Se trata de “una especie de Guantánamo italiano, fuera de cualquier estándar internacional, fuera de la Unión Europea (UE)”. Y “constituye una violación muy grave de los derechos humanos y sacrifica el sufrimiento de personas reales en el altar de la propaganda política”.
La primera declaración la hizo Pierfrancesco Majorino, encargado de temas migratorios en la secretaría nacional del Partido Democrático (PD), refiriémdpse a los centros de reclusión en Albania a donde envaran inmigrantes que llegen a esta nación.
La segunda declaración fue hecha por el senador Tito Magni, de la Alianza entre los partidos Europa Verde e Izquierda Italiana (AVS), refiriéndose al protocolo firmado entre la primera ministra, Giorgia Meloni y su homólogo albanés, Edi Rama.
Todo comenzó en la segunda semana de octubre, cuando el ministro del Interior de Italia, Matteo Piantedosi, anunció que la semana siguiente comenzaría el envío, a centros en Albania, de inmigrantes que lleguen a Italia. Esa medida ha sido fuertemente criticada por opositores y organizaciones humanitarias.
En declaraciones divulgadas en RAI News, Piantedosi afirmó que ya estaban funcionando las instalaciones construidas por su país en las localidades costeras albanesas de Schengjin y Gjader, ubicadas respectivamente a unos 65 y 76 kilómetros al norte de la capital, Tirana. Schengjin es el lugar destinado para el desembarco, la identificación y la recepción inicial de los migrantes rescatados en aguas internacionales por barcos italianos, mientras que el centro de Gjader, una antigua base militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) servirá para alojar a los solicitantes de asilo.
Ese último lugar tiene capacidad para albergar unas 900 personas, y además dispone de un centro para retener a inmigrantes sujetos a expulsión, con 144 cupos, así como una penitenciaría con 20 plazas, para aquellos que sean acusados de delitos.
Sus muros circundantes tienen cinco metros de altura, con cámaras perimetrales de vigilancia para evitar fugas del lugar. Igualmente, existen listos a actuar unos 500 policias, de los cuales 150 se encuentran allí desde el mes de agosto protegiendo las instalaciones. Así lo precisa un reporte publicado en el diario Il Giornale.
La inauguración de ambos centros estaba prevista para mayo de este año, de acuerdo con el protocolo firmado entre la primera ministra, Giorgia Meloni y su homólogo albanés, Edi Rama, en el verano de 2023, que se selló el 7 de noviembre de ese año y se ratificó con la ley 14/2024 de febrero pasado. Sin embargo, diversos problemas atrasaron los trabajos, y en junio último Meloni visitó ambos lugares para supervisar el avance de la construcción, con el fin de implementar acciones para agilizar la misma.
Tras la aprobación parlamentaria, en febrero de 2024, el senador Magni, señaló que este acuerdo “constituye una violación muy grave de los derechos humanos”.
Por su parte, Pierfrancesco Majorino comparó esos centros de reclusión con los establecidos por Estados Unidos desde 2002 en la base naval ubicada en el territorio ilegalmente ocupado de Guantánamo, en Cuba.
Se trata de “una especie de Guantánamo italiano, fuera de cualquier estándar internacional, fuera de la Unión Europea (UE)”.
(Fotos: Pixabay)