Opinión

Pensador del día: Byung-Chul Han

Byung-Chul Han es un filósofo nacido en Corea, residente en Alemania. Formado inicialmente como metalúrgico, se trasladó a occidente y cambió de disciplina, convirtiéndose hoy en uno de nuestros principales intelectuales públicos.

Steve Latham

 

 

Ha investigado el impacto del cambio social y tecnológico en la psique de la cultura contemporánea, concentrándose en cómo nos hemos vuelto ‘transparentes’ con el desarrollo de Internet.

Es decir, que ya no poseemos ningún espacio donde podamos estar en privado para desarrollar nuestras propias ideas, porque nos sometemos voluntariamente a una vigilancia en línea constante. Esta necesidad constante de estar disponibles conduce al “agotamiento”, no solo a nivel individual, sino social, generando una “depresión interna” colectiva.Además, el tecno-capitalismo neoliberal nos separa en nuestras pantallas, fragmentando a la sociedad, de manera que el control sea omnipresente e invisible a la vez.

Paradójicamente, aunque la ideología actual fomenta la denominada “diversidad”, esta pierde significado, cuando cada una se considera única y toda transgresión se asevera.

Nuestra sociedad individualista, pues, ha perdido el sentido del “otro”. Incluso en el sexo, sin la necesaria “auto negación”, somos incapaces de centrarnos en nuestra pareja.

La rápida disponibilidad de la pornografía, por ejemplo, genera una fascinación superficial, sin ninguna profundidad real en las relaciones.

La “suavidad” de las imágenes pornográficas también confluye con el acabado blanco y liso de los dispositivos y los productos de arte conceptuales. Todo es brillo e impresión exterior.

De este modo, desaparece la oportunidad de “contemplación”. Es imposible la retirada para la renovación, ya que estamos bombardeados por imágenes y mensajes generados por ordenador.

La desaparición de las tradiciones y de los rituales también ha fomentado nuestra total sumisión al mercado y a los medios de comunicación,  llevando a una pérdida de significado endémico en la cultura occidental.

Al carecer de un marco de referencia más amplio -escribe Han-, hemos generado, durante la pandemia, una “sociedad paliativa”, destinada a la “mera supervivencia”.

Su énfasis en la “contemplación”, los “rituales” y “tradiciones”, hace, naturalmente, alusión en Europa, al declive de la religión, que aquí significa cristianismo.

Curiosamente, Han no ha recurrido a ninguno de sus propios recursos culturales coreanos. Como espectador observante, se ha convertido en un experto en el despliegue de la tradición intelectual occidental.

Y esto está presente en sus formas conservadoras: Hegel, Heidegger. Aunque, con su crítica del capitalismo, es difícil discernir si pertenece a izquierda o a la derecha.

Porque el capitalismo persigue -escribe- una “pulsión de muerte” perversa del crecimiento económico necrológico y una eventual destrucción ecológica del hábitat humano.

Es a raíz de esto que, con su pesimismo sobre la acción política, Antonio Negri le ha llamado “profesor escéptico”.

Su punto de vista, no obstante, es que ya no poseemos ningún recurso interno para resistir la deriva de la cultura hacia la fractura; porque el patrimonio cultural del continente ha sido abandonado.

Su propia auto comprensión es la de un espectador que describe las transformaciones, pero sin ofrecer ninguna solución, sin duda, no el renacimiento de la religión. Hay, por lo tanto, un sentido de inevitabilidad en sus predicciones. Él es el equivalente filosófico del novelista francés Michel Houellebecq.

Juntos exponen una versión contemporánea de la negatividad de Schopenhauer sobre la vida, y sus posibilidades.

Al igual que Samuel Beckett, pero con la conciencia de este siglo sobre la ecología y el progreso tecnológico, Han parece llegar a la posición de “sin salida”.

(Traducción de Lidia Pintos Medina) – Fotos: Pixabay

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