Globo, Latinoamerica, Reino Unido

Una investigación lenta: El asesinato de Dom Phillips y Bruno Pereira

«Bolsonaro tiene las manos manchadas de sangre y no tiene el valor de decir que está muy contento»,  dijo el suegro de Bruno, quien cuestiona los mínimos esfuerzos del gobierno y la policía para saber la verdad detrás de este doble crimen.

 

Sara Vivacqua*

 

El doble asesinato ha ocupado los titulares de todos los diarios, principalmente los del Gran Bretaña y de Brasil.

Pese a que los hechos se conocieron hace tres semanas, aún existen demasiadas sombras sobre lo que allí, en las profundidades de la selva amazonica, desató esta tragedia. En esta entrevista con el indigenista y suegro de Bruno Pereira, Kleber Gesteira Matos, es posible ver cómo ha existido desinformación y lentitud en la investigación y como esta negligencia parece estar protegiendo a algunos.

«Mi hija Beatriz sólo tuvo escasas noticias de la Policía Federal. Nada de la Policía Militar, de la Policía Civil, del Ejército, del Estado brasileño, nada. Ella está muy bien informada por Univaja, por los indígenas, no por los profesionales de la seguridad que deberían garantizar la salud y la tranquilidad de todos los brasileños», dice Matos.

El Ejército dijo en un comunicado oficial que no tenía órdenes de iniciar la búsqueda. ¿Cómo lo interpreta?

Una excusa. Estos comandantes tienen el poder de actuar de forma independiente en actividades ordinarias, como la vigilancia de un río, en la búsqueda de un ciudadano supuestamente herido. El Ejército tiene una fobia total a las reservas indígenas, especialmente en las fronteras. Si nos remontamos a la historia de Brasil, los indios en realidad trabajaban con el imperio portugués.

Esta idea de que los indios representan un problema para la soberanía nacional está enormemente ausente en la cultura general. El padre Vieira decía que los indios eran las murallas del Sertão porque lo defendían de las agresiones externas.

Hoy defienden la tierra brasileña contra el extractivismo colonial, especialmente en la Amazonia. Por ejemplo, los macuxi y los wapichana vigilan la frontera con Guyana. Los militares están profundamente equivocados cuando piensan que los indígenas son una amenaza nacional. La amenaza a la soberanía nacional es el tráfico y la explotación de las riquezas.

Estuve en Brasilia durante diez años. Y trabajando en el gobierno uno se encuentra con militares. Necesitan formación y una preparación técnica muy diferente. Aprender a escuchar opiniones divergentes de su doctrina. Una formación limitada al ámbito militar es muy débil. Euclides da Cunha dijo: o mejoramos considerablemente el Ejército o lo abandonamos, no es posible quedarse como está. La Academia Militar de Agulhas Negras debería ser una universidad. Necesitamos un Ejército que no se declare como la «fuerza terrestre de la Amazonia», una región que sólo tiene wáter.

La embajada brasileña admitió un error sobre la falsa información del embajador de que se habían encontrado cuerpos. ¿Recibieron esa información?

No recibimos ninguna información de los indios de que hubieran encontrado cuerpos. Los indios encontraron una tarjeta sanitaria a nombre de Bruno y tal vez sus sandalias y pantalones cortos. Parece que la cartera estaba junto con una mochila atada a un árbol con las ramas sumergidas en el río. Esta última parte fue la que he leí en la prensa. Los indios fueron los que iniciaron la búsqueda, son los que han trabajado más tiempo en la búsqueda hasta ahora.

La información más precisa proviene de los indios. Es una enorme arrogancia por parte de las autoridades no buscar la colaboración de los indios, que conocen profundamente el terreno.

Este ambiente pesará en el registro objetivo de lo ocurrido.

El embajador de Brasil en el Reino Unido le debe a la familia un poco de transparencia sobre quién le dio la información falsa.

Bolsonaro corroboró las falsas noticias de la embajada y habló  de maldades que les hicieron.

Primero hay que destacar que el presidente de la república de Brasil es un profundo profeta de la muerte.

Si se puede hablar de armas, de disparos, de explosiones y de muerte en cada entrevista y declaración, lo hace. Él estuvo aludiendo a la tortura, otro deporte suyo, y que ambos sufrieron a manos de quienes las emboscaron. Pero no sabemos nada a ciencia cierta.

¿Por qué fue Bruno depuesto de la FUNAI?

Simplemente porque hizo su trabajo. Fue depuesto por el presidente de la FUNAI en el gobierno de Bolsonaro, Marcelo Augusto Xavier da Silva, por desacuerdo sobre la entrada de misioneros. Hay dos perfiles básicos apoyados por este gobierno: el perfil truculento, que cree que los indios deberían haber desaparecido en los 500 años de historia de Brasil; y el de los falsos amigos, que buscan ser paternalistas, catequizar y explotar los recursos cooptando a los líderes. El actual gobierno es abierta y activamente anti indígena. De cada diez medidas, al menos nueve afectan a la educación, el patrimonio o la salud indígena. Además de la acción gubernamental, el presidente tiene un papel simbólico que sabe explotar muy bien, autorizando a operadores de nivel medio, que son mucho peores porque tienen acceso a los recursos, a la región y a la gente. Quien quiera explotar la tierra de Ianomami tendrá mucha tranquilidad y medios. El gobierno no lo hace directamente, porque ni siquiera lo sabe. Desde el punto de vista del agronegocio, el gobierno de Bolsonaro es un éxito, vende mucho, explota más, sin límites.

¿Qué tipo de protección deberían recibir del Estado personas como Bruno, con profesiones de riesgo?

Esto implica debatir sobre los programas gubernamentales. Si hubiera una vigilancia preventiva, un núcleo de la policía que supervisara los ríos, asociado a un discurso oficial, sea del Gobierno Estatal o Federal sobre el trabajo de la FUNAI, de Chico Mendes y de otros servidores, los riesgos serían mucho menores. Hoy son maximizados por los Gobiernos Estatal y Federal. El presidente muestra desprecio por la vida de los servidores públicos.

Bolsonaro tiene las manos manchadas de sangre y no tiene el valor de decir que está muy satisfecho. Tiene responsabilidad, el gobierno brasileño tendrá que explicar y compensar a las familias de todas las víctimas de su gobierno sin protección y respuesta, como la de Maxciel, por ejemplo.

¿Cómo manejar a estos trabajadores ilegales que son, en su mayoría, míseros sirvientes de los comerciantes, que compran y exportan ilegalmente recursos forestales y son los verdaderos culpables de los conflictos en la Amazonia?

Es necesario revisar cómo ven las autoridades a la población amazónica. Cómo pueden ser entendidos por el sur y el sur. Entre 1920 y 2008 el Ministerio de Educación, por ejemplo, no tuvo un solo dirigente de la región amazónica. ¿Cómo es posible? La cultura política de la administración del país desconoce por completo la Amazonia.

El Tribunal Supremo de Brasil (STF) aún no ha juzgado el plazo. ¿Por qué que no lo ha hecho?

No se puede negar que los indios son grandes movilizadores políticos. Nadie puede movilizar a tanta gente por una causa. Tienen un gran sentido de la oportunidad y de la representación de las ideas. Recuerde a Ailton Krenak en la Asamblea Constituyente de 1988. Estaba lleno de rebeldía, y lo demostró con una voz suave, delicada y elegante, pintándose con grafitis negros. Su impacto visual es tan grande que anula horas y horas de discursos de muchos dirigentes. El Brasil indígena ha frenado incluso a nuestro inconmovible Supremo (tribunal).

*Sara Vivacqua, Lawyers for Assange, colaboradora del diario brasilero Diario do Centro do Mundo.

(Traducido por Monica del Pilar Uribe Marin) – Todas las fotos han sido suministradas a The Prisma por Sara Vivacqua y autorizadas por ella para su libre publicación.

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