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El simbolismo político del color

¿Cómo puede la gente ser conservadora? Seguramente ningún individuo de derechas admitiría formar parte de esta anticuada tribu.

 

Steve Latham

 

Esto es especialmente cierto durante esta recesión, cuando los gobiernos conservadores de todo el mundo están reduciendo el bienestar y eligiendo políticas que favorecen a los ricos sobre los pobres.

Pero tal vez el lenguaje de la polaridad está pasado de moda hoy en día. Conservador-Radical. Reaccionario-Progresista. Izquierda-Derecha.

¿Estas antinomias, no ocultan tanto como revelan algo sobre las opiniones reales de la gente? Etiquetar puede provocar un cortocircuito en el pensamiento, en sustitución de la reflexión crítica de los cercanos, pero inexactos, estereotipos.

La terminología de ‘izquierda’ y ‘derecha’ es particularmente cuestionable. Es una taquigrafía perezosa, el producto perfecto de un momento histórico: la Revolución Francesa.

Sentados en arco, las facciones opuestas realmente se sentaron en las alas izquierda y derecha de la asamblea legislativa. Pero, ¿cuán relevante es eso para nosotros hoy en día, que tenemos otra disposición arquitectónica de los asientos?

El rojo y el azul como colores políticos es otro ejemplo de ello. En todo el mundo, el rojo representa la tendencia socialista, la ‘izquierda’, podríamos decir; y el azul representa a los conservadores, la ‘derecha’.

Pero, como es sabido, en los Estados Unidos, el simbolismo de los colores se invierte. El rojo es el color de los republicanos, y el azul el de los demócratas.

El simbolismo político de un color se decide entonces arbitrariamente. No hay ninguna base ideológica para un programa estético de que se pueda llamar “Coloréame bonito”.

Tome la ecología, por ejemplo. ¿Es un asunto de izquierdas o de derechas? Hoy en día, es totalmente de la izquierda. Pero durante muchos años fue el campo conservador quien se opuso a las depredaciones de desarrollo en sus condados.

Los Nazis eran especialmente conocidos por sus credenciales verdes. El factor común en todo el eco-movimiento, sin embargo, es la hostilidad hacia la mercantilización de la vida rural, la destrucción de hábitats.

Cornel West, el filósofo afro-americano, ha escrito positivamente sobre el conservadurismo; en el sentido de ‘conservar’ lo que es bueno.

Por ejemplo, West aboga por conservar los valores no mercantiles, en contra de la invasión del lucro como única medida de valor y la destrucción de las comunidades pobres por la llamada regeneración.

West y Slavoj Zizek, teórico crítico esloveno, le dan la vuelta al tradicionalismo en su cabeza cuando reclaman la preservación de las tradiciones cristianas europeas – de protesta profética y crítica radical.

El problema de nuestro gobierno, actualmente, es que los conservadores no son realmente conservadores.

En cambio, son capitalistas libertarios que apoyan la abolición de todas las tradiciones y prácticas antiguas que restringen el mercado libre.

El Servicio de Salud Nacional, la educación, la BBC, son instituciones que deben ser arrasadas. Encarnan otros valores que no son del laissez faire económico.

El filósofo conservador Roger Scruton, observa que una voluntad conservadora rechazará el imponer un cambio político rápido y a gran escala debido a los peligros de las consecuencias no deseadas.

Al atacar el bienestar, el gobierno no esta conservando nada, sino destruyendo cualquier base de solidaridad social.

Como Marx escribió, el capitalismo rompe el halo sagrado de toda relación social pre-existente y lo remplaza por el nexo efectivo desnudo.

(Traducido por Silvia Gallardo) – Fotos: Pixabay

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