Donde los nombres se convierten en números, las casas se convierten en escombros y las esperanzas son robadas por el eco de los cazas F35. El fundador del Museo Palestino de Estados Unidos se sentó con The Prisma para contar las desgarradoras historias que se desarrollan en Gaza, y para iluminar el arte que las documenta.
Zac Liew
Era un caso de Código Azul. Eso significa que en circunstancias normales el joven podría haber vivido. Pero el bombardeo de Gaza le relegó a un segundo plano en la lista de prioridades; primero se atendió a las personas con más posibilidades de salvarse.
Cuando el médico Khalil Khalidi pudo atenderlo, ya era demasiado tarde. El niño sin nombre, clasificado con el número 991, permaneció tres días en el depósito de cadáveres. Ninguna familia se presentó para reclamarlo.
Esto preocupó profundamente a Khalidi. El joven médico-artista había extraído sangre al niño antes de morir y añadido heparina para detener la coagulación. Luego utilizó la sangre para colorear un dibujo que había hecho de un ángel.
«Este es el tipo de historias que están saliendo de Gaza en estos momentos», afirma Faisal Saleh, comisario de «Art of Palestine | from the river to the sea» y fundador del Palestine Museum US.
«No hay sólo uno o dos, de hecho hay miles, pero no hay suficientes lugares para documentarlos». Ese médico tuvo la oportunidad de abandonar Gaza después del 7 de octubre, pero se negó. Todavía piensa en ese niño todos los días», explica.
Los padres de Saleh se vieron obligados a huir de su pueblo natal, Salama, durante la Nakbah de 1948, cuando unos 700.000 palestinos fueron expulsados de su tierra ancestral por los gobernantes del nuevo Estado de Israel. Buscaron refugio en Cisjordania, donde creció el joven Faisal.
«Las condiciones eran duras», dice. «Mi familia lo perdió todo y tuvo que empezar de cero. Además, yo era el último de once hermanos».
Tras mudarse a Estados Unidos en 1969, Saleh fue a la universidad y encontró el éxito como empresario. Abrió el Palestine Museum US en 2018 y está montando una nueva exposición en Londres.
Saleh dice que colecciona arte palestino para enviar un mensaje simple pero desafiante: «Estamos aquí».
«El primer tema de nuestra exposición en Londres es un esfuerzo por demostrar nuestra existencia, por demostrar que somos seres humanos. Lo hacemos intentando responder a la pregunta: ¿Quién es usted?», afirma.
«Se puede pensar que es algo obvio, pero no lo es para mucha gente. Es difícil conseguir que los principales medios de comunicación se interesen por la cuestión palestina, así que la gente se queda por defecto con el relato israelí. Por eso es especialmente importante que tengamos una fuerte presencia en el ámbito artístico, para humanizar a los palestinos ante una audiencia global».
Casi 30 artistas palestinos han expuesto sus obras en P21 gallery. Hay una amplia gama de formas de arte visual, como pinturas acrílicas y al óleo, acuarelas, esculturas y mapas de Palestina que muestran cuántos pueblos se han perdido por la fuerza a manos de soldados y colonos israelíes. Pero, según Saleh, la forma artística no es lo que realmente importa.
«Se trata del contenido y el tema: lo que se transmite. Cualquier forma de arte es buena. Es el mensaje y los individuos representados lo que realmente merece nuestra atención; lo que el artista sintió y las emociones que intenta transmitir, y cómo lo formula con el arte que sabe hacer».
El segundo tema de la exposición es Gaza. Saleh señala que lo que está ocurriendo allí ahora es una «llamada de atención» al mundo de que los palestinos han estado bajo ataque desde la Nakbah en 1948 y bajo ocupación desde el final de la Guerra de los Seis Días en 1967.
«Tenemos un mapa muy grande de Palestina en el suelo de la sala de exposiciones. La gente puede caminar sobre él y ver Palestina tal y como era en 1948, antes de que Israel tomara el poder, cambiara todos los nombres y destruyera los pueblos. Ver los verdaderos nombres palestinos es muy impactante», dice Saleh. Añade que algunas de las obras aportan optimismo de cara al futuro, a pesar de los sueños truncados y los hogares aplastados.
«Algunas obras tienen alegres colores vivos y representan bellos paisajes palestinos. Hay un cuadro de dos niñas de Gaza que llevan pañuelos en la cabeza, sonriendo y mostrándose alegres en un momento en que no tienen razón aparente para estarlo. Hay uno con un grupo de niños jugando detrás de las tiendas, cuyas familias han sido evacuadas. Se ven sus mantas y cubrecamas colgados de tendederos».
Admiete, sin embargo, que gran parte del arte es «muy sombrío y oscuro». Una de las obras de la artista Amal Sobeh muestra a cuatro niños colgados de sus sueños y esperanzas, representados por globos rojos atados al cuello. Los globos blancos se colocan sobre un fondo oscuro para que las esperanzas y aspiraciones se vean yuxtapuestas al entorno sombrío y negro del que emergen.
Otras obras de arte de la exposición son un tapiz de la historia de Palestina, 100 piezas de bordado que dan vida a un momento determinado en el tiempo. Hay dibujos realizados por niños a los que se invitó a dibujar lo que veían a su alrededor como forma de terapia.
También hay fotografías recientes de Gaza que reflejan el dolor y la agonía de la gente que vive allí, pero Saleh dice que no son sangrientas ni gráficas.
«Queremos retratar un sufrimiento más humano, tensiones humanas que se puedan relacionar. Queremos mostrar hasta qué punto los habitantes de Gaza se enfrentan a dificultades en su vida cotidiana, desde intentar ganarse la vida hasta mantener en orden sus casas y jardines». Algunas fotos las tomó un artista estadounidense con una cámara antigua».
Con una selección de arte tan amplia, este comisario espera desentrañar los sueños y aspiraciones del pueblo palestino, así como su sufrimiento, desde la época de la Nakbah en 1948 hasta nuestros días. La exposición hace bien en mostrar un panorama palestino completo, porque según Saleh, «no hay ninguna exposición de arte palestino que pueda ignorar el pasado o el presente».
Parte del objetivo de Saleh es mostrar al mundo la brillantez artística de los palestinos, que a menudo sólo son retratados como terroristas o víctimas indefensas. También comparte su decepción por el hecho de que los medios de comunicación occidentales hayan ignorado en gran medida sus esfuerzos en este sentido: «Estoy muy sorprendido por la falta de interés de los principales medios de comunicación. Es muy difícil conseguir que presten atención».
(Traducido por Camila Marquez) – Fotos cortesía del Palestine Museum US)