fomentar la violación.

Está claro que la tecnología de NSO permitió las violaciones reveladas en el Proyecto Pegasus, y sobre todo teniendo en cuenta que se han encontrado objetivos vinculados a los mismos países en los que se ha encontrado NSO anteriormente, una persona razonable debería haber sabido que los abusos eran probables.

Agnès Callamard ha dicho que empresas privadas como NSO Group han demostrado que incumplen impunemente sus responsabilidades en materia de derechos humanos, al tiempo que se benefician de las violaciones de estos derechos. Al permitir que el software de NSO se utilice sin tomar las medidas adecuadas para proteger nuestros derechos, los Estados de todo el mundo han permitido que florezca un sistema ilegal que da lugar a violaciones y abusos de los derechos humanos a gran escala.

“El hecho de que los propios líderes mundiales y otros líderes políticos puedan haber entrado en el punto de mira de la tecnología de software espía servirá, esperemos, como una llamada de atención largamente esperada para que ellos y los Estados de todo el mundo den un paso adelante y regulen esta industria.

“Si los líderes mundiales están en el punto de mira de esta manera, se confirma aún más que los derechos de todo el mundo, incluidos los activistas de derechos humanos, los periodistas y los abogados, están en peligro.

“Se necesita urgentemente un control significativo de la industria del software espía para evitar más violaciones. Deben tomarse todas las medidas legales para desvelar todo el alcance y la naturaleza de la complicidad de la NSO en los abusos contra los derechos humanos.”

Amnistía pide una moratoria inmediata sobre la exportación, la venta, la transferencia y el uso de tecnología de vigilancia hasta que exista un marco normativo que respete los derechos humanos.

El Ministerio de Defensa israelí ha concedido a NSO Group la licencia de exportación del software Pegasus. Amnistía pide al gobierno israelí que revoque las licencias de exportación existentes a NSO Group, dado el riesgo de que su software espía pueda ser utilizado para violar los derechos humanos. Además, NSO Group debe cerrar inmediatamente los sistemas de sus clientes cuando haya pruebas creíbles de uso indebido.

Amnistía también pide a NSO Group que publique un Informe de Transparencia respetuoso con los derechos humanos que revele los incidentes de uso indebido de sus productos, los países de destino, los contratos y otra información necesaria para investigar a fondo la posible ocurrencia de abusos contra los derechos humanos relacionados con su negocio.

Antecedentes

El Proyecto Pegasus Project  es una colaboración pionera de más de 80 periodistas de 17 organizaciones de medios de comunicación de 10 países coordinada por Forbidden Stories, con el apoyo técnico de Amnistía, que realizó pruebas forenses de vanguardia en teléfonos móviles para identificar rastros del programa espía.

NSO Group ha insistido en que el software Pegasus se utiliza legalmente para “recopilar datos de los dispositivos móviles de determinados presuntos grandes delincuentes”. Sin embargo, la reciente investigación ha demostrado que existe un uso paralelo de la herramienta contra la sociedad civil que supone una clara violación de la legislación internacional sobre derechos humanos.

La herramienta de vigilancia digital selectiva del NSO Group es intrínsecamente propensa a las violaciones de los derechos humanos, dado su diseño y la falta de controles para garantizar su correcto despliegue. Los Estados han utilizado intencionadamente Pegasus para seleccionar ilegalmente a personas, violando por completo su derecho a la intimidad.

Pegasus afecta gravemente al derecho a la intimidad por su diseño: es subrepticio, especialmente intrusivo y tiene la capacidad de recoger y entregar una selección ilimitada de datos personales y privados. NSO Group no ha tomado las medidas adecuadas para detener el uso de sus herramientas para la vigilancia selectiva ilegal de activistas, abogados y periodistas, a pesar de que sabía, o podría haber sabido, que esto estaba ocurriendo.

NSO Group dijo en una serie de declaraciones que “niega firmemente… las afirmaciones falsas” del informe. Escribió que el informe del consorcio se basaba en “suposiciones erróneas” y “teorías no corroboradas”, y reiteró que la empresa estaba en una “misión para salvar vidas”.

Information: Amnesty International UK

(Traducido por Mónica del Pilar Uribe Marín) – Fotos: Pixabay

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