Creciente inflación, tasas de interés en su nivel más elevado en 15 años, aumento de los valores de las hipotecas y otros préstamos, crisis del costo de la vida y continuas protestas sociales en 2023, ensombrecen el panorama de un gobierno que quiere seguir gobernando.
Danay Galletti Hernández
Una gestión poco favorable pone en vilo la reelección del Primer Ministro del Reino Unido, Rishi Sunak.
El exministro de Finanzas de origen indio logró alguna estabilización de los mercados financieros que según los expertos estaban desequilibrados por la agenda radical de reducción de impuestos anunciada por Truss, durante su mandato de 44 días. Pero Sunak no ha podido revertir la caída vertiginosa de su agrupación política, en picada desde el denominado escándalo Partygate, asociado a fiestas y otras reuniones del gobierno conservador, en un contexto de restricciones por la pandemia Covid-19 (2020-2021).
La situación involucró al entonces primer ministro Boris Johnson, quien renunció como diputado en junio último, tras conocer la conclusión de un comité parlamentario de varios partidos sobre sus mentiras expresadas a los legisladores respecto a las fiestas durante el confinamiento.
Las continuas protestas sociales en 2023 avalan también el poco avance en promesas electorales como la de disminuir la inflación a la mitad, el crecimiento económico o la reducción de los tiempos de espera en las entidades vinculadas al Servicio Nacional de Salud.
Mientras las encuestas refieren que dos tercios de los británicos tienen una opinión desfavorable sobre Sunak, el Partido Laborista posee una ventaja de dos dígitos en los sondeos, previo a la convocatoria a las urnas de 2024, y ha ganado varias elecciones parciales este año, unido a la obtención de dos escaños adicionales en el Parlamento. La formación conservadora cedió ocho puestos durante comicios parciales en los últimos tres años, y la pérdida de los más recientes: los distritos de Tamworth y de Mid Bedfordshire, constituyó la primera vez desde 1962 que los laboristas conquistan dos votaciones de este tipo el mismo día.
La ganadora en Tamworth, Sarah Edwards, refirió que esa localidad al norte de Birmingham votó por un nuevo comienzo y enviaron un mensaje claro a Sunak y a los conservadores responsables del derrumbe de la economía y la destrucción de los servicios públicos.
El líder de ese partido, Keir Starmer, expresó, tras la victoria en los dos distritos, que el resultado muestra nuevamente cómo su formación está al servicio de los trabajadores, en el rediseño del mapa político de la nación europea.
La reestructuración del actual ejecutivo determinó el regreso del ex primer ministro británico David Cameron —conocido por la convocatoria y pérdida de un referéndum sobre el Brexit en 2016— para ocupar el cargo de titular de Asuntos Exteriores, hasta los venideros comicios generales. Cameron sustituyó en esa responsabilidad a James Cleverly, nombrado para la cartera de Interior, luego del despido de Suella Braverman, destituida tras la publicación de un artículo no autorizado en The Times, donde acusaba a la policía de esta capital de favorecer manifestaciones propalestinas.
Como Cameron no forma parte del Parlamento, debió recibir el título de lord vitalicio para su posterior ingreso en la Cámara Alta, pues de acuerdo con las normas internas la selección de los ministros acontece entre los miembros del legislativo.
La decisión resultó del agrado del ala más centrista del Partido Conservador, pero el sector más crítico de la actual administración consideró que ello constituye una estrategia de Sunak encaminada a la resurrección de su debilitado gobierno frente a las próximas votaciones. PL
(Fotos: Pixabay)
.jpg)
