Estoy seguro que en aquellas sociedades donde la mayoría de la población se percibe a sí misma como «perdedores» en la vida, pueden ser transformados, pero tal cambio va a requerir grandes esfuerzos y una visión a largo plazo. Se sabe que un acercamiento de una «mentalidad en desarrollo» a los cambios educacionales y sociales es una herramienta extremadamente poderosa, especialmente en relación con las necesidades en las áreas de prolongadas privaciones.
Nigel Pocock
Definí la mentalidad en desarrollo como aquella marcada por la apertura, un compromiso con el aprendizaje, y la creencia de que el cerebro – y uno mismo y la sociedad – podría beneficiarse con tal cambio de actitud.
Existe una intuición incorporada (e incorrecta) de que las personas son «de la manera que son» por naturaleza.
La ciencia moderna sobre el cerebro («neurología») ha demostrado que esto es solo parcialmente cierto. Lo que es aún más significativo es la creencia de que las personas pueden cambiar sus habilidades, y que las mismas no están naturalmente ‘fijadas’.
Hay sólidos descubrimientos sobre el cerebro que apoyan estas afirmaciones. Ciertamente, el primer paso en cualquier programa sobre enseñanza de la mentalidad en desarrollo es precisamente enseñar esto: cómo la neurogénesis (el desarrollo de nuevas conexiones neuronales) es fundamental en el desarrollo del cerebro, y cómo permanece en las personas a lo largo de sus vidas, si éstas continúan con el trabajo necesario para mantenerlo de esa forma.
El viejo dicho «úselo o piérdalo «, es más verdadero que nunca. Excepto que ahora sabemos que necesita el apoyo tanto del imperativo moral como de la voluntad política para sostenerlo.
Puede parecer extraño mencionar una ‘moral imperativa’ , mas, para una mentalidad en desarrollo, es fundamental el trabajo en equipo, la cooperación y el compartir.
Para que el conjunto de habilidades se desarrollen (en cualquier aspecto de la vida, desde el cocinar hasta la mecánica cuántica), implica no solo «ir subido a los hombros de gigantes», sino también ser capaces de aceptar y utilizar constructivamente la crítica relevante.
Esto es precisamente útil para aquellos con una autoestima emocionalmente frágil. Aquí está el llamado a esas personas para que desarrollen las habilidades necesarias para el aprendizaje, para que sus autoestimas puedan ser estimuladas por el éxito.
¡El decir esto y el esperar que se conviertan en realidad, son, sin duda, dos cosas muy diferentes! Lo que se necesita son individuos visionarios comprometidos seriamente a largo plazo con estas ideas/ideales que aquí se mencionan.
Las herramientas están disponibles gracias al trabajo académico de la Profesora Carol Dweck y sus colegas de la Stanford University, y a través de los programas de Mindworks y Brainology , y este es un punto de partida fundamental.
Por otro lado, los dos libros del Profesor Dweck proveen una base para esta visión, tanto popular (Mindset: How you can fulfil your potential) como académica (Self-Theories: Their role in motivation, personality and development).
Esto depende de un cambio total de mentalidad (sic) de parte del sistema educacional en su totalidad desde el más bajo nivel primario hasta los directivos en los niveles más altos de los sectores educativos.
Estoy seguro que en aquellas sociedades donde la mayoría de la población se percibe a sí misma como «perdedores» en la vida, pueden ser transformados, pero tal cambio va a requerir grandes esfuerzos y una visión a largo plazo. Desafortunadamente, dado que los políticos tienden a ver las cosas en términos de las elecciones y la popularidad a corto plazo, no tengo confianza.
Una semilla debe plantarse, y las mentalidades fijas pueden transformarse en mentalidades enfocadas en procesos creativos y curativos del crecimiento social y personal. ¡Esto es posible!
(Traducido por Sofia Aldazabal Wood – Email: sofiaawood@gmail.com) – Fotos de Pixabay
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